Ella…

- en Firmas
historia

Ella está sentada en el banco de la cocina, es su lugar favorito de esa casa que cada vez le queda más grande. Siempre pensó que se llenaría de risas, llantos, ladridos y ropa tendida por todas partes, pero ahora hay habitaciones en las que ni entra.

Tiene mil planes, mil cosas que hacer, obligaciones y cosas que nadie le ha impuesto pero que le apetecen, sabe cómo mantenerse ocupada para que sus fantasmas no la condicionen.

Pero está quieta, paralizada, sólo mira por la ventana y ve las hojas de los árboles moverse con el viento, sus uñas de perfecta manicura se clavan en sus palmas mientras sus pies se quedan fríos, no se ha puesto ni las zapatillas. Es su estación favorita, pero ahora mismo no sabe ni que día es. Aunque tampoco le importa.

Su taza de café ya no humea, la tostada en el plato está reseca, su libreta en blanco encima de la mesa no se está llenando de ideas como todas las mañanas, la agenda está cerrada y no le importa.

No hace ni veinte minutos que ha descubierto lo que es la más pura y dura traición. Algo que ha hecho que su mundo se derrumbe. Y todo por una de esas casualidades absurdas de la vida. De la vida de este siglo.

Un error en un mensaje, no era para ella, de hecho, aún no sabe para quién era, pero si sabe quién lo enviaba.

Eso es lo que la ha paralizado. ¿Así duele la traición? ¿Así es como suena el romperse por dentro? ¿Era eso lo que de verdad pasaba? ¿Es todo un error?

Supone que sí, que eso es lo que tantas veces ha leído en sus adoradas novelas sin llegar a entender del todo.

Su teléfono ha sonado un par de veces, han llegado además varios mensajes, pero ni ha contestado ni ha leído nada. No tiene intención de responder.

Esos fantasmas contra los que ha luchado tanto tiempo han entrado por la puerta grande, se han sentado con ella en su banco favorito y han tomado el control de la situación.

Ella no llora.

Ella sólo mira por la ventana mientras su café sigue frío y comienza a ser consciente de que ya nada volverá a ser lo mismo.

Autor

Amante de las letras en todas sus vertientes. Cree firmemente en el poder de la enseñanza. Leer le parece imprescindible y siempre tiene mil proyectos en mente.