Fiesta en los Juegos: Alcohol, sin mascarillas, cachimbas… y lo que no se haya visto. Pero, ¿qué esperaban?

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fiestas en los Juegos Olimpicos

Me levanto leyendo la noticia de que una jugadora de la selección española de baloncesto publicó durante la jornada del lunes en sus redes imágenes de una partida de cartas (supuestamente con alcohol e incluso una cachimba) que no han pasado desapercibidas para el mundo global en el que nos movemos y que a mí, personalmente, me ponen de una ‘mala hostia’ que no se pueden ni imaginar.

Sí, porque uno empieza a estar ya hasta los ‘güitos’ de tanto sueño olímpico, de tantos valores, de tanta ‘familia’ y de tanto tener que apoyar los ‘sueños’ de otros. Leo con estupor en un periódico local que un chico pone una empresa en una localidad salmantina y que no recibe ninguna ayuda de las administraciones. ¿Qué tienen que hacer las administraciones? Sufragar también su capacidad de emprendimiento.

Empiezo a darme cuenta (y llego ya tarde) que el sueño de unos es que el resto se lo financiemos. Y en el caso del deporte me mosquea pero no sabéis hasta que punto, harto de conductas indignas que hacen que paguen justos por pecadores. Luego vendrá el que si son jóvenes, el que si se lo pueden permitir, el que es envidia de que somos feos y gordos y toda esa sarta de excusas.

Ya hace años, en un congreso ante las quejas de los deportistas que participaban reclamando más dinero para realizar su labor porque su carrera (es muy corta) tuve que espetar que ninguno, al terminar su carrera deportiva, era manco o cojo (salvo accidente que, en ese caso viene cubierto por nuestra legislación). Que todos tenían dos manos para trabajar como hace el resto de los humanos. ¿O es que el hecho de ser deportista te confiere algo especial para tener que vivir el resto de tu vida de las rentas obtenidas en tu carrera deportiva? Si es así díganmelo, porque viendo la cantidad de nuevos ‘deportes’ olímpicos, estoy por pedir que incluyan también el póker y buscar la forma de conseguir alguna beca que me permita tener que estar otro periodo olímpico sacrificándome junto a mis allegados partida tras partida. Solo que de esa forma ganaré siempre y, además, me cubriré las espaldas, porque ¿no es injusto tener una habilidad especial y que te la costeen otros.

Sé que soy muy radical, pero para mí el deporte simboliza tanto que toda esta gente debería ser expulsada ‘ipso facto’ de los Juegos. Y no por su conducta, que, en privado, pues mira, lo que ‘a unos le metan’ a mí no me va a doler, sino por presumir de ella públicamente mostrando una actuación muy lejana a lo que una sociedad civilizada debería transmitir a sus más jóvenes. Fui fan de Diego Armando Maradona y no saben hasta qué punto. Desapareció de mi memoria en el momento en el que se empezaron a conocer sus adicciones.

Y es que el deporte debería tener unos valores inalienables en todo momento y obligatoriamente transmisibles de generación en generación y si no eres capaz de asimilarlo, por muy joven que seas, por mucho que no hagas mal a nadie, por mucho que tienes tus derechos a divertirte, por mucho que te llames Luka Doncic o Cristina Ouviña, por muchos actos solidarios que encabeces y por mucha ‘familia’ que tengas, dedícate a otra cosa de verdad. Siempre puedes trabajar en la vía pública y dedicarte a piropear y/o incomodar a las chic@s que pasan por allí.

Sin mascarilla, todos juntos, y quién sabe si revueltos, con más de cuatro millones de muertos por el Covid,… ¡Vaya tela! Y transmitiéndolo por redes y siendo tan tonta de luego borrarlo.

En fin. Creo que el deporte exige un esfuerzo y creo que esta gente lo hace y necesita desinhibirse, pero la conducta pública debe ser intachable en la transmisión de valores. Creo en un deporte estructurado y financiado por los Estados, pero donde se proyecte una imagen de valores positivos y donde no tienen cabida este tipo de conductas.

Que cumplan sus ‘sueños’ es bien, pero que lo hagan con su dinero, que mi hijo y yo también tenemos los nuestros y nadie nos los subvenciona.

Foto: Imagen extraída de internet de la fiesta que circula por redes sociales

Autor

Periodista y comunicador. Licenciado por la Universidad Pontificia de Salamanca.