A veces nuestra memoria es tan frágil, de forma intencionada, que se nos olvidan los hechos a corto y medio plazo. Ventajas del primer mundo.
Se nos olvida que fuimos intrusos a lo ancho de este mundo, en el Sur y en el Este. Se nos olvida que nos tendieron la mano sin importar de dónde viniéramos.
Tenemos una memoria selectiva, que no es lo mismo que el alzhéimer que devora nuestros recuerdos más íntimos, más privados, más nuestros.
En la memoria no han quedado guardadas esas imágenes de quienes nos explotaban y nos hacinaban en cuartos tras trabajar más de las ocho horas reglamentarias actuales.
Olvidamos que, al otro lado del charco azul, recibían barcos con cientos de personas que iban con lo puesto.
Los “gallegos” volvieron a colonizar esas tierras indígenas de Colón o de Hernán Cortés.
Pero nosotros no éramos intrusos. Nosotros éramos unos pobres perseguidos por nuestros pensamientos políticos o que huíamos del hambre, sacrificándonos por nuestra familia.
Los intrusos son ellos que saltan muros que separan territorios.
Las intrusas son ellas que “se venden” por menos precio y nos quitan el trabajo que hemos rechazado previamente.
No. Nosotros somos buenos. No cometemos delitos, no asaltamos vallas y cumplimos las leyes impuestas para vivir en una sociedad tranquila.
Nosotros tenemos una memoria selectiva que nos permite formar un discurso que nos convenga y que nos lo “compren” quienes no tienen ni tiempo ni ganas de cuestionar lo que dicen ni de reflexionar. Porque nos puede la comodidad y, bastante tenemos con salir adelante, como para detenernos a pensar y preguntar.
Porque está claro que los intrusos son ellos y todo lo que traen es negativo.
Nuestras calles son más inseguras, tenemos menos trabajo, hay más suciedad, hay más ocupación de casas y/o edificios, se quedan con nuestras ayudas…
¿O quizás todo este discurso sea consecuencia de la memoria selectiva?
O, ¿tal vez es lo que nos hacen creer para lavar su imagen y no aceptar su responsabilidad, mi responsabilidad?
¿Quiénes son los intrusos realmente?
Recomendación literaria: Intrusos de Susanna Isern
