Día de senderismo y celebración

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senderismo alba de Tormes

Poco a poco la temporada de la Escuela de Atletismo se acaba y este domingo vivimos uno de esos momentos bonitos que teníamos por estas fechas antes de la pandemia y que durante estos dos últimos años no habíamos podido disfrutar y es que volvimos a hacer nuestra antes tradicional ruta de senderismo y después disfrutamos de una comida en grupo, niños, padres y familiares para recuperar fuerzas.

La verdad es que se planteó y planeó todo en pocos días y a pesar de ello salió bien. Nos está costando volver a las rutinas. Para no complicarnos mucho y por eso que os comento de haber planificado todo en una semana, repetimos la última ruta que habíamos hecho por los alrededores de Alba. Bueno, en realidad solo repetimos el comienzo y el final, pues buena parte del regreso lo hicimos por un camino distinto que prácticamente nadie del grupo conocía y así había un poco de novedad. Por cierto, que el día anterior y después de la ruta de bici con los compañeros, hice un extra (eso sí que es un extra de verdad) por mi cuenta para reconocer el recorrido, sobre todo la parte nueva que quería hacer y que no tuviéramos ninguna sorpresa.

Quedamos a las 10:30. Era un poco tarde para una ruta de senderismo en estas fechas, pero había que dejar margen para los futboleros de la noche anterior, de hecho alguno falló a la marcha y después se unió a la comida por ese motivo, y además los niños me habían pedido no madrugar. Sabía que, comenzando a esa hora, después pasaríamos calor, pero estábamos al lado de casa y además así disfrutaríamos más del refrigerio y la comida a la vuelta.

Salimos andando por el puente y la carretera de Valdemierque y se nos fueron incorporando más componentes hasta estar completos al comienzo de la vía verde, por la que recorrimos 2 kilómetros hasta llegar a la antigua estación del tren. En ese punto nos desviamos por el monte para hacer la parte de subida y en la que solo paramos para sortear un par de porteras. Ya arriba nos acercamos hasta lo que se denomina la Cruz del Siglo, que llama la atención que esté en esa zona y allí hicimos una breve parada para recuperar fuerzas. Al ver a un grupo tan numeroso se acercaron para ver si todo estaba correcto los dueños de la finca en la que se encuentra porque la ruta discurrió por un cordel público, pero ese punto es privado y además suele haber ganado suelto por lo que salvo con autorización no se puede entrar. Todo en orden cuando les comentábamos que habíamos avisado a los renteros y además así aprovechamos para que nos hicieran la foto de recuerdo y salir en ella todos los que participamos en la caminata. Además nos comentaron que ese punto lo tenían los aviones de Matacán como referencia desde que existe la base aérea, cosa que no sabíamos. La vuelta la hicimos por un recorrido distinto aunque eso iba a suponer alargar un poco la ruta, un par de kilómetros, pero así pasamos por otro tipo de paisaje y también pudieron ver una granja de cerdos ibéricos que a los pequeños les llamó la atención por el tamaño de los animales.

En esa parte de recorrido llegamos hasta Torrejón y a tres de los chavales de la escuela les salió a saludar su abuelo, Colás, lo que les hizo bastante ilusión. Y ya por la vía del tren, tal cual porque fuimos caminando por las traviesas, enlazamos de nuevo con la vía verde y pusimos rumbo a la Dehesa (así llamamos a una de las zona recreativa del río) para comer. Eso sí, antes los chavales no dudaron en meterse en el agua para refrescarse y los mayores optamos por sentarnos en la terraza del chiringuito y tomar algo fresco. Cada uno tenía sus prioridades. En ese momento se nos unieron los padres que alargaron la celebración futbolera del día anterior, algún atleta mayor que no habían querido `madrugar´ y el concejal de deportes, Jose, en representación del Ayuntamiento.

El menú también fue distinto. Los pequeños entrantes, arroz con pollo y helado, menú cortesía del ayuntamiento para celebrar la buena temporada que han tenido. En el caso de los mayores habíamos encargado una paella que además se completó con unos platos de carrilladas y secreto ibérico, tarta con helado de postre y café. Buenísimo todo. Alargamos bastante la sobremesa porque estábamos muy a gusto y poco a poco nos fuimos yendo para casa que había que desconectar de cara al lunes.

Esta semana será la última de actividades normales de la escuela de atletismo y ya la próxima solo dedicaremos una sesión a preparar la final de duatlón del día 12 en Ciudad Rodrigo, que ese sí que será el final oficial de la temporada que ha sido larga y fructífera a falta de ese remate.

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