Amistad

- en Firmas
cobre amistad

En pleno siglo XXI, aún resulta difícil entender la amistad entre personas de distinto sexo. Se sigue pensando que existen intenciones ocultas en una de las dos partes. Porque siempre hay una de las dos que quiere algo más.

Creo que el problema radica en la no normalización de determinadas relaciones interpersonales; en que aún existen demasiados clichés, demasiados estereotipos que nos encorsetan.

La amistad puede tener muchos niveles.

La amistad puede no estar (debe no estar) romantizada.

La amistad, como todas las relaciones, tiene sus altos y sus bajos, sus puntos de encuentro y desencuentro, sus momentos de risas y de tristezas… Es un continuo aprendizaje. La vida.

Puedes tener familia que es algo más. Familia que es amistad. Pero también en sentido contrario: amistades que son familia.

Una cosa no quita a la otra y al revés: una cosa no lleva implícita la otra. Esto es así.

Se dice que las verdaderas amistades se pueden contar con los dedos de una mano. Y es cierto.

La amistad incondicional. Quienes están a las duras y a las maduras. Quienes saben decirte las cosas con el tono adecuado en cualquier momento. Quienes, en silencio, te arropan sin tú saberlo. Quienes te acompañan en los mejores momentos, pero te sostienen en los peores, porque, no olvidemos, a la fiesta todo el mundo se apunta.

Hay relaciones que evolucionan con el paso de los días, los meses, los años… Relaciones que crean lazos inesperados, en los momentos más extraños, pero en los adecuados y que, al final, son de las más importantes.

Hay relaciones amorosas que terminan en una amistad porque se descubre que los sentimientos no eran los que se creían, pero sentimientos había. Se lleva mejor una amistad que una relación sentimental. No era el momento, ni se estaba en la misma situación personal.

Pero no hay bronca. No pasa nada. La vida es esto: un continuo aprendizaje de todo y con todo el mundo.

Hay que sacar algo constructivo hasta de aquello que causa dolor y/o malestar.

Las películas nos bombardean con mensajes estereotipados que nos dicen, por ejemplo, que un hombre y una mujer jamás de los jamases, never and ever, pueden tener una amistad porque, como he escrito antes, siempre hay intenciones ocultas por una de las partes. Siempre hay una parte que quiere algo más.

De este modo seguimos mandando el mensaje erróneo de que una amistad entre una mujer y un hombre, en realidad, no es tal.

Dejemos de forzar, dejemos de creernos estas tonterías, normalicemos la diferencia que es constructiva, reflexiva, cuestionable… Porque la amistad es posible. Porque la amistad es algo hermoso. Porque la amistad es entenderte, a veces, sin palabras. Porque la amistad es compartir con esa persona en concreto, tus inquietudes, tus sueños, tus anhelos. Porque la amistad es de las relaciones más hermosas que pueden existir.

Ver libro El cofre de la amistadde Raquel Díaz Reguera.

Autor

Doctora en Derecho y Ciencias Sociales por la UNED, Licenciada en Derecho por la USAL, Máster en Derechos Humanos y Máster en Malos Tratos y Violencia de Género por la UNED. Técnica de proyectos en prevención y sensibilización en materia de igualdad, violencia de género y sexual.