La fotografía literaria de Mario Muchnik en La Salina

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Mario Muchnik en Salamanca

La muestra sobre el  editor argentino, compuesta por 62 fotografías pertenecientes al Instituto Cervantes, estará en la sala de exposiciones La Salina hasta el 25 de Abril. Se trata de un recorrido expositivo que capta la mirada de escritores e intelectuales.  En  él se refleja su vocación fotográfica

Mario Muchnik (Buenos Aires 1931), editor, hijo de editor, fotógrafo empedernido, Traductor, escritor  y físico, carrera que estudió en los EEUU, recalo en Europa. Estuvo viviendo en Roma, París, Londres y posteriormente vino a nuestro país donde estuvo instalado en Barcelona y Madrid.  En Roma dio clases en el Instituto de Física Nuclear en los años sesenta; En 1961 conoció  a su mujer, la periodista y pintora Francesa Nicole Muchnik, y abandonó la física en 1966 para dedicarse a la fotografía. En 1967 se convirtió en editor-jefe de una empresa audiovisual en Londres y durante su estancia en París participó en las revueltas del mayo francés de 1968, de las que dejo testimonio con su cámara publicando un libro de fotografías sobre este tema.

En 1973 fundó con su padre Jacobo Muchnik Editores, que en la actualidad lleva el nombre de Aleph. En 1978 se traslada definitivamente a España, concretamente a Barcelona. No volvió a Argentina porque un primo suyo fue torturado y deportado por la dictadura de Videla. El primer libro que editó en Muchnik Editores fue Otros poemas de Jorge Guillén, impreso en México y distribuido en España. De 1982 a 1983 fue director literario de Ariel-Seix-Barral  y vicepresidente de Difusora Internacional hasta 2012. Trabajó durante años en la editorial Anaya y entre 1991 y 1997 creó el sello Anaya-Mario Muchnik para publicar obras de narrativa extranjera y contemporánea. Pero en 1998 fundó el nuevo sello editorial independiente Taller de Mario Muchnik para publicar seis títulos de narrativa y ensayo. Fue amigo de Elias Canetti, Primo Levi, Julio Cortázar, Augusto Monterroso y Montero González y cómplice de otros editores independientes como Carlos Barral y Giulio Einaudi.

Muchos de los escritores a los que editó sus obras le sirvieron de modelos: Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa o José Donoso, Jorge Luis Borges, Jorge Guillén, Alejo Carpentier o Ernesto Sábato. Pero no sólo se dedicó a fotografiar autores de lengua hispana. Durante su estancia en nuestro continente también inmortalizó a Simone de Beauvoir, Jean-Paul Sartre, André Malraux, Italo Calvino, Kenize  Mourad  u Olivier Sacks. Además, tiene imágenes de autores españoles como Ana María Matute,Carmen Martín Gaite, Goytisolo o Rafael Alberti.

Las fotografías son todas ellas en blanco y Negro puesto que para él ya era suficientemente expresivo, considera que el color fue sólo un arreglo de las compañías.  Destaca en ellas un marcado aspecto natural, sin encuadre estudiado ni escenografía a destacar, consecuencia de que muchas son “imágenes robadas”. Muchnik se trata de algo más que un fotógrafo convencional, es un artista que intenta plasmar en su obra no solo sus personajes, sino también sus conversaciones y su bagaje literario.

Confiesa el autor: “La mayoría de las imágenes son fruto del azar, no las busqué conscientemente. Simplemente me cruzaba con los escritores y les hacía una foto. Y así hasta llegar a reunir  50.000 negativos…”. Desde su primer retrato a su perro a los 8 o 9 años nunca dejó de pulsar el disparador

Las instantáneas tienen otra imprecisa cualidad en común: el aura de soledad que envuelve a sus personajes. “Personajes perplejos casi siempre, ocupados en paisajes desolados”. El editor asegura “La psicología que me mueve siempre ha sido la misma: reflejar una realidad. No ha primado la estética, que no me interesa. A mí me ha interesado mucho la realidad”.

Sus cámaras favoritas fueron sus dos Leicas “con sus cuatro objetivos” que prefirió a robustos modelos germanos por la agilidad y la rapidez de reflejos que le proporcionaban. “Allá donde iba, siempre se llevaba una cámara” cuenta su hijo Federico, cineasta asentado en Boston desde hace décadas.

Las cámaras suelen ser un filtro, una forma de  poner algo entre la vida y tú. Una cámara es un buen lugar detrás del que esconderse. Y, a la vez, también son una manera de intentar conectar con el otro” afirma el artista.

Esta exposición, comisariada por el también bonaerense, poeta y ensayista Marcos Ricardo Barnatán está formada por 62 fotografías pertenecientes a una donación de 133 obras que Muchnik entregó al  Instituto Cervantes y hay que valorarlas porque constituyen un testimonio único de la relación que tuvo este editor con lo más selecto de los autores literarios del siglo XX.

La muestra podrá visitarse hasta el próximo 25 de abril en la sala de La Salina de la Diputación en horarios de martes a domingos de 11:30 a 13:30 y de 17:30 a 20:30 horas; y festivos de 11:30 a 13:30 horas. Los lunes está cerrada.

Autor

Periodista licenciada en la Universidad Pontificia de Salamanca. Máster en Comunicación en entornos digitales por la Universidad Camilo José Cela.