Promesas rotas en el vagón de un tren,
quebraron su alma en aquel riel.
Recuerdos de un amanecer inerte,
caricias perdidas en aquel edén.
Una soledad inapropiada en el tiempo,
sus lágrimas él vio brotar.
Ladronas de promesas incumplidas,
suspiros de un enamorado mar.
Promesas rotas en el vagón de un tren,
su amor, con otra niña, se fue.
Arañando sin pudor sus entrañas,
en el anochecer le dijo: ven.
Ya no desnudo su esbelto cuerpo,
su lealtad no le fue fiel.
Ella cepillaba sus largos cabellos,
su figura ya no era de él.
Promesas rotas en el vagón de un tren,
que el viento consiguió empequeñecer.
Valoro tarde a su dulce hada,
pensó que nunca la iba a perder.