Sergio Santos abre caminos para el Salamanca UDS

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Sergio Santos Salamanca UDS

La última jornada de la Liga Regular se produjo un hecho ya histórico. Sí, histórico. Histórico para un club, histórico para un joven futbolista e histórico para su familia. Para muchos puede parecer poco relevante, pero tiene una grandísima importancia por lo que transmite. Es cierto que, para ello, hay que conocer algunos antecedentes, y esos antecedentes o no siempre se saben o se saben de casualidad, pero en esta ocasión hablamos, ni más ni menos, que de la Unión Deportiva Salamanca, de un escudo y de sentimientos a flor de piel. Ahí es nada y ahí es todo. Lo máximo para una familia que ha sentido y siente como nadie ese escudo.

Justo en estos días de ‘play-off’ en los que parece que las reuniones se suceden con la presencia en Salamanca de don Manuel Lovato y su séquito o grupo de trabajo, mirando también al futuro del Salamanca UDS, el césped vuelve a mandar y a abrir caminos. Lo hacía el fin de semana con la victoria en Astorga y lo hace con el debut de Sergio Santos el otro día en el San Casto. Debut, titularidad y gol. No hablamos de un debut cualquiera. Con la Unión Deportiva Salamanca debutaron centenares de jugadores salmantinos formados en la cantera. De hecho, hubo épocas en las que surtieron al primer equipo y hubo futbolistas que ya fuera en el club blanquinegro o en otros clubes se labraron una trayectoria importante en el fútbol profesional más o menos exitosa, pero digna de ser recordada.

Si hay alguien que merecía una recompensa a su trayectoria ese era Santos. Por él, pero, sobre todo, por su familia y, en especial, por su padre, al que he tenido la suerte de conocer y os puedo asegurar que pocos como él sienten ese escudo. Una persona que ha sabido anteponer el escudo de la Unión Deportiva Salamanca a cualquier circunstancia, que lo ha seguido, que lo ha llorado, que lo sufre y lo vive como nadie. Por eso, el debut y el gol de su hijo traslada, para los que lo conocemos, una emoción difícil de narrar. Tuve también la suerte de conocer a su tío abuelo César. Me lo llevó su padre un día al Helmántico con motivo del hasta ahora ‘fallido’ libro sobre los 50 años del Helmántico. Allí, don César no pudo evitar las lágrimas contemplando lo que consideraba su ‘teatro de los sueños’. El suyo y el de muchos salmantinos. Él fue el árbitro del partido inaugural hace ya más de cincuenta años. Fallecía hace poco más de dos años, pero seguro que habría disfrutado como un niño con el debut de Sergio. Ya lo hizo toda su familia presente en el San Casto. Incluso alguna lágrima de emoción se vislumbraba. Es la culminación de la ilusión. Es el peso de la historia, lo que debería ser motivo del sueño para cualquier chico de una ciudad. No me entiendan mal. Llegar a lo más alto con el equipo de tu ciudad y vuelvo a pedir que no se malinterprete. En este caso, hablamos de un sentimiento que se transmite de padres a hijos a través de unos colores, un escudo y unos símbolos, pero que quede claro que somos totalmente respetuosos con el resto de clubes, sólo pretendemos contextualizar. En este caso, ese escudo es centenario, pero igualmente entendemos y respetamos que ese sueño, en vez de debutar con el Salamanca UDS, fuera debutar con Unionistas, con el CD Guijuelo o con el Santa Marta, por citar sólo a algunos de los equipos más representativos del fútbol patrio, sin olvidarnos de otros como el Ciudad Rodrigo, el Béjar Industrial, el Monterrey o cualquier otro. Hablamos de una ilusión marcada a fuego desde que comienzas a jugar, desde que tu padre o tu abuelo o tu padrino o tu tío te llevan por primera vez al que se convierte en tu estadio, y donde cada vez que tu equipo está a punto de marcar, tú realizas un escorzo y metes un gol imaginario, aunque luego el remate del delantero se vaya fuera. Es ese ritual que supone terminar de comer y enfilar hacia el Helmántico cada domingo, el de decidir si te vas de vacaciones de Semana Santa o las retrasas para asistir a ese partido del jueves santo. Es ver cómo otros compañeros te pasan por delante y ver cómo un día eres tú el que pasa por delante de ellos. Es una sensación inenarrable. Es fútbol en estado puro. Fútbol del de antes, del de siempre, con un escudo de toda la vida. Es algo que, a partir de ahora, te toca representar, como antes lo hicieron Amaro o Tejedor, o Huerta o Enrique, o D’Alessandro, o Barbará o Pauleta. El futuro no sabemos qué deparará. Nadie dijo que fuera fácil. Lo conseguido no te asegura nada, ni continuar ni tener que marcharte a otro equipo, pero lo que nadie podrá quitarte ya nunca es tu rinconcito en la historia, es el sueño cumplido y son esos sentimientos propios que sólo los que lo han vivido contigo saben compartir, porque también son suyos.

Enhorabuena y a seguir disfrutando, Sergio, Ángel y familia.

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Equipo de redacción de NOTICIAS Salamanca. Tu diario online. Actualizado las 24 horas del día. Las últimas noticias y novedades de Salamanca y provincia.