El fin al sueño del Salamanca UDS o el nacimiento de una nueva esperanza

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Salamanca CF UDS Sant Andreu 238

Al final pasó lo que no tenía que pasar y lo que nadie deseaba, pero que podía pasar. El Salamanca UDS no pudo ascender a Segunda RFEF y sigue condenado al ostracismo de la Tercera RFEF , que no es más que una Regional encubierta bajo el manto de la Federación Española, en los últimos tiempos para justificar una reorganización que no ha dado los frutos esperados. Y es que de tanto ordeño, la teta a veces se queda sin leche.

El sueño del Salamanca UDS y de su afición se convirtió en una pesadilla, pero también en el nacimiento de una esperanza. Dejaremos para otro día un análisis más profundo y hoy vamos a quedarnos con todo lo que dejó el partido del Helmántico, que sumó mucho más de lo que podía parecer. Ya en el próximo artículo valoraremos la frase que decía el otro día un ‘twitch-tero’ o como se diga que, en principio le había transmitido Lovato. “Ahora me toca a mí”. Yo como Fede Blázquez, ahí lo dejo. Ya haré la interpretación en el próximo artículo. He llegado a pensar que ahora le toca a él “apartarse”, aunque ni tiene por qué hacerlo, ni creo que se refiera a eso.

Por eso hay que pensar que de la derrota, de las cenizas de ese ascenso frustrado puede surgir el ‘Ave Fénix’ de una recuperación, de una posibilidad de hacer las cosas mejor, pero tampoco voy a ser yo el que se suba a la ola de la autocomplacencia que nos lleva rodeando varias temporadas ya. Así se vean los hechos, así serán las palabras. Este año el equipo ha dado tumbos muchos meses y se ha dicho, cuando ha enderezado el rumbo en esta recta final se ha dicho también. Y a optimistas con las opciones del equipo no nos ha ganado nadie. Más que a optimistas realistas. Por eso comparto la palabra de fracaso utilizada por el propio Jehu en rueda de prensa. Para mí, el equipo se configuró para estar mucho más arriba del ‘play-off’. Se hizo para luchar por ascender directamente y no sólo no se consiguió sino que se convirtió en un mar de inestabilidad, lo habitual por otra parte.

Pero el fútbol, como siempre decimos, da una oportunidad cada siete días y esperemos que esta vez sea la definitiva. La demostración de la afición no ha pasado desapercibida ni en Salamanca ni en el resto de España, por mucho que algunos se hayan encargado de intentar restarle mérito. Meter 15.000 personas en el Estadio Helmántico es un hito y lo dice uno que participó en que en ese estadio entraran varias veces más de 10.000 personas, pero esto ha sido todavía mucho más grande y ante eso hay que quitarse el sombrero. Ya el próximo día hablaremos de la organización, que se desbordó desde el minuto ‘0’ y eso no sólo es criticable sino que es intolerable. Organizar un evento con tantas personas requiere una responsabilidad enorme y la organización lleva eludiendo desgracias hace mucho tiempo. El estadio necesita una remodelación y muchas mejoras, sobre todo en la seguridad. Y cuando digo a mejoras, a mí lo que menos me importa son los asientos, que quede claro, pero esto también lo dejamos para el próximo día, aunque entraremos de lleno en ello, igual que lo del ‘achique’ del agua. Que sí, que puede quedar, incluso, muy romántico, el hecho de que la gente se mete a achicar el agua, pero dudo hasta de su legalidad (a lo mejor podemos alegar invasión del campo y que haya que repetir el partido).

Y tampoco entraré en los insultos de aquellos que se empequeñecen y empequeñecen a sus clubes al proferirlos, porque también lo haré otro día.

Voy a centrarme en todo lo que también ha quedado para la historia y que es una auténtica pasada. He visto a casi todos los equipos de España en el Helmántico, he visto partidazos, he visto llenos, pero también he visto lo del domingo y puedo asegurar que tiene algo de especial y que es el mejor trampolín para el futuro. La gente salió dolida. Ví niños y no tan niños llorando. Vi decepción y desilusión, pero vi una pasión por un escudo que hacía mucho tiempo que no veía. Y ahora me dirá alguno que si el precio de las entradas, que si tal y cual. Pues seguro que ayuda, pero ¿ustedes no han visto el Bernabéu con media entrada cuando el equipo no va bien? ¡Y es el Real Madrid! ¿ustedes no han visto el Nou Camp el año pasado con más aficionados alemanes que catalanes? ¡Y es el FC Barcelona! ¿ustedes no han visto otros estadios? Dejemos de juzgar por qué uno va o deja de ir. Para nada restará ni un ápice de lo que se vio y vivió el domingo en el Helmántico. Mis ‘dieses’ para todos aquellos que trataron de hacer de ese día un día inolvidable (fan zone, mosaico, megafonía,…). Que sepan que lo consiguieron. Aunque su equipo no ganara, aunque su equipo no ascendiera. Lo que consiguieron a lo mejor trasciende el momento para engrandecer el futuro.

Autor

Periodista y comunicador. Licenciado por la Universidad Pontificia de Salamanca.