Se le quiere, Miguel Ríos es muy querido, él lo sabe y es capaz de alimentarse de ello, esa es la fuente de su energía incombustible, ése es su secreto.
Formula cabalista hallada hace más de cuarenta años, química perfecta que siempre funciona. Rock and Ríos la denominan , sinfonía sacrosanta de la música en nuestro país, infinita en el tiempo, apenas vulnerable, vigente eternamente.
Unidos y creando notas musicales familiares la enorme banda que acompaña a Miguel, destacar al mítico John Parsons, desplegaron todo el genuino repertorio versión 2005, self list completo, intacto, «enterito»!!!. Ayudado por los encantados invitados en el concierto de Valladolid (Cifu de Celtas Cortos, Nina y Paco de Morgan y Rebeca Jiménez), la forma más inteligente de afrontar un concierto de este calado y magnitud. Sabio y viejo rockero, son mil batallas.
Chaqueta reversible con la que liberó el alma de los más grandes. Sin dudas decidieron quedarse. Eran sus amigos…Donde estaban? Allí a su lado muy cerca, en su chaqueta. La clave mágica llega a su fin y bienvenidos al rock de una noche de verano. Respuesta agradecida del personal en forma de coro improvisado monocorde al unísono y a capela, comunión profana de fuerza popular.
Esto ocurrió durante el plenilunio en el que agosto y septiembre se encuentran y se besan furtivamente durante unos segundos inapreciables, sanos y determinantes.
Alfredo Hernández López