Textos naturalistas de Miguel Delibes que bien podrían ser de hoy en día

- en Campo
Miguel Delibes

La despensa del mundo

La técnica, que puede mucho, evidencia que somos poco. Esto supone para el orgullo del hombre, en cierto modo, una humillación, pero también una toma de conciencia: la de estar embarcado en una nave cuya despensa, por abastecida que quiera estar, siempre será limitada. Esta convicción destruye la idea peregrina de la infinitud de recursos y presenta de cara al futuro, el posible fantasma de la escasez.

El progreso de la Humanidad

El verdadero progresismo no estriba en un desarrollo ilimitado y competitivo, ni en fabricar cada día más cosas, ni en inventar necesidades el hombre, ni en destruir la Naturaleza, ni en sostener a un tercio de la Humanidad en el delirio del despilfarro mientras los otros dos tercios se mueres de hambre, sino en racionalizar la utilización de la técnica, facilitar el acceso de toda la comunidad a lo necesario, revitalizar los valores humanos, hoy en crisis, y establecer las relaciones hombre-naturaleza en un plano de concordia. He aquí mi credo, y, por hacerlo comprender, vengo luchando desde hace veinticinco años.

El abuso de la Naturaleza

El hombre de hoy usa y abusa de la Naturaleza como si hubiera de ser el ultimo inquilino de este desgraciado planeta, como si detrás de él no se anunciara un futuro. La Naturaleza se convierte así en el chivo expiatorio del progreso. Hemos caído en la primera trampa: la inmolación de la Naturaleza a la Tecnología.

La Historia de la Humanidad no ha sido otra cosa hasta el día que una sucesión incesante de guerras y talas de bosques. Y ya que, inexcusablemente, los hombres tenemos que servimos de la naturaleza, a lo que debemos aspirar es a no dejar huella, a que se “nos mate” lo menos posible. Tal aspiración, por el momento, se aproxima a la pura quimera. En esta cuestión el hombre supertécnico, armado de todas las armas, espoleado por un afán creciente de dominación, irrumpe la Naturaleza y actúa sobre ella desvalijándola y envileciéndola.

Recuperación del mar

Ciertamente las posibilidades de recuperación del mar son muy crecidas, pero a estas alturas del siglo XX, el hombre puede también vanagloriarse de haberlas rebasado. Se abre así una eventualidad patética: la de la posible muerte del mar, posibilidad no muy remota, puesto que algunos mares interiores bien puede afirmarse que han entrado en agonía.

La cultura campesina

Hemos matado la cultura campesina pero no la hemos sustituido por nada, al menos, por nada noble. Y la destrucción de la Naturaleza no es solamente física, sino una destrucción de su significado para el hombre, una verdadera amputación espiritual y vital de éste.

Hacia una sociedad estable

Únicamente un hombre nuevo -humano, imaginativo, generoso- sobre un entramado social nuevo, sería capaz de afrontar con alguna probabilidad de éxito, un programa restaurador y de encauzar los conocimientos actuales hacia la consecución de una sociedad estable. Los hombres debemos convencernos de que navegamos en un mismo barco y todo lo que no sea coordinar esfuerzos será perder el tiempo. En este juego participamos todos, pero nadie debe reservarse el derecho de hacer trampas. Nuestro planeta se salvará entero o se hundirá entero.

Autor

Equipo de redacción de NOTICIAS Salamanca. Tu diario online. Actualizado las 24 horas del día. Las últimas noticias y novedades de Salamanca y provincia.