Hoy entrevistamos a la ilustradora salmantina María Simavilla.
¿Cuál es tu vínculo con Salamanca?
El azar quiso que mis padres, una canaria y un extremeño, se conociesen gracias a la Universidad de Salamanca y echasen raíces en la ciudad. Así que mi vínculo con ella es total, aquí es donde nací, crecí y me formé.
¿Siempre tuviste claro que querías dedicarte al arte?
Hay algo que tenemos en común quienes nos dedicamos al arte gráfico en general y es que, desde el día en que aprendimos a empuñar una cera y a deslizarla sobre un papel, nunca hemos dejado de dibujar. Es una especie de obsesión o de juego que en mi caso acabó convirtiéndose en un objetivo a muy temprana edad: estudiar Bellas Artes. Supongo que el apoyo familiar tuvo mucho que ver, pero sí, siempre tuve claro que quería dedicarme a algo relacionado con el Arte.
¿Cómo y por qué te decantaste por la ilustración?
Tras cumplir mi objetivo de entrar en Bellas Artes, descubrí cuál sería mi futuro profesional en cuarto de carrera. Me apunté a una asignatura optativa que solo duraba un semestre y que llevaba por título Ilustración. Durante ese tiempo mi amor por los libros ilustrados renació. Lo había dejado aparcado y olvidado junto con los cuentos de mi infancia, como quien deja de jugar con muñecos porque «ya no tiene edad para esas cosas». Me di cuenta de que lo que yo quería hacer era precisamente eso: «vivir del cuento», contar historias a través de mis dibujos.
¿Qué te ayuda a la hora de inspirarte?
Para encontrar inspiración, sobre todo cuando estoy bloqueada, lo que suele funcionarme es tan sencillo como dejarlo todo, salir de la cueva y observar. Moverme, compartir experiencias con otras personas y estar conectada con lo que me rodea. Aunque viajar siempre ayuda, no hace falta irse a dar la vuelta al mundo. Puede bastar con salir a dar un paseo, tomar un café sola o acompañada, ir a una exposición, ver una buena película, ponerse algo de música, revisar el trabajo de otros artistas, leer un buen libro…
¿Tienes alguna influencia de otros artistas?
Claro, aunque el elenco de artistas que «me obsesionan» va cambiando a medida que mi trabajo o mis intereses creativos evolucionan. Ahora mismo, por ejemplo, estoy muy interesada en autores de cómic y últimamente tengo como referente el trabajo de ilustradores como Jillian Tamaki, Andrea Serio o Manuele Fior. Siempre estoy descubriendo talentos que desconocía, así que la fuente de inspiración es inagotable. Si algo bueno tienen las redes sociales hoy en día es la cantidad de arte y artistas que podemos consumir por segundo.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Sobre todo cuando se trata de ilustrar un libro, diría que es el momento en que la historia cae en mis manos. Los primeros días en los que todo puede ser. Leer el texto por primera vez, sentir cómo todo va tomando forma en mi cabeza, los primeros esbozos, ir conociendo y dando vida a los personajes…
¿Y lo que menos?
Tener que adaptarme en ocasiones a unas directrices demasiado rígidas o a una fecha de entrega demasiado exigente y que ambas cosas vayan en detrimento de mi trabajo. Es muy difícil tener que renunciar a un buen resultado y hacer menos de lo que podrías hacer con un proyecto por falta de tiempo o de presupuesto. O no reconocer tu obra cuando ha pasado por incontables filtros, opiniones y cambios.
¿Cuál es tu trabajo del que más te enorgulleces?
Me enorgullezco de todos y de ninguno. No soy de regodearme en mi trabajo una vez está terminado y entregado. Asumo cada proyecto como un reto nuevo y siempre procuro añadir un nivel extra de dificultad para ir creciendo como ilustradora, así que en ese sentido estoy muy orgullosa de todos y cada uno de ellos. Porque cada encargo me ha enseñado algo distinto. A nivel personal, sí que me hizo especial ilusión ver la Plaza Mayor de mi ciudad empapelada con mi cartel para la 37 edición de la Feria del Libro de Salamanca. Fue una experiencia que recordaré siempre con mucho cariño por la acogida tan bonita que tuvo.
¿Proyecciones de futuro?
Ahora mismo me encuentro en un punto en el que me apetece alejarme temporalmente de la ilustración infantil y explorar un lenguaje más adulto. Estoy iniciando un proyecto de novela gráfica que será un auténtico reto y que me llevará bastante tiempo, pero que a su vez me hace mucha ilusión abordar.
¿Qué consejo le darías a alguien que se está iniciando en el mundo de la ilustración?
Que no tenga prisa por publicar, por tener seguidores, por hacer tal o cual cosa… Que trabaje duro, que sea constante y se mantenga siempre fiel a sí mismo. Ésta es una carrera de fondo y solo los más cabezotas consiguen llegar a buen puerto.