Voy a parafrasear el slogan de una campaña electoral, aunque no comparta el ideario del partido político.
“Lo que importa” son las personas. Da igual el color de piel, el color de ojos o de pelo; da igual su procedencia; da igual su bandera; da igual si está casada o divorciada o soltera y entera.
Da igual.
“Lo que importa” es el tiempo de calidad que pasas con tus hijas e hijos, si los tienes, con las sobrinas y sobrinos, con las amistades y/o con el resto de la familia.
Eso es lo importante.
“Lo que importa” es cuidarte para cuidar. Es preocuparte por tu salud física y mental. Es tener la oportunidad de acudir al centro de salud y que no te den día para cuando ya se te ha pasado la dolencia. Es tener la oportunidad de poder pedir cita para la especialidad de turno sin mirar la cuenta corriente y sin cruzar los dedos para que no te den dentro de un año o dos.
“Lo que importa” es respirar aire limpio en el campo o en la ciudad. Que te sientas en paz, que encuentres sombra que apacigüe el calor que hace que te caigan ríos de sudor por tu espalda.
“Lo que importa” es que los montes estén plagados de vegetación y de fauna autóctona que corre libre y feliz, sólo siendo asustada por las y los senderistas que recorren el camino admirando el paisaje y cuidando por donde pisan para dejar el menos rastro posible.
“Lo que importa” es la seguridad de nuestras personas mayores. Que se sientan tranquilas en sus casas, que su soledad sea momentánea porque saben que al otro lado del teléfono y que, a unos pocos minutos, tendrán a personas que se preocupan y a quienes pueden acudir.
“Lo que importa”, también, es la seguridad según caminas por la calle, da igual como vistas, la hora que sea o de donde vengas.
“Lo que importa” es estar en un país diverso que acepta y aprende de todas las culturas que existen. Que respeta lo propio y lo ajeno. Un país que va más allá de banderas y que abraza a lo diferente de corazón, con una sonrisa que atrapa y acoge.
“Lo que importa” es seguir educando sin temor al retroceso, a la censura. Creando infancia respetuosa con las personas, con todas ellas, que se conocen, que identifican lo que sienten y cuándo lo sienten, que saben quererse para querer, que se plantean retos propios y son capaces de ayudar al prójimo sin pisar, que sonríen y aplauden a la persona ganadora, aunque no hayan sido ellas las que llegasen en primer lugar.
“Lo que importa” es la cultura de los retos propios para seguir avanzando como persona.
“Lo que importa” es la historia de las piedras que formaron y forman edificios que tienen años. Piedras que narran, si las escuchas con atención, increíbles anécdotas de pobladores de antaño, que son nuestros antepasados y que hacen que nuestra sociedad avance.
“Lo que importa” es la cultura que nos hace reflexionar, cuestionar y plantearnos nuevos interrogantes. “Lo que importa”, también, es la cultura que nos hace reír y llorar, a la vez, o por separado; que nos entretiene y nos hace olvidar aquello que nos atormenta.
“Lo que importa” es la sonrisa que se dibuja en tu rostro y en tus ojos y que te ayuda a sobrellevar aquello que te inquieta.
Éste es el momento de lo que importa. De mirar hacia adelante para seguir avanzando con paso firme y seguro.
Es por ti, pero también por todas las personas que te rodean.
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