La marcha de Carlos de la Nava deja a Unionistas y Salamanca sin un referente

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El fútbol da muchas vueltas y Carlos de la Nava es todavía un futbolista joven, recién entrado en la treintena, así que todo lo que digamos o pensemos puede variar en un futuro a medio plazo y que su regreso a Salamanca se convierta en una realidad. Después de muchos ‘dimes y diretes’, ayer se hacía pública su marcha de Unionistas tras seis años y su fichaje por el Hércules donde, curiosamente, coincidirá con Lolo Escobar, ex técnico del Salamanca UDS y, probablemente, valedor de su fichaje por un histórico en horas bajas como el club alicantino que, a la vez, está lleno de exigencia.

Existe la posibilidad de que cuando termine su contrato, creo que es por dos temporadas, vuelva a Salamanca. Por eso digo que el fútbol da muchas vueltas. Sin embargo, su marcha supone tanto para su club como para la Salamanca futbolística la pérdida de un verdadero referente. Habría dicho lo mismo si Amaro no hubiera renovado con su club, pero, afortunadamente para él y, afortunadamente para la parroquia del Salamanca UDS (ya hablaremos largo y tendido de la impresionante respuesta a la campaña de abonos), termino ampliando su compromiso con los del Helmántico.

En el caso de Carlos de la Nava, todo indica que el delantero ha decidido rechazar una oferta increíble de larga duración en el Unionistas (se habla de cinco años incorporándose al final en la parcela técnica), por afrontar un nuevo reto con el equipo alicantino. Porque el equipo valenciano tiene esa exigencia que corresponde a los equipos que tienen en su historia páginas escritas con letras de oro en el fútbol español. Hace años que vive un sinvivir que ha abierto una brecha enorme entre los dirigentes y la afición (huelgan comparaciones). Pero como sucede en otros equipos, estoy convencido que basta con hacer las cosas medianamente bien para volver locos a miles de seguidores. Y eso que allí parecen estar muy, pero que muy, enfadados. Ni siquiera el bueno de Lolo Escobar, que no sólo sacó al equipo de descenso, sino que enderezó el rumbo sobre manera y a punto estuvo de clasificarlo para la fase de ascenso, se escapó a la exigencia y a las críticas de la afición.

Pero si algo tiene Carlos de la Nava es la capacidad de sobreponerse a las críticas, porque que nadie piense que su trayectoria ha sido un camino de rosas. Ha tenido que convivir con etiquetas y con críticas y lo ha hecho siempre con una sonrisa en la boca, con una mano tendida y con un ‘renacer de las cenizas’. No recuerdo ahora mismo que le haya envuelto ni la más mínima polémica. Ha sabido ‘torear’ y llevarse bien con todo el mundo.

Por eso su marcha del fútbol salmantino es más importante de lo que parece. Desde 2013, la Salamanca futbolística se ha ido quedando huérfana de referentes y no les quepa duda que los referentes son fundamentales dentro de este deporte, sobre todo cara a futuro. Hubo un momento que el Salamanca UDS podía asumir la presencia de unos cuentos. Fue en el año de Tercera, con los Coque, Juanan, Garban, Caramelo, Rodri, Amaro, Sergio Ramos o Tejedor. Todos ellos heredaban un Provincial y un Regional plenamente salmantinos, con trayectoria en la cantera de la UD Salamanca, que daban una identidad al equipo y que hacían que la afición tuviera algo a lo que enraizarse.

Unionistas también fue fiel a esa identidad, en Provincial, en Regional e, incluso en Tercera, con el propio De la Nava, con Piojo, Dani Chamorro, con Chuchi o con la llegada al final de Jorge Alonso. Por supuesto que surgen luego jugadores que se incorporan a este plantel (Cristo, Carlos Molina, …), pero el hecho de, por así decirlo, ser de la casa, o de la ciudad en la que tiene sede el equipo, es un valor añadido y un valor muy grande.

De todos esos, en la actualidad Carlos de la Nava, era el gran icono de Unionistas, jugara más o jugara menos, metiera más goles o metiera menos.

Es De la Nava un jugador especial, que domina, prácticamente, todos los registros de un jugador ofensivo: desmarque, regate, remate, juego aéreo, … Pero es sobre todo uno de esos futbolistas que hace mejor a sus compañeros. Puede que él no brille, pero su sola presencia (o ausencia), puede influir y mucho en su equipo. Y eso dentro del campo de fútbol, que fuera, lo que representa para los niños, en los actos sociales, sus labores de representación, no tienen igual. Por eso su marcha a Alicante va a ser una pérdida para su club y para Salamanca en general.

Porque, además, como persona su vinculación es enorme, desde ser heredero de uno de los arquitectos del Helmántico, hasta su debut con el primer equipo de la UD Salamanca, hasta su salida al Valencia como una de las grandes promesas de nuestro fútbol. Calidad a raudales, tanta como su bondad a la hora de relacionarse. Nadie podrá recordar una mala palabra suya, pero sí numerosas actuaciones.

En un futbolista se pueden y se deben mirar los números, pero hay futbolistas que trasladan cosas mucho más importantes que los números. De éstos últimos hay muy pocos y De la Nava es uno de ellos. Lejos de desunir, ha conseguido siempre unir al fútbol salmantino, tan necesitado de eso, de referentes que sean buenas personas y conciliadoras, y tan necesitado de unión, al menos de respeto, y en eso, Carlos de la Nava, siempre fue un ejemplo, así que esperamos que tenga toda la suerte en su nuevo camino. Sólo la valentía de aceptar el reto merece que la tenga.

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