El ascenso para soñar del Salamanca UDS

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Han pasado ya unos cuantos días, pero como os suelo decir, siempre es bueno analizar habiendo hecho primero un amplio ejercicio de reflexión; ver los pros y los contras; conocer las razones y los motivos para entender las consecuencias. Entre eso y las recuperaciones, de unos y de otros, no habíamos hablado hasta ahora del ascenso del Salamanca UDS a Segunda RFEF. Sí, ‘al cuarto escalón del fútbol español’. Sí. El cuarto, muy lejos de la élite, muy lejos de lo que merece Salamanca y muy lejos de lo que un día se pudo disfrutar gracias a la UD Salamanca. Más lejos que Unionistas e igual de lejos que el Guijuelo con el que el Salamanca UDS volverá a verse las caras el próximo año.

Pero todo eso, todo, no debe restar ni un ápice de importancia al ascenso del Salamanca UDS. En primer lugar, porque el encuentro que posibilitó subir de categoría (bastante malo, por cierto, en lo futbolístico) se celebró ante más de 15.000 espectadores, dando una muestra de la dimensión que puede llegar a alcanzar el fútbol salmantino y, en especial, en el actual escenario, el Salamanca UDS. No vamos a valorar ahora la posible dimensión de otros clubes (tiempo habrá para hacerlo), sino que lo que nos ocupa en este artículo es la del Salamanca UDS y esa es enorme. Recuerdo cuando el Salamanca UDS, bajo su anterior denominación de CF Salmantino, reabrió el Helmántico. Recuerdo esa temporada que, buscando un precio adecuado para los abonos, yo siempre abogué ante la anterior ‘gestión’ por cobrar todos ellos, aunque para los niños fuera de un euro simbólico, pero con el objetivo, en previsión de que un día, por el crecimiento del proyecto, hubiera que hacerlo. Sería mucho más entendible para cualquiera. Reconozco que el tiempo dio la razón a quienes no me hicieron caso, aunque yo seguiré defendiendo esa opinión pues no sólo respondes por anticipado a las posibles críticas de que regalas los abonos, sino también por lo anteriormente expuesto. Cuando verdaderamente tengas necesidad de cobrarlos, la gente estará más mentalizada para ello. Otra cosa será el tema de precios populares, colectivos, comunes o las mil y una ideas que se pueden aprovechar a la hora de hacer la campaña de abonos. Yo, siempre sigo la máxima de un amigo mío empresario: “Mejor muchos pocos, que pocos muchos”. Pero para gustos están los colores.

En segundo lugar, porque el Salamanca UDS pone fin así a una espiral de derrota y pesimismo que le persigue desde hace varias temporadas. Creo que son dos temporadas en Tercera. Un tiempo preciso perdido, aunque si algo se aprende de ellos, se podrá dar por bueno. Digo perdido porque el proyecto no sólo no ha crecido, sino que no deja poso en el club, que tendrá que reinventarse a todos los niveles la próxima temporada. Un nuevo proyecto tanto arriba como abajo, valorando siempre el trabajo de todos los que están, pero es obvio que ambas partes deben ir unidas pues eso irá en beneficio de la entidad y de su crecimiento.

En tercer lugar, porque ahora ya sí, el Salamanca UDS militará en una categoría nacional. Vale que es, probablemente, la más baja, pero ya queda lejos del pozo regional en el que el equipo estaba más perdido que un pez en el desierto. Con todo el cariño y respeto no es lo mismo medirse a los equipos a los que se ha medido estas últimas temporadas, que hacerlo con equipos de la talla de Pontevedra, Compostela, el propio Guijuelo y un largo etcétera. Ahora ya sí podemos ver la verdadera medida del equipo y del club. Ahora ya sí podemos intentar asentar un proyecto a un medio/largo plazo.

En cuarto y último lugar (no por ello no quiere decir que haya más consecuencias, pero son cuatro en la que nos vamos a basar pues esto es un artículo de prensa, no un libro), porque puede y debe propiciar, después de mucho tiempo y de muchos ‘golpes contra la pared’ dar un giro al proyecto y tratar de asentarlo en la nueva categoría. Lo digo desde ya y a pesar de haber escuchado a su presidente y propietario hablar de ascenso: el objetivo del Salamanca UDS debe ser asentarse en la Segunda RFEF. A lo mejor asentarse puede llevarle a ascender, pues miel sobre ojuelas, pero el objetivo debe ser asentarse y dejar de dar tumbos, porque demostrado queda que, si te caes a un pozo, cuesta bastante salir de él.

De momento, el ascenso ya ha llevado aparejadas buenas noticias para los de la carretera de Zamora. Se ha conocido que se va a cambiar el césped del Helmántico (supongo que mejorando el drenaje) y don Manuel Lovato parece haberse rodeado de gente muy competente en áreas comerciales y empresariales que pueden ayudar a abrir las puertas del club al exterior (ya hablaremos detenidamente del cambio ‘de gestión’ que según el propio Lovato no es eso exactamente, pero, nomenclaturas al lado, lo importante es que ha llegado gente con ilusión, ganas y capacidad y preparación para ayudar, y, lo que es más importante, con un enorme sentimiento de amor al club, al menos algunos de los que conozco). Ellos serán los encargados no sólo de posibilitar la generación de más ingresos y aportar a que tanto el estadio como el club sigan creciendo y mejorando, sino que me consta que son también los encargados de elaborar una estructura administrativa a todos los niveles que podrá cuidar todas aquellas áreas necesarias para el buen funcionamiento del club.

Así que estén atentos y no sólo porque próximamente hablaremos del cambio administrativo, sino porque estoy convencido de que, en breve, las ansias de saber de los miles de aficionados blanquinegros van a empezar a tener respuestas satisfactorias. Eso creemos y eso esperamos, así que a seguir disfrutando del ascenso y a mantener la ilusión que parece que, esta vez, por mimbres no va a quedar.

Autor

Periodista y comunicador. Licenciado por la Universidad Pontificia de Salamanca.