Esta Copa es mía

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CD Guijuelo celebrando gol

La semana pasada el destino emparejaba en la Copa del Rey al Guijuelo con el Rayo Vallecano, todo un estandarte del fútbol madrileño y uno de esos equipos ‘canallas’ que cae bien en muchas partes. De hecho, a mí me resulta simpático siempre y cuando no saquen su versión política, aunque habrá alguno que dirá que una cosa es inherente a otra, pero bueno, para mí el fútbol es un deporte sin más. Las reivindicaciones… a magistratura de trabajo.

Aun así, tampoco parece ser un equipo con legión de seguidores como lo puedan ser Betis, Sevilla, Real Sociedad o Athletic, que cuentan con peñas y aficionados ‘únicos’ repartidos por toda España. Eso sí, he conocido a algún seguidor acérrimo del Rayo como mis amigos Chema (al que, por cierto, hace siglos que no veo) y, por supuesto, Morgan, que, además de ser el mayor aficionado e historia viva de la UDS, tiene un hueco en su corazón para el conjunto vallecano.

Yo recuerdo tener un traje de fútbol de pequeño con una franja roja, pero era de un colegio de Barcelona. A pesar de ello, yo lo lucía con orgullo y se asemejaba mucho a la camiseta rayada.

Tras el sorteo Goyo Llorente, máximo mandatario del CD Guijuelo, dejaba claro ante los medios de comunicación que el partido se jugará en Guijuelo, en el Municipal. Será, por tanto, y tal y como él señalaba, la primera ocasión en que un Primera (valga la redundancia) juegue en el campo chacinero. Lo hacía sin conocer una estimación de la gente que podía estar interesada en ir, pero es la eliminatoria del Guijuelo, es su partido, su campo, su gente, y ¿ellos y sólo ellos deben disfrutarlo? Porque entiendo que implantar gradas supletorias se podrá realizar sólo en un número determinado. ¿Y si la demanda es mayor? Y si llegara un importante número también de aficionados de Madrid?

Enseguida recordé el ‘affaire’ del partido de Copa entre Unionistas y Real Madrid. Fue el partido ‘de Unionistas’, ‘su’ Copa, ‘su’ Real Madrid. Así lo transmitieron públicamente ante la sorpresa de muchos aficionados madridistas y ante el enfado de algunas Instituciones.

Mi opinión la voy a dejar clara como lo hice en su momento. Para mí, que una institución como el Real Madrid venga al Salamanca es algo que repercute a la ciudad, no al equipo que se enfrente a él. Por tanto, entiendo que hay que buscar la mejor solución y aquella en la que el mayor número de salmantinos puedan disfrutar de ello. Y, por ello, me pareció correcta la actitud del alcalde de Salamanca de mediar y de tratar de colaborar con el equipo que tenía que organizar el partido. Unionistas decidió jugarlo en Las Pistas. No sé cuanta gente entró finalmente, si 5.000, 7.000 u 8.000. Tampoco sé la gente que se quedó fuera, pero se que fue mucha. Habría existido la posibilidad de que se hubiera jugado en el Helmántico entrando el doble de gente. No entro en posibles negociaciones, gestiones, contraprestaciones…

Unionistas tomó su decisión y punto. Yo no la comparto y ahí me quedo, pero siempre pongo el ejemplo de que el Papa visitara a Salamanca. ¿Sería una visita sólo para los Cristianos a los que debería aplicar una misa privada en la Catedral? O es, por el contrario, un acontecimiento para la ciudad y ésta, a través de su alcalde debe buscar, junto a las autoridades eclesiásticas, lo mejor para la ciudad y para que el Sumo Pontífice llegue a la mayor parte de los salmantinos. Ustedes podrán opinar. Yo acabo de dar mi opinión unas líneas más arriba.

Pues esa situación es la que me vino a la mente al escuchar las palabras del señor Llorente, al que no conozco personalmente pero al que respeto al máximo. ¿Conocemos ya el público potencial que quiere asistir ese partido? ¿Es más del Guijuelo el que se puede permitir pagar 200 euros al año más las entradas de ayuda al club y otros gastos accesorios que el que no se lo puede permitir especialmente en medio de esta crisis actual?

De nuevo vienen a mi mente los últimos años de la anterior etapa de la UD Salamanca y los años posteriores. El medir el unionismo por el hecho de ir más o menos al campo. De viajar a un desplazamiento o no hacerlo. Miren ustedes. El sentimiento es individual y personal y nadie tiene el derecho ni a medir el de los demás ni a juzgarlo. Cada uno, además, tiene sus situaciones personales que no tiene por qué explicárselas a nadie. No era más del Salamanca el que viajó a Albacete que el que viajó a Vitoria. No era más del Salamanca el que se podía permitir (o su familia se lo podía permitir) pagar el abono anual que el que no podía. No era más del Salamanca el que se abonaba en Segunda B que el que sólo lo hacía en Primera. De esa forma sólo se limita el crecimiento de los proyectos.

Siempre he creído en los valores sumativos del deporte y siempre me han sorprendido los valores que conllevan la puerta cerrada. El típico “se acaba el partido porque el balón es mío”.

Pienso, por tanto, y dicho con todo el respeto y con distancia suficiente, que todos los clubes tienen que estar abiertos a todas las posibilidades y, una vez conocidas optar por la que sea mejor para ellos, para sus abonados y para su localidad y su entorno.

Y no quiero que esto se entienda como una crítica sino como una reflexión de esas que, a veces son necesarias en esta Salamanca nuestra. Y ahora, toda la suerte del mundo al CD Guijuelo. Que siga dando pasos en su crecimiento y que el nombre de la villa y el de ese manjar tan delicioso retumbe ‘allende’ nuestras fronteras.

Autor

Periodista y comunicador. Licenciado por la Universidad Pontificia de Salamanca.