La Ribera

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Pozo Aírón - Pereña de la Ribera

La Ribera (indistintamente también conocida como Las Arribes) es una comarca de la provincia de Salamanca, en la Comunidad Autónoma de Castilla y León, España.

Sus límites no se corresponden con una división administrativa, sino con una demarcación histórico-tradicional, cultural y geográfica.

Comprende 7 municipios: Aldeadávila de la Ribera (junto a su anejo Corporario), Masueco, Mieza, Pereña de la Ribera, Saucelle, Villarino de los Aires y Vilvestre. Se considera a Aldeadávila de la Ribera como el centro neurálgico o capital del territorio. Todos estos términos municipales además también forman parte (total o parcialmente) del Parque Natural de las Arribes del Duero.

En las ferias de Salamanca, los grupos humanos y comarcales más diferenciados, se afirmaba que eran los de la Sierra y los de La Ribera.

En la actualidad, el término municipal de Aldeadávila de la Ribera ha variado, pues incorpora a la población de Corporario, que fue municipio independiente hasta 1972. También el de Villarino de los Aires ha variado, pues ahora incorpora las poblaciones de Cabeza de Framontanos y La Zarza de Don Beltrán que pertenecen a la comarca de La Ramajería.

Hinojosa de Duero y La Fregeneda son ribereñas del Duero y siempre han tenido una especial relación con los municipios de La Ribera pero pertenecen a la comarca de El Abadengo. El momento de máxima definición administrativa, y apogeo económico de la comarca lo podemos ver en la segunda mitad del siglo XVIII con los Marqueses del Caballero, y hasta los Desastres de la Guerra de Independencia contra los franceses, que aquí tuvo mucha importancia, y la creación del partido judicial de Lumbrales, predominando el comercio de lana y ganadero al sur de las Arribes, mientras que el centro y norte de esta preciosa comarca natural ha destacado históricamente por su producción de vinos, aceite, frutas y cordero.

Historia

Un precedente de La Ribera lo tenemos ya antes de 1787 con la Vara de Castrotorafe y la Roda de Mieza, que la diferencian claramente de la antigua Tierra de Ledesma. Hasta la Guerra de la Independencia, la justicia y la prisión comarcal estaban en Aldeadávila, auspiciado por su gran población y por los Marqueses del caballero. Quedaba definido este territorio por la antigua Vicaría de Barruecopardo y la Roda de Mieza de la Orden de Santiago. Hubo Rodas en Villarino, Masueco de la Ribera y Mieza de la Ribera.

En el siglo XVIII y hasta la Guerra de la Independencia, la Universidad de Salamanca cobraba rentas de los granos, frutos, aceite y vino en las villas de Pereña y Aldeadávila.

Desde 1905 se intentó aprovechar industrialmente el Gran Cañón del Duero, culminando en 1956 con la construcción de la Presa de Saucelle, 1963 y 1983 las dos Centrales de Aldeadávila de la Ribera, y 1973 con la Presa de La Almendra en el Tormes, y la Central de Villarino de los Aires, todas ellas construidas por Iberduero, SA y hoy empresa Iberdrola.

Habla

Esta comarca recoge el núcleo tradicional y original de las Arribes del Duero, siendo visitada y descrita por don Miguel de Unamuno entre 1898 y 1902. también la visitó Dámaso Ledesma, Antonio Tovar, el doctor José González de Castro (Crotontilo), Federico de Onís, etc. interesados en la antigua habla de la Rivera. Unamuno destaca que a nivel popular se dividía en La Ribera, El Abadengo y La Ramajería, y que administrativamente pertenecen las tres al Distrito de Vitigudino.

Entre 1905 y 1910 recorre la comarca el discípulo de Unamuno: Federico de Onís, rescatando tradiciones orales, como el Romance de Flores y Blancaflor, en varias poblaciones, entre ellas Corporario.

En 1947 Antonio Llorente Maldonado de Guevara publica su obra: «Estudio sobre el habla de la Ribera» (Comarca salmantina ribereña del Duero). Tesis y Estudio salmantinos, Vol.V, texto fundamental para conocer cómo era el dialecto leonés o bable hablado en todo el Oeste salmantino, y dónde se mantenía más vivo el dialecto y las costumbre ancestrales: La Ribera y El Abadengo salmantinos.

Este excelente trabajo viene a culminar una serie de trabajos lingüísticos e históricos previos, desde 1894, época de gran riqueza económica en nuestra comarca, y marcada por un interés de los académicos e instituciones públicas que contrasta con el ambiente de apatía actual.

El dialecto salmantino, o «charruno» como era llamado a comienzos del siglo XX fue reduciéndose de territorio, y los vestigios lingüísticos que se conservaron hasta después de la Guerra Civil en Las Arribes y El Abadengo, no sería sino una parte de dicho «dialecto salmantino». Así podemos decir, que la pérdida de esta habla, no sólo corresponde a nuestra comarca, sino que sería más general de toda la provincia.

Uno de los primeros trabajos fue: «Estudios de Fonétika Kastelána» del salmantino D.F. Araujo, publicada en Madrid y París en 1894. Pero el verdadero iniciador fue Manuel Fernández de Gata y Galache, farmacéutico de Villavieja de Yeltes, y gran conocedor de La Ramajería y La Ribera. Gran parte de su vida la dedicó a elaborar un diccionario de nuestra habla perdida, que publicó en Salamanca en 1903, en su obra: «Ociosidades» y «Vocabulario charruno«, por otra parte recorrió gran parte de nuestros pueblos recogiendo vocabulario. Menéndez y Pidal publicó por la misma época, 1906, su obra «Estudio del dialecto leonés«.

Para este sabio, el habla de la Rivera pertenece al grupo leonés oriental. Federico de Onís aprovechó esta temática para elaborar su tesis doctoral: «Contribución al estudio del dialecto leonés» que se publicó en Salamanca en 1909, y en la que se decía a rastrear en documentos del siglo XIII conservados en el Archivo de la Catedral de salamanca, rastros del leonés hablado en aquella época.

La crisis demográfica entre 1897 y 1915 se cebó de una manera muy importante en esta comarca, emigrando más de un tercio de su población a América, tema que apasionó a Miguel de Unamuno y a Crotontilo.

Finalmente, vamos a terminar esta introducción hablando del profesor de Hamburgo Fritz Krüger: «Studien zur Lautgeschichte Westspanischer Murdarten«, trabajo más extenso de 1914 en el que habla de los dialectos usados en el oeste de España desde Zamora hasta Cáceres, pero con la excepción del habla de La Ribera, quizás porque reconocía que ya había valiosos estudios. Durante estos trabajos estuvo residiendo en la villa zamorana de Fermoselle, separada de la ribera por el río Tormes, pero con frecuentes tratos con Villarino de los Aires. Allí pudo escuchar a fermosellanos y villarinenses explicarle particularidades del habla del pueblo de Villarino de los Aires.

Autor

Equipo de redacción de NOTICIAS Salamanca. Tu diario online. Actualizado las 24 horas del día. Las últimas noticias y novedades de Salamanca y provincia.