Sesgos interpretativos y trastorno dismórfico corporal, ¿Cómo se relacionan?

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El trastorno dismórfico corporal (TDC) es un trastorno psiquiátrico caracterizado por una preocupación excesiva y persistente por un defecto percibido en la apariencia física, que no es evidente para los demás. Este trastorno puede tener un impacto significativo en la vida diaria de las personas que lo padecen, afectando su autoestima, su funcionamiento social y su calidad de vida en general.

Se ha observado que los sesgos interpretativos, que son errores cognitivos en la forma en que procesamos la información, pueden estar relacionados con la aparición y mantenimiento del TDC. En este artículo, exploraremos la relación entre los sesgos interpretativos y el trastorno dismórfico corporal, examinando la evidencia científica existente y discutiendo su relevancia clínica.

Sesgos interpretativos

Los sesgos interpretativos son patrones de pensamiento distorsionados que influyen en la forma en que interpretamos la información del entorno. Estos sesgos pueden surgir de procesos cognitivos automáticos y pueden afectar nuestra percepción, atención, memoria y toma de decisiones. Los sesgos interpretativos son comunes en la población general, pero pueden ser más pronunciados en individuos con trastornos psiquiátricos, como el trastorno dismórfico corporal.

  1. Sesgos de atención: Los sesgos de atención se refieren a la tendencia a centrarse selectivamente en ciertos estímulos o aspectos del entorno, mientras se ignoran otros. En el caso del TDC, los individuos pueden tener un sesgo de atención hacia las características físicas que perciben como defectuosas, y pueden pasar una cantidad desproporcionada de tiempo y energía focalizándose en estos supuestos defectos.
  2. Sesgos de interpretación: Los sesgos de interpretación se refieren a la tendencia a interpretar la información de una manera sesgada o distorsionada. En el caso del TDC, los individuos pueden interpretar la información visual o social relacionada con su apariencia física de una manera negativa y distorsionada, amplificando la importancia de los supuestos defectos percibidos.
  3. Sesgos de memoria: Los sesgos de memoria se refieren a la tendencia a recordar la información de una manera sesgada o distorsionada. En el caso del TDC, los individuos pueden recordar más fácilmente eventos o situaciones que confirmen sus creencias negativas sobre su apariencia física, y pueden tener dificultades para recordar eventos o situaciones que contradigan estas creencias.
  4. Sesgos de comparación social: Los sesgos de comparación social se refieren a la tendencia a compararnos con los demás de una manera sesgada o distorsionada. En el caso del TDC, los individuos pueden tener una tendencia a compararse constantemente con los demás en términos de su apariencia física, pero pueden hacerlo de una manera sesgada, centrándose solo en los aspectos que confirman sus creencias negativas sobre su apapariencia, y minimizando o ignorando los aspectos que contradicen esas creencias.

Relación entre los sesgos interpretativos y el trastorno dismórfico corporal

La evidencia científica sugiere que los sesgos interpretativos pueden desempeñar un papel importante en la aparición y mantenimiento del trastorno dismórfico corporal. Varios estudios han encontrado que las personas con TDC muestran sesgos interpretativos específicos que pueden contribuir a su preocupación excesiva por su apariencia física y a la percepción distorsionada de defectos en su cuerpo.

  1. Atención selectiva: Los estudios han encontrado que las personas con TDC muestran una mayor atención selectiva hacia las características físicas que perciben como defectuosas. Por ejemplo, pueden pasar más tiempo mirándose en el espejo o examinando minuciosamente su apariencia en busca de posibles defectos. Además, se ha observado que tienen una mayor tendencia a enfocarse en los detalles, en lugar de la apariencia general del cuerpo, lo que puede contribuir a una percepción distorsionada de su apariencia física.
  2. Interpretación distorsionada: Las personas con TDC también tienden a interpretar la información visual o social relacionada con su apariencia física de una manera sesgada y negativa. Por ejemplo, pueden interpretar un comentario neutro o incluso positivo sobre su apariencia como crítico o negativo. Además, se ha observado que interpretan de forma exagerada los posibles defectos percibidos en su apariencia física, amplificando su importancia y atribuyéndoles un significado negativo.
  3. Memoria sesgada: Se ha observado que las personas con TDC tienen una memoria sesgada, recordando más fácilmente eventos o situaciones que confirmen sus creencias negativas sobre su apariencia física y teniendo dificultades para recordar eventos o situaciones que contradigan esas creencias. Esto puede contribuir a la persistencia de su preocupación y obsesión por su apariencia física.
  4. Comparación social sesgada: Se ha observado que las personas con TDC tienden a compararse constantemente con los demás en términos de su apariencia física, pero lo hacen de manera sesgada, centrándose solo en los aspectos que confirmen sus creencias negativas y minimizando o ignorando los aspectos que contradicen esas creencias. Esto puede reforzar su percepción distorsionada de su apariencia física y contribuir a la preocupación excesiva por su cuerpo.

Relevancia clínica

El reconocimiento de la relación entre los sesgos interpretativos y el trastorno dismórfico corporal tiene implicaciones clínicas importantes. La comprensión de cómo los sesgos interpretativos contribuyen a la aparición y mantenimiento del TDC puede tener un impacto en el enfoque del tratamiento de esta condición.

  1. Evaluación: La evaluación de los sesgos interpretativos puede ser una parte importante de la evaluación clínica del TDC. Los profesionales de la salud mental pueden utilizar herramientas y técnicas de evaluación para identificar y medir los sesgos interpretativos en las personas con TDC, lo que puede ayudar a comprender mejor la forma en que interpretan la información relacionada con su apariencia física y cómo contribuye a su preocupación y obsesión por su cuerpo.
  2. Intervención: La intervención clínica para el TDC puede incluir estrategias específicas para abordar los sesgos interpretativos. Por ejemplo, la terapia cognitivo-conductual, que es uno de los enfoques de tratamiento más comunes para el TDC, puede ayudar a identificar y desafiar las interpretaciones distorsionadas y negativas de la apariencia física. Los terapeutas pueden trabajar con los individuos para ayudarles a desarrollar habilidades de pensamiento más realistas y adaptativos, y a reconocer y cuestionar los sesgos interpretativos que pueden estar influyendo en su percepción de su apariencia física.
  3. Reestructuración cognitiva: La reestructuración cognitiva es una técnica específica de la terapia cognitivo-conductual que puede ser utilizada para abordar los sesgos interpretativos en el TDC. Implica identificar y cambiar los patrones de pensamiento distorsionados o irracionales que contribuyen a la preocupación y obsesión por la apariencia física. Los terapeutas pueden trabajar con los individuos para cuestionar y reemplazar las creencias negativas y sesgadas sobre su apariencia con pensamientos más realistas y adaptativos.
  4. Técnicas de atención plena: Las técnicas de atención plena, que implican prestar atención de manera intencional y sin juzgar al momento presente, también pueden ser útiles en la intervención del TDC y los sesgos interpretativos. La atención plena puede ayudar a las personas a desarrollar una mayor conciencia de sus pensamientos, emociones y sensaciones físicas sin caer en patrones automáticos de interpretación sesgada. Esto puede permitirles tener una perspectiva más objetiva y equilibrada de su apariencia física y reducir la obsesión y preocupación por su cuerpo.
  5. Terapia de exposición y prevención de respuesta: La terapia de exposición y prevención de respuesta es otra estrategia de tratamiento utilizada en el TDC, que implica exponer a los individuos a situaciones o estímulos que les generan ansiedad relacionada con su apariencia física, y luego ayudarles a enfrentar y resistir la compulsión de realizar respuestas de evitación o ritualistas. Esto puede ser especialmente útil en la exposición a situaciones sociales, como mirarse en el espejo o compararse con los demás, donde los sesgos interpretativos suelen estar presentes.
  6. Educación y concientización: La educación y la concientización sobre los sesgos interpretativos y su relación con el TDC pueden ser parte integral del tratamiento. Los profesionales de la salud mental pueden proporcionar información y recursos a las personas con TDC y a sus familias para ayudarles a comprender cómo funcionan los sesgos interpretativos y cómo pueden influir en la percepción de la apariencia física. Esto puede incluir explicar cómo los sesgos cognitivos, como la atención selectiva, la interpretación sesgada y la memoria selectiva, pueden afectar la forma en que las personas con TDC procesan y recuerdan la información relacionada con su apariencia física.
  7. Reforzamiento positivo: Reforzamiento positivo implica identificar y reforzar los pensamientos y creencias realistas y adaptativos sobre la apariencia física. Los terapeutas pueden trabajar con los individuos para identificar pensamientos y creencias más equilibradas y realistas sobre su apariencia física, y luego reforzarlos de manera positiva. Esto puede ayudar a contrarrestar los sesgos interpretativos negativos y fomentar una perspectiva más realista y saludable de la apariencia física.
  8. Autoevaluación y autorreflexión: La autoevaluación y la autorreflexión son importantes en la intervención del TDC y los sesgos interpretativos. Los terapeutas pueden ayudar a las personas con TDC a desarrollar habilidades de autoevaluación y autorreflexión para que sean más conscientes de sus propios patrones de pensamiento y creencias sobre su apariencia física. Esto puede implicar cuestionarse a sí mismos y a sus interpretaciones sesgadas, y aprender a adoptar una perspectiva más objetiva y realista. La autorreflexión también puede ayudar a las personas con TDC a identificar los desencadenantes emocionales o situacionales que pueden influir en sus sesgos interpretativos y aprender estrategias para enfrentarlos de manera más saludable.
  9. Fortalecimiento de la autoestima y la aceptación del cuerpo: La baja autoestima y la falta de aceptación del cuerpo son comunes en el TDC y pueden contribuir a los sesgos interpretativos. Por lo tanto, fortalecer la autoestima y fomentar la aceptación del cuerpo también puede ser un componente importante de la intervención. Esto puede implicar trabajar en la construcción de una imagen corporal positiva y saludable, reconociendo y desafiando los estándares culturales o sociales poco realistas de belleza, y cultivando la aceptación y el amor propio, independientemente de la apariencia física.

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