- La depresión es una enfermedad mental que cada día está más presente entre los más jóvenes
A veces se nos olvida que los adolescentes también pueden padecer depresión. Esta enfermedad es un problema de salud mental grave. Entre muchos de sus efectos provoca un sentimiento de tristeza constante y pérdida de interés.
La depresión en los jóvenes no es una debilidad o algo que se pueda superar con fuerza de voluntad, puede tener consecuencias graves y requiere tratamientos a largo plazo. Para la mayoría de los adolescentes, los síntomas de esta patología se calman con tratamientos como medicamentos y terapia psicológica.
Los signos y síntomas de la depresión en adolescentes incluyen un cambio en la actitud y el comportamiento.
Sara es una de tantas adolescentes que padece depresión y, en sus propias palabras esto es lo que siente a causa de la enfermedad: “Me diagnosticaron depresión hace 3 años y desde entonces mi vida ha sido una constante de subidas y bajadas. No creo que haya una definición exacta para la depresión, te duele y te cuesta existir, te cuesta hacer cualquier tarea diaria y te afecta emocionalmente”.
La salud mental es fundamental, el bienestar personal y las relaciones tanto familiares como interpersonales contribuyen para una buena sociedad. Uno de cada cinco niños o adolescentes puede tener un problema de salud mental que puede ser diagnosticado y tratado durante su desarrollo. la prevalencia de la depresión grave a lo largo de la vida es de alrededor del 4% en el grupo de edad de 12 a 17 años, y del 9% a los 18 años (el doble en las mujeres que en los varones), así apunta la sede del Ministerio de Sanidad. Los últimos resultados sugieren un aumento de la prevalencia de la depresión en los más jóvenes.
Además, la Organización Mundial de la Salud se encarga cada año de la realización de campañas para hablar de todos los tabúes que conlleva la enfermad. Según sus últimas estimaciones más de 300 millones de personas viven con depresión. El incremento que se ha producido es ya de un 18% más entre el 2005 y los últimos años.
La falta de apoyo a las personas con trastornos mentales junto al miedo al estigma impide que muchos accedan a tratamientos que necesitan para vivir su vida de una forma saludable y productiva.
