A poca distancia de la villa, en la vega del río Tormes, fundó Alfonso VII en el siglo XII el Monasterio de San Leonardo para los monjes Premostratenses, que tras abandonarlo en el siglo XV (1447) a instancias de don Gutierre Álvarez de Toledo –Arzobispo de Toledo y señor de la villa de Alba de Tormes- pasó a la orden de los Jerónimos.