Alea iacta est (que para algo tiene que servir haber estudiado latín)

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juan carlos alba de tormes

Por si alguien no se había dado cuenta, las fiestas en Alba ya han comenzado. A lo tonto el fin de semana anterior hubo algún acto y este pasado ya no ha sido a lo tonto, ha sido con todas la de la ley, recortes, actos religiosos, feria del barro, exposición de moda de los años veinte en la basílica, recreación de la visita real de hace 100 años, menús conmemorativos en los establecimientos de hostelería…

Como os digo, las fiestas han comenzado una semana antes (o más) de lo habitual y por lo tanto hay tareas que hacer, que aunque a veces sea poca, el caso es que hay que organizarse, preparar y después, es norma de la `casa´, hacer que todo lo que me incumbe se lleve a cabo de la mejor manera posible, a pesar de que en el último momento me digan que hay algún `extra´ con el que no contaba y que debo solventar sobre la marcha.

Tengo la impresión que hasta el prior de los Carmelitas, Miguel Angel, que es un organizador de los buenos y trabajador incansable, el sábado se sorprendió cuando ante un pequeño inconveniente con el sonido en una presentación audiovisual, yo había previsto de antemano que podría suceder y llevaba lo que hacía falta para solventarlo. Es más, en un primer momento la imagen se veía bien y había dado el `ok´, pero en el cuarto de hora que faltaba para comenzar hice un par de pruebas y se pasó del bien al perfecto y además en mayores dimensiones para que quien estuviera más alejado pudiera ver sin problema los videos, uno sobre la imposición del doctorado a Santa Teresa por la universidad de Salamanca del que se cumplía el centenario y otro acerca de la relevancia de Santa Teresa y de quien en ese momento era vicerrector y firmó el acta, Miguel de Unamuno. Claro que no le dije nada al prior, y no creo que lo supiera hasta ahora, si es que lee el artículo, pero en uno de los videos aparecen bastantes antepasados de Ana y había que dejar bien a la familia.

Y lo anterior sirve para poner en contexto, y además para dar de paso un poco de importancia a mi trabajo, modestia aparte, pero es lo que hay y a veces hasta yo mismo me sorprendo del resultado (alguna `cagada´ también queda por el camino aunque puede que ni se den cuenta). Todo esto sirve, digo, para explicar por qué es el peor momento en el que inscribirme a una media maratón y tener que trastocar los planes de preparación de un día para otro y ya no digo nada lo que puede pasar el mismo día de la prueba (que casi siempre coincide con el domingo grande de las fiestas) cuando hay algo previsto y en el último momento te llaman para decírtelo o solventar alguna duda.

Y en el último momento me refiero hasta en mitad de la prueba y tú corriendo y hablando por teléfono y al rato otra llamada y otra, como me ha pasado en alguna ocasión y los que van a tu lado se quedan sorprendidos de que no apagues el móvil como me recordaba hace un par de días alguien que lo presenció en una de las ocasiones, pero es que ante todo la responsabilidad, a veces pienso que demasiada y de más, pero cada uno es como es y a estas alturas me parece que ya no voy a cambiar.

El caso es que para preparar la media solo he tenido tiempo para dos salidas cuando lo normal serían como mínimo cuatro o cinco aumentando poco a poco la distancia. La segunda y última, este sábado, empezó todavía de noche porque había que estar pronto montando el sonido y echando una mano en el último momento en un par de cosas de la feria del barro y para no complicarme repetí el recorrido anterior alargando un poco la distancia en la parte final y llegando a hacer casi 19 kilómetros.

Ducha, desayuno en condiciones (antes fue solo un café con leche y miel) y a la tarea, que además me iba a servir para moverme y estirar bien después del esfuerzo porque esta vez había acabado con los cuádriceps doloridos o más exactamente los tensores de la fascia lata, que como suelo bromear con el juego de palabras, me da bastante la lata en las distancias largas.

Por lo demás bien, es un decir porque se nota mucho el pasar con dos salidas de hacer normalmente 11 y algo a casi 19 y además sabiendo que esos dos y `pico´ que me faltan para el próximo domingo son el remate y se van a notar. Espero se suplan por la diferencia de relieve porque en estas dos salidas he metido subidas, muy tendidas eso sí,  y la media es prácticamente llana, excepto una `rampita´ entrando en Santa Marta, que en condiciones normales no merecería ni tan siquiera ese apelativo, pero sí a falta de kilómetro y medio para acabar una media, con las fuerzas menguando por momentos y sobre todo porque la vas viendo desde muy lejos, es lo malo de esos recorridos llanos y rectos, y parece más de lo que en realidad es cuando lo que quieres ya es llegar y acabar sea como sea.

El domingo paseíto, porque es lo que ha sido, de hora y media con la bici de carretera para soltar un poco más las piernas y listo.

Cambiando de tema. La pasada semana se inició la temporada de la Escuela de Atletismo y, como una imagen vale más que mil palabras, ahí queda esa foto en la que incluso faltan 6 atletas de los que componen la plantilla. Buen equipo tenemos.

Y para comenzar bien la semana, a donar sangre que toca y además están bajas las reservas. ¡Animaos, qué es dar vida!

Autor

Corredor, ciclista y nadador aficionado. Técnico de la Escuela de Atletismo de Alba de Tormes, impulsor del grupo de iniciación a la carrera promovido por el ayuntamiento de Alba de Tormes y monitor de gimnasia para mayores. Entrenador auxiliar de natación, socorrista acuático y monitor de gimnasia en el agua. Formación como monitor de socorros y emergencias por Cruz Roja. Miembro desde sus orígenes del club Alba Running, del Club Ciclista de Alba de Tormes y desde hace un año del Club Deportivo Cádiz Costa de la Luz.