La tradición manda, y lo que haya que tomar después de los toros en Salamanca, se toma en el Copaviga. Mientras me encontraba en la barra, un hombre a mi lado movía un café con la cuchara mientras miraba al infinito y negaba con la cabeza. De repente se dirigió a mí (con susto incluido), y sin conocerme de nada, me espetó: ¡el toro era de vuelta al ruedo!
El hombre estaba deseando compartir con alguien su descontento, y yo le di la razón. El quinto toro del encierro de El Puerto de San Lorenzo, era de premio, y la faena que le firmó Paco Ureña, de doble premio. A la postre fue el mexicano Leo Valadez quien abrió la Puerta Grande, pero bien pudo hacerlo con el albaceteño y con un Perera sin espada. Ureña disfruta de un gran momento en la recta final de su temporada, y lo dejó patente en nuestro coso ayer. Destacó en su faena al quinto, de nombre «Inspector» y de La Ventana del Puerto, al que le hizo quizá una de las faenas más importantes que vayamos a ver en esta feria, por importancia y por ser muy completa. Apostó por el toro y su bravura y lo hizo sin alharacas y mucha pureza tanto en tandas hiladas, como en muletazos en los que citó def rente toro, que transmitió y humilló. Faena redonda que no se premió en su justa medida. El palco negó la segunda oreja al torero y se olvidó de premiar a este bravo quinto con la vuelta al ruedo. Ante el primero de su lote, Ureña fue ovacionado luego de firmar una labor larga en la que apostó ante un toro poco claro al que hubo de ponerle mucho mando.
Leo Valadez era nuevo en esta plaza, y cayó de pie. Cortó una oreja de cada uno de sus oponentes y logró salir en hombros. Si con el primero echó el resto y sacó toda su artillería pesada desde un quite por lopecinas hasta un inicio de faena de muleta de rodillas, con el que cerró plaza no se achicó. Quitó, banderilleó, y no se dejónada dentro el mexicano, demostrando con gusto que quiere volver a nuestro coso. Logró pasajes de mucho calado en el tendido y de nuevo paseó una oreja.
Perera también pudo triunfar de no ser por el fallo a espadas. El abreplaza, de La Ventana, no terminó de emplearse de salida y tampoco lo hizo con franqueza en la muleta. Aun así, el extremeño brilló por encima de su oponente y le extrajo lo que tuvo, por ambos pitones. Fue ovacionado. Rebrincado en los primeros compases de la faena de muleta resultó el cuarto de la tarde, al que el mando de Perera puso paz en una faena de sobresaliente y con pasajes de verdadera enjundia y firmeza, muy importante. Marró con los aceros esta labor, pero a pesar de ello le pidieron la oreja. Todo quedó en ovación.
Paula Zorita – Revista Lances de pluma y pincel – 18 de septiembre de 2022
