La ruta del mudéjar en la provincia de Salamanca

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Ruta mudéjar en Salamanca

Me gustaría haceros una propuesta. Muchas veces, al planificar unas vacaciones, un puente o un fin de semana, buscamos lugares lejanos y obviamos que, muy cerca de nuestros lares, disponemos de un verdadero joyero de pequeñas iglesias de estilo románico – mudéjar, que merece la pena visitar. Se trata de los pequeños templos parroquiales de Gajates, Galleguillos, Turra y Pedrosillo de Alba.

Pero, antes de sentarnos en sus bancos a contemplar su arte y belleza, nos vamos a detener en explicar las características más señeras de este estilo popular.

El término mudéjar procede del árabe «mudajalat» y, posteriormente «mudayyan» («gente que permanece», «gente rezagada»), y se le aplicaba a los musulmanes que, una vez conquistada la tierra en que habitaban, prefirieron quedarse en ella, sometiéndose, voluntariamente, como vasallos a los reyes cristianos, y conservando así sus haciendas, leyes y prácticas religiosas Estas personas pertenecían, sobre todo, al pueblo llano, pues la verdadera aristocracia árabe había emigrado.

En el caso del arte, el término mudéjar sería «el arte hecho por musulmanes sometidos en tierra de cristianos«, pero la colaboración entre cristianos y musulmanes fue tal, que sería imposible distinguir lo realizado por unos u otros. Las obras son en su mayor parte anónimas, podrían ser de mudéjares, o, simplemente, de cristianos muy islamizados, o que adoptaran una técnica nueva. Las relaciones entre unos y otros eran muy estrechas, y el influjo cultural de musulmanes sobre cristianos muy grande. El estilo ha recibido varios nombres, desde” morisco” y «románico del ladrillo», hasta tomar, definitivamente, el de mudéjar, que, finalmente, se podría definir como «aquellas obras hechas en territorio cristiano en las que aparecen procedimientos de construcción árabes y estructuras cristianas«. Se trata de un arte eminentemente rural, pues la mayoría de las iglesias surgen en núcleos de población pequeños y de un marcado carácter popular, pues es un arte realizado por el pueblo.

Las iglesias surgían según las necesidades de cada población y según los gustos de los artesanos que las trabajaban. Lo que sí da carácter y unidad al estilo es el material con el que está realizado: el ladrillo. Su utilización se debe a varios factores: el primero económico, ya que la mayoría de las iglesias se encuentran en una zona con abundancia de arcilla, y este material sería el que tendrían más a mano y, por tanto, también el más barato.

Estas iglesias empiezan a surgir en la segunda mitad del siglo XII y durante el XIII, y siguen repitiendo las mismas formas durante el XIV. La forma de construir era la empleada por los musulmanes, consistiendo en poner ladrillo a la vista, y, entre ladrillo y ladrillo, una gruesa capa de argamasa, llamada «llaga«, del mismo grosor que el ladrillo. Todas ellas tienen en común el empleo de estructuras románicas. La planta es la misma que la de las iglesias en piedra, puesto que es un arte cristiano y tiene que adaptarse a su función, es de una o tres naves con sus correspondientes ábsides, abundando más la iglesia de pequeñas dimensiones y de una sola nave.

Se puede apreciar el gusto árabe en la decoración, siendo el elemento fundamental el arco ciego, que, en su conjunto, forma la arquería. Este motivo se repite incesantemente, respondiendo a una mentalidad muy oriental. También se aprecia la preocupación por el color, conseguido con la combinación del ladrillo y la «llaga». De aquí se deriva también su carácter musulmán: el interés por la decoración efectuada a base de elementos geométricos, al contrario del arte occidental, en el que predominan los motivos de tipo naturalista. En conjunto, el románico-mudéjar puede resultar austero si se compara con el lujo de las construcciones propiamente musulmanas, pero hay que tener en cuenta de que el románico es un estilo sobrio.

La mayor parte de estas iglesias ha sufrido bastante deterioro, debido al material empleado en su construcción, menos resistente que la piedra, y a las dificultades económicas de los ayuntamientos de estos pueblos; pero, desde hace unos años, se ha emprendido un lento proceso de rehabilitación de algunas de ellas, que están permitiendo su mantenimiento y evitando su ruina.

Ahora os propongo las visitas a las Iglesias de Gajates, Galleguillos, Turra y Pedrosillo. El próximo día, tomamos la bicicleta y nos acercamos a Gajates y, en días sucesivos, tenemos cita en Turra, Galleguillos y Pedrosillo.

Sin agobiarnos, que el tiempo es nuestro.

Autor

Maestro. Escritor e investigador. Realizó estudios de Historia del Arte en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Salamanca. Ha publicado varios libros sobre Macotera y comarca.