EL FARO DE ALEJANDRÍA: ¿Te produce ansiedad la meditación?

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Me gusta hacerte preguntas que te impliquen un desafío personal. Este es mi propósito. Pero antes de introducirte en este debate habitual que tengo contigo querida lector/a, que sepas que la foto de portada puede perfectamente ser la de un hombre o una mujer que, aprovechando mientras hace un descanso de su trabajo, sale a dar una vuelta por la plaza o simplemente una vuelta a la manzana. O sea, con vestimenta diaria de oficina, porque lo que te voy a contar hoy, también puedes hacerlo de esta manera.

La pregunta que te he formulado ¿te produce ansiedad la meditación?, tiene, como suele decirse, una cantidad de aristas y también de detractores. Pero te aseguro que somos muchos más los que defendemos esta técnica y los beneficios que se logran con ella.

La meditación como filosofía de vida

La meditación es un acto por el cual reposamos (hacemos una especie de recreo) de nuestras actividades físicas y mentales cotidianas. Pero mientras la hacemos, permanecemos en un estado de consciencia plena. Sin duda, es la oportunidad que tenemos de descansar de la actividad frenética que cada jornada nos depara entre obligaciones laborales y familiares, que justamente esta locura diaria de cosas que hacemos (locura por la cantidad de cosas que abordamos por día) nos hace sentir con frecuencia que estamos consumiendo nuestra vida, tanto anímica como físicamente.

Nos encontramos con una sensación de cierto desapego, incluso de frustración y que estamos delimitando nuestra existencia sin posibilidad de intentar nuevos horizontes. La rutina puede convertirse en algo muy peligroso si no tenemos una explicación más profunda, si no encontramos un sentido de propósito a lo que hacemos. Por ello, cuando reposamos física y mentalmente, podemos empezar a observar y descubrir la fortaleza y calma de nuestro ser interior.

La meditación cuando la practicamos de manera regular es como la llave de nuestro bienestar, eso sí: debemos contar con la llave adecuada y saber cuándo y dónde utilizarla.

La meditación nos abre la mente y el espíritu hacia una gran cantidad de posibilidades que realmente tenemos como seres humanos, pero que están dormidas, que no llegamos nunca a conocer todo nuestro potencial, a saber, cuál es nuestro alcance desde ese yo interior que todos poseemos.

La meditación es una fuente de energía pura (nos energiza) y nos permite enfrentarnos al mundo con una mentalidad y ánimo renovados. Nos permite ser compasivos, más tolerantes y sensibles, en suma, más humanos, también un poco más justos.

Los malos intentos que has tenido

Vamos a partir de la base que la meditación es justamente lo contrario de lo que te produce, me refiero a esa sensación de sentirte ansioso/a porque a lo mejor lo has intentado y no te resultó una experiencia satisfactoria.

Voy a referirme hoy a la relajación de la ansiedad, si eso es lo que te sucede ante algunos intentos fallidos que has hecho y de manera muy irregular. Seguro que no has sido constante.

Antes que nada, no te olvides que la mente (también el corazón) es la que nos guía todos los días. Pero más la mente, es nuestra fuente diaria de inspiración para todo lo relacionado con la meditación, y por supuesto, la ansiedad.

La buena noticia es que puedes aprovechar la meditación para tu bienestar

Pero te pido que te concentres en lo que te estoy diciendo sobre la ansiedad y este camino de doble dirección que es: la meditación te produce ansiedad y si no haces meditación tampoco te quitas la ansiedad del cuerpo. ¡Pues sí que es una elección difícil! ¡Pero no…no te desanimes…porque te voy a explicar cómo aprovechar la meditación! Cómo lograr una relajación de la ansiedad, justamente cuando eres de esas personas que quieren hacer meditación y terminan experimentando ansiedad, no logrando ningún resultado.

Cuando una persona quiere hacer meditación y termina experimentando ansiedad en algún nivel u otro, lo que pasa es que para algunas de esas personas cuando empiezan a meditar experimentan más ansiedad de la que tenían porque les carcomen las dudas sobre la elección que han hecho. Una especie de contrasentido. Entonces abandonan la práctica y realmente no experimentan el beneficio, así que para comenzar en este momento que me estás leyendo te voy a hacer una pregunta: ¿Experimentas ansiedad a menudo? Y como te decía más arriba, la relajación es lo opuesto a la ansiedad.

Cuando sientes que algo va mal

Sabes que la ansiedad es cuando hay ese sentimiento que llevas encima (como una carga psicológica) que algo no está bien (también puedes pensarlo para ti que algo va mal), que no estás muy cómodo/a con lo que estás haciendo, que tienes la sensación de que algo que no te agrada está a punto de suceder.

Es muy probable que no sepas lo que es o tal vez, sí sabes lo que es, pero es muy difuso y es como que siempre ha estado ahí, así que no es realmente un estado feliz el que sientes porque, lo que hay es tensión en tu mente, cuando la relajación es todo lo contrario: no hay tensión o, ésta desaparece porque has logrado relajarte.

Aceptar la vida como es no significa que no puedes cambiar las cosas

Cuando has liberado toda la tensión y te estas aceptando como eres, aceptando la vida como es y por eso puedes relajarte y estar a gusto, entonces el beneficio de la meditación es indudable. Porque la aceptación es abrir tanto tu mente como tu corazón. Tu consciencia y tus sentimientos. No te entregas ni claudicas hacia un estado de resignación, diciendo no puedo hacer nada. Cuando te digo que debes aceptar la vida como es, no estoy diciéndote que no puedes influir sobre ti mismo para buscar una mejora. Te estoy instando a hacerlo. La aceptación de abrir mente y corazón es para que sean flexible y tolerante.

Cuando las personas luchan contra su ansiedad en un intento para meditar (tienen la intención y la voluntad de hacerlo bien), pero si se siguen sintiendo ansiosas al respecto (es lo que la meditación les produce a ellas) siendo que dicha ansiedad suele tener la forma de pensamientos negativos, tales como que “estoy perdiendo el tiempo” o “¿estoy haciendo esto bien porque no siento nada?” o muchos otros, les sucede que finalmente terminan poniendo en duda la decisión de haber querido iniciarse en el apasionante mundo de la meditación.

Ya hemos comentado recientemente en “El Faro de Alejandría” sobre las dudas que te presentan a veces las tomas de decisiones que puedes ver en “EL FARO DE ALEJANDRÍA ¿Tomaste bien esa decisión o estás inseguro/a de lo que has decidido?

Elimina tus pensamientos negativos

Por eso, quiero que hoy te acerques a estos pensamientos negativos, porque son los verdaderos obstáculos para una persona que se inicia en la meditación. Porque en la medida que tomes la decisión de detenerte ahí, en el momento en que te estás iniciando, no vas a poder disfrutar de todas las maravillosas experiencias (por supuesto de los beneficios) que la meditación te aportará a tu vida.

Pero en la medida que seas capaz de superar esos pensamientos, desde el mismo momento de la primera sesión, vas a percibir algunos beneficios, por tanto, cuando te aparezca ese primer pensamiento que te viene como cuando te has quemado con agua caliente y reaccionas, aquí no sentirás ese escozor, pero sí tu mente te estará diciendo a modo de pregunta ¿no estaré perdiendo el tiempo? ¿Qué voy a sacar de todo esto?

¡Pero NO ESTÁS PERDIENDO EL TIEMPO!

Tu valioso tiempo, igual que cuando duermes y sueñas es parte de nuestra fisiología humana que nos repara física y mentalmente, porque basta experimentar una noche sin dormir para ver lo mal que te sienta. Debes comprender y meterte muy dentro de tu cabeza, que la meditación es tan reparadora como lo es el sueño. Si bien el sueño no es reemplazable por nada, porque si no durmiésemos nos moriríamos, si prescindimos de la meditación no vamos a morir, pero sí no lograríamos nunca mejorar nuestra calidad de vida como está demostrado todos los beneficios que nos reporta.

Energizar tu mente y cuerpo

No te exagero si te digo que hace ya muchos años que la practico a diario, como millones de personas en el mundo que también la ejercitan. Se convierte en un hábito (de los buenos) que nos es fundamental para funcionar cada día. Tanto desde el nivel físico como el anímico. Es como si te metieran energía en el cuerpo.

En realidad, lo has energizado a través de la reflexión y haber puesto en orden las ideas del día, o de cualquier otra cuestión que tengas en mente y quieres verla desde otro ángulo, tratar de buscar una solución, por ejemplo, para un problema laboral que te está carcomiendo la cabeza y nunca es mejor momento que cuando te encuentras a solas y en calma, reflexionando para ver qué caminos tomar, qué es lo que vas a decidir, etc.

La meditación es algo que necesitas todos los días para funcionar bien en el mundo en el que te mueves a diario, para sentirte feliz. Te aseguro que es un mecanismo esencial para encontrar esa paz interior contigo mismo, tan fundamental de sentirse bien con lo que somos y lo que hacemos. No estar a disgusto con ninguna de las dos cosas.

No tienes que tener temor alguno por la decisión de querer practicar la meditación

Necesitas meditar todos los días, incluso, si es que lo haces en espacios muy cortos de tiempo para que no tengas la sensación (al inicio de tu decisión) de que estás perdiendo el tiempo. Te aseguro, que cuando ya la has comenzado a practicar y llevas una semana, estarás encontrando una serie de beneficios, por los que ese primer pensamiento del inicio no volverá a presentarte en tu mente. Lo habrás vencido (habrás sorteado el primer obstáculo que eres tú mismo).

Y este sentimiento de estar utilizando bien el tiempo, no que estás desperdiciándolo, es básico, ya que el día a día nos consume, por tanto, cuando el tiempo invertido en meditación lo llegas a internalizar como parte de tu vida diaria, que lo consideras como algo que necesitas como quién practica footing todos los días y no puede dejarlo, entonces habrás ganado totalmente la batalla contigo mismo.

Ser capaz de relajarte, concentrarte y ser productivo

No solo debes quedarte en el momento presente centrándote en la respiración profunda que vas a ejercer para empezar a meditar. Es algo mucho más complejo, porque no es respirar o algo más, para relajarte. ¡No! Si así lo ves y lo piensas no te será productivo.

La productividad para ti es cuando eres capaz de relajarte, iniciar la meditación gracias a un proceso acompasado de respiración profunda, pero concentrándote absolutamente, primero en el proceso mecánico de la respiración, viendo como entra el aire en tus pulmones, tener la sensación de que se van llenando en cada inspiración y que se van vaciando cuando estás exhalando el aire por la nariz.

¡Lo importante es que cuando llevas ya dos o tres minutos haciéndolo eres perfectamente consciente de lo que haces! No te preocupes si te sientes un poco mareado (muy levemente) si nunca has practicado la respiración profunda, porque eso es natural al entrar el aire fresco en tu cerebro. Pero pasa inmediatamente y una vez que ya te has acostumbrado no te vuelve a suceder.

Ni te estás engañando ni perdiendo el tiempo

Lo que estás logrando es un nivel de meditación consciente que te permite poner tu lista mental de propósitos como también de algunos problemas, para ordenarlos en tu agenda mental, establecer prioridades, determinar qué cosas tienen solución a la primera y cuáles requieren otro esfuerzo de tu parte, en fin, sin darte cuenta, es como si estuvieses imprimiendo en tu impresora un fichero con un listín de cosas que debes tener muy presentes en el día de hoy, o la semana actual o para lo que resta de mes.

Guardar toda la información en tu “caja negra”

Cuando después de una marcha muy lenta de pasos tranquilos que das inspirando, reteniendo el aire en tus pulmones y expirando (para cada inspiración, retención y expiración debes contar hasta diez pasos) y hayas cronometrado diez minutos (no es necesario más), te reservas otros cinco minutos para caminar normalmente, ya sin practicar la respiración profunda. Pero sí haciendo un ejercicio intelectual, recordando lo que estuviste pensando (ese orden de tu lista), lo que te aseguro que otra vez al volver a ver en tu imaginación (tu imagen mental) la misma lista, sin agregar ni quitar nada, la verás mucho más clara, habrás logrado internalizar las cuestiones que te estaban preocupando para que en tu nivel de consciencia que haces en este momento mirándote hacia tu interior, automáticamente estarás comparando con tus valores, principios, etc. que subyacen en tu “caja negra”, porque todo se guarda y está ahí bien escondido.

Lo que habrás hecho, es que justamente alguna de las cosas que tenías guardadas y que te producían angustia y que no terminaban de salir de tu interior, porque no entendías muy bien lo que te sucedía, ahora con otra visión, con una mayor calma y concentración, podrás verlas desde otro punto de vista.

Si algo tiene de extraordinaria la meditación, es la manera en que las personas cambian o iluminan su punto de vista actual sobre una o más cosas, también sobre una o más personas.

Has traspasado las barreras de tu mente y perdido miedo a iniciarte en la práctica de meditación

Las barreras de tu mente poco a poco se van desmoronando y te aflora esa sensación de una cierta expansión de tu calma, de tu bienestar. Son diversos y muchos los sentimientos que vas a ir experimentando a medida que vas avanzando en la meditación. Desde ya, que algunos de ellos (de esos sentimientos) van a ser nuevos para ti.

Así que en lugar de verlos como algo que es raro, tal vez debas verlos como algo que te debe resultar interesante, aunque aún en la primera fase de tus exploraciones no hayas encontrado la utilidad (ese beneficio) al que aludía más arriba. Pero es cierto que aún estás explorando un nuevo terreno, un nuevo lugar (podríamos denominar un “dominio nuevo en tu vida”), así que en lugar de etiquetar tu nueva experiencia como rara, debes enfatizarte a ti mismo que es algo interesante, que estás observando cómo va a resultarte para ti a nivel anímico.

Te insisto una vez más en que son millones las personas en todo el mundo que meditan a diario y lo hacen para experimentar estos sentimientos y disfrutan de ellos, se sienten beneficiados.

Perder el miedo desencadena el placer de tu relajación

Haber perdido el miedo a iniciarte en la meditación es lo que va a desencadenar el placer de tu relajación y la neutralización, así como la eliminación de la ansiedad. Ya no te vas a plantear si estás haciéndolo mal o si te está haciendo perder el tiempo. Habrás logrado romper lo que detiene a muchos meditadores que se inician, que es lo que termina creando frustraciones, porque si lo haces y renuncias a ello porque te has creado más ansiedad, o porque si no lo haces y no has tomado la decisión de iniciarte porque sigues teniendo dudas sobre su utilidad. Pero para ambas respuestas tu ansiedad no decrece.

De la misma manera que puedes hacer mal un ejercicio, por ejemplo, sin haber hecho precalentamiento para evitar calambres u otro tipo de lesiones musculares, en la meditación, también hay una manera correcta de hacerlo. Y esto nos lleva a que debes llevar tu atención a tu objeto de enfoque, por ejemplo, la respiración, y tratar de mantenerte allí suavemente durante todo el tiempo que puedas y cada vez que te distraes, notarlo tan pronto como puedes y traer de vuelta la atención (a tu nivel consciente) tantas veces como te suceda, y eso es todo lo que te puede suceder en el nivel más simple, que es cuando te estás iniciando en lo que puedes considerar la instrucción de tu meditación.

Ciertas incomodidades para los primerizos  

Es normal que las primeras veces te cueste acompasar el aspecto físico mecánico de la respiración y estar concentrándote en tu lista de cuestiones que tienes en esa agenda mental. O también puede sucederte, que tal es la exigencia que tu responsabilidad te impone en tu trabajo, que cuando inicias la meditación, mantienes un nivel de ansiedad y estrés elevado que no das lugar a ese relajamiento, ni siquiera con la respiración profunda. O sea, serás como una de tantas personas que al inicio no encuentra ningún beneficio, lo consideran una pérdida de tiempo y terminan abandonando. En síntesis: mantendrán y aún aumentarán su nivel de ansiedad y de estrés.

Por tanto, si mantienes estas dos cosas en mente cuando te inicias (el sentido de la respiración como hemos dicho, sintiendo el oxígeno que entra en tu cavidad pulmonar) y poco a poco vas poniendo tu mente en blanco, olvidando esa locura de cosas que tienes en la cabeza que no te deja relajar, que piensas en un informe que tienes que terminar, que piensas en tu director o tu presidente y un largo etc., no ha lugar a la relajación y no verás los beneficios porque es verdad: no los estás generando apropiadamente. Te lo voy a decir, en otros términos: no es la meditación la que no funciona… ¡ERES TÚ el que no ha funcionado!

En el inicio hay que tener paciencia y no hay nada de malo en que vas a ir evolucionando lentamente, pero evolucionando al fin. Con la práctica, este crecimiento de la meditación no te será tan duro, por tanto, no seas tampoco tan duro contigo mismo.

Es algo que sucede en tu mente y qué es lo que debes saber antes de aprender a meditar

Recuerda estos principios que son básicos para comprender por qué debes iniciarte en la meditación:

– Es una práctica en la que la persona entrena la mente para conseguir un beneficio para su bienestar psíquico y físico.

– Si bien tiene su origen en Oriente, en concreto en la India, hoy día se práctica a escala universal.

– Los objetivos específicos son los de calmar la mente, o sea la reducción de la ansiedad, reducir el estrés y muy especialmente que te encuentres a ti mismo.

– Ese mayor autoconocimiento personal nos da confianza en lo que pensamos, hacemos y decimos.

– Representa una mejora en tu calidad de vida porque impacta directamente en tu bienestar anímico y físico.

– Te facilita quitarte tensión de encima y estar mucho más relajado, como si todo tu trabajo diario fuera hecho en la comodidad de tu propia casa, a pesar de estar compartiendo con otras personas ese día a día.

– Requiere una gran disciplina y la decisión de iniciarla y continuarla.

– Los beneficios se sumarán con mucha práctica y dedicación, al igual que la gimnasia lo es para el cuerpo (también la mente).

– Tanto para el estudio como para el trabajo sirve para mejorar la capacidad de concentración.

– Ayuda a incrementar la memoria y muchas otras funciones cognitivas. Ten en cuenta que las funciones cognitivas son aquellos procesos mentales que nos permiten llevar a cabo cualquier tarea. Para que lo entiendas: cuando lees algo, tienes un proceso mental de interpretación, también estás seleccionando lo que lees o la información que buscas, la guardas en tu cerebro (la memoria) y también la utilizas cuando la necesitas para hablar sobre un determinado tema, escribir, dar una opinión, etc., o simplemente estará en tu biblioteca mental que es gigantesca.

– Tendrás una predisposición a los pensamientos positivos.

¿No te parecen suficientes los beneficios?

Practícala y verás el cambio que notarás en tu vida.

En el caso de que ya lo hayas intentado y no te has sentido cómodo, o conoces a alguna persona de tu entorno más próximo que lo intentó y no le resultó, o sea, que en ambas situaciones se quedaron tú y esa persona en el inicio y con cierto sentimiento de frustración, deberías releer una y otra vez lo que hoy te digo aquí y también compartir este artículo con esa persona.

Te recuerdo que si quieres hacer comentarios o hacerme consultas sobre cada una de las temáticas que abordo semanalmente desde “El Faro de Alejandría” puedes hacerlo enviándome un mail a jzunni@telefonica.net. En caso de que quieras hablar conmigo telefónicamente puedes solicitármelo por mail, poniendo un teléfono al cual pueda llamarte.

 

Autor

Vicepresidente del FORO Ecofin y director de www.ecofin.es , CEO de www.demuestra.com, Presidente del Instituto Ecofin de Liderazgo, coordinador académico de la Red e Latam del grupo Media-TICS. Puedes enviarme comentarios y consultas a jzunni@telefonica.net