Al final no era tan difícil. Ni el Salamanca UDS tenía por qué haber tirado la temporada, ni el Astorga era tan fiero como lo pintaban, ni hacía falta tirar de épicas y mandangas. Al final era sólo eso. Jugar al fútbol. El Salamanca UDS tiene jugadores de sobra para hacerlo y en cuanto se puso a ello, hizo un ‘pim, pam, pum’ que casi sentencia la eliminatoria. Porque ahora todos hacemos cábalas, pero el 3-1 es un resultado que yo, al menos, habría firmado, y pienso que muchos de los que estáis leyendo esto, también. Al menos, a pocos vi que lo aventuraran.
Sigo diciendo que este equipo tiene un ramillete de jugadores que son ‘top’ en la categoría y algunos de ellos tienen calidad de sobra para militar en categorías más altas. ¿Por qué no han funcionado hasta ahora? Pues no lo sé y me temo que no lo voy a saber. Sólo sé que es algo recurrente en el equipo en las últimas temporadas. Y también sé que si ahora empiezan a funcionar, pues ‘chapeau’, que es cuando hay que estar. A nivel personal opino que esos 45 minutos vi al mejor Salamanca UDS de la temporada y lo fue con el balón en los pies, ni más ni menos.
El otro día, en el Helmántico (ahora iremos con el tema del público) compartía conversación con un aficionado que me decía que “con el 3-0 sí, pero ese gol quizá deja abierta la eliminatoria”. Yo lo que le repliqué y puedo defender es que si este equipo juega como lo hizo en la primera mitad, tiene que pasar de ronda sí o sí, porque demostró ser, de largo y en cuento a fútbol, muy superior a su rival. Ahora ya podemos entrar en otras consideraciones: que si el partido se baja al barro, que si La Eragudina, los famosos “que sis”. Pero eso ya es trabajo de Jehu Chiapas, de su equipo, del club y de los futbolistas, sobre todo de los más expertos. En fútbol son muy superiores al rival. Claro, que si vas y juegas a lo que tu rival quiere que juegues, pues puedes perder, pero ese ya es tu problema.
El otro punto de la jornada. La gran respuesta del aficionado. Negar a estas alturas de la película la magia del Helmántico me parece o una torpeza o una necedad. Llevo tiempo defendiendo que hay 1.500 incondicionales que estarán siempre ahí, pero a la espera están muchos otros y, por lo que se ve, no hace falta gran cosa para que respondan como siempre lo hace Salamanca en las grandes ocasiones. Falta un poco de interés y acierto por parte del club para que la afición de infinitamente más de lo que recibe. Veía ayer una comparativa de asistencia a estadios de Segunda y las tres RFEF y a la del Helmántico apenas la superaban cinco o seis encuentros. Hay que hacer una lectura correcta. Negativa por un lado, porque por un motivo o por otro el resto de encuentros no despiertan el interés que deberían, pero por otro lado debemos quedarnos con la positiva, y es ver que el Helmántico arrastra a legiones de seguidores. Se ha demostrado siempre, pero cuando hay ‘chicha’ es algo increíble y en eso, el vetusto estadio tiene mucho que decir. Es una auténtica pena que no reciba el ‘remozo’ que merece. No tiene pinta de que lo vaya a recibir y, ojalá me equivoque porque en algunos casos roza el abandono. Al menos, el césped se ha defendido esta temporada y hay que ser justos. No hemos tenido un periodo de heladas muy fuertes, pero el trabajo ha sido importante. Esperemos que, en esto, como en otras cosas, no caigamos en la autocomplacencia y seamos ecuánimes con el esfuerzo de los responsables.
Por lo demás, vamos a esperar al sábado. Desde ayer se barrunta ya otro desplazamiento muy importante. El equipo no va a estar solo (nunca lo ha estado, ni lo está ni lo estará) y, como en las grandes ocasiones, todo apunta a que varios centenares de aficionados darán colorido a la grada de La Eragudina. Falta que el equipo haga eso que hizo la primera parte el domingo, jugar a lo que sabe y a lo que debe. Será el camino más corto para conseguir su objetivo.
