¿Día de Todos los Santos o Día de los Difuntos?

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Hoy explicamos qué es y en qué consiste el Día de Todos los Santos, y por otro lado, el Día de los Difuntos, ya que es una cuestión que produce dudas a la sociedad en general.

Aunque ambas fechas tienen como objetivo principal el rendir culto a los familiares o personas cercanas que han dejado el mundo físico, existen algunas diferencias, en relación a su sentido cristiano.

En España, la celebración del Día de Todos los Santos, cada 1 de noviembre, está fijado en el calendario laboral como festivo nacional. Es una fiesta cristiana que brinda homenaje a los difuntos que, tras superar el Purgatorio, se han santificado totalmente, y gozan de la vida eterna, en la presencia de Dios. Es una fiesta que celebra tanto a los santos canonizados, como a los no canonizados, de ahí que se denomine «de todos los santos».

El Día de los Difuntos, que se celebra cada 2 de noviembre, no es, sin embargo, un día festivo, aunque sí que hay algunos territorios de nuestro país que gozan de algunas tradiciones relacionadas que se han seguido celebrando hasta el día de hoy. Este, además, es un día religioso que celebran algunas iglesias cristianas en memoria de los fallecidos.

Día de Todos los Santos

Este día consiste, principalmente, en visitar a nuestros fallecidos en los cementerios, y ofrecerles flores y rezos, como símbolo para perpetuar su recuerdo. Además, las iglesias preparan misas especiales para la ocasión.

Como tradición gastronómica, existen tres dulces típicos de esta fecha: los clásicos buñuelos, los huesos de santo y los panellets. 

Los buñuelos son un postre conformado por una masa frita que se suele rellenar de crema, chocolate, nata, o cabello de ángel. Su origen se remonta, al menos, al siglo XVII. Se tiene constancia de su existencia porque ya el cocinero de Felipe II hacía referencia a estos dulces. Declaraba que cada buñuelo que se comía, implicaba la salvación de un alma del Purgatorio.

Los huesos de santo son una masa de mazapán en forma de tubo, de un dedo de grosor aproximadamente y de un color característico: el beige. Antes, su relleno solía ser de crema de yema de huevo dulce. Hoy en día, se puede rellenar de lo que guste: chocolate, mermelada, coco, plátano…

Por último, los panellets. Son un dulce propio de Cataluña. Lleva almendras, patatas, azúcar y piñones. Normalmente, su ingesta se suele acompañar de un vino, habitualmente Moscatel.

Además, cada zona tiene sus propios dulces típicos, como las rosquillas de anís, en Salamanca; los borrachillos, en Andalucía; los rosaris, en Mallorca; o los pestiños, en Jaén.

Día de los Difuntos

Es cierto que el propósito de esta celebración es el mismo que el del día anterior: rendir culto a los difuntos. Para ello, también se visitan los cementerios y se ofrecen flores y rezos.

Aunque es una fecha que está más arraigada a otros países, como México, poco a poco, el 2 de noviembre comienza a hacerse más popular entre la población española que, con el fin de evitar la afluencia de los cementerios el Día de Todos los Santos, prefieren celebrarlo al día siguiente.

Además, el 2 de noviembre se conoce en Canarias como el Día de los Finados, o Finaos. En esta fecha, la noche del 1 al 2 de noviembre, los familiares y amigos del difunto se reúnen para conmemorar al fallecido a base de compartir historias y recuerdos. Todo esto, mientras se comen frutos otoñales como las castañas, y se bebe ron miel o anís.

 

Ciertamente, y como declaró el Papa Francisco: «Ambas celebraciones están unidas entre sí. La tradición de la Iglesia siempre ha exhortado a rezar por los difuntos, en particular ofreciendo por ellos la celebración eucarística. Es la mejor ayuda espiritual que podemos dar a sus almas, especialmente a las más abandonadas». 

Autor

Grado de Comunicación Audiovisual por la Universidad de Salamanca, Máster de Comunicación y Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela.