Hay que saber diferenciar euforia de satisfacción o alegría. Bien es cierto que los tres estados se mueven entre delgadas líneas, pero la euforia suele conllevar una sensación desaforada, fuera a veces de los parámetros reales.
Yo creo que la victoria en Palencia lo que dio a la ‘parroquia’ blanquinegra es una alegría como hacía tiempo que no vivía. Después de innumerables decepciones (con la única excepción estos años del ‘milagro de Lolo Escobar’), el arranque liguero en Tercera RFEF fue como un bálsamo para los cerca de 2.000 abonados, para los más de cien que se desplazaron a la capital castellana y para el resto de aficionados del Salamanca UDS que no están encuadrados en ninguno de esos dos grupos.
Además, el triunfo permitió rebajar las posibles dudas dentro del equipo y, sin ser un gran partido, sí dejó muchas más cosas buenas que malas, así que hay que quedarse con ellas y disfrutarlas y el resto… cambiarlas a través del trabajo.
Sin embargo, todavía no se ha conseguido nada. De nada sirve aquella clara victoria si no se ratifica este sábado con un resultado positivo en el regreso al Helmántico. De momento, en pretemporada no se consiguió ver ganar a los charros, así que habrá que esperar a la competición oficial y si es en el primer partido, mucho mejor. Servirá para expulsar cualquier tipo de ansiedad y para dar un aviso a navegantes.
El Helmántico tiene que ser un fortín. Utilizamos esa palabra, pero en realidad lo que tiene que ser es una catapulta hacia el objetivo. Tiene que ser el lugar que lance al equipo hacia la meta marcada y ahí, aunque aquí no somos de personalizar, es donde hay que ver las apuestas. Amaro, que cuajó un gran partido en Palencia, y, sobre todo, Diego Benito, tienen que ser los auténticos dueños de los partidos. En símiles taurinos deben mandar y templar para terminar sometiendo al rival. A sus 34 años, el madrileño se ha convertido en una de las apuestas del club para la temporada. Mucho se ha hablado de su calidad, que es incuestionable, pero también es cierto de que el momento de demostrarlo es ahora y toca hacerlo de verdad, siendo el verdadero eje, dejando más cosas que simples destellos. Tiene que ser el motor del equipo apoyado por el capitán. Es uno de los jugadores más queridos y ahora es el turno de ser uno de los más temidos.
No será nada fácil por el rival y eso hace que sea más importante el reto. Si el otro día pedíamos el 120 por ciento de atención, mañana toca el 150. El Almazán llega con el cuchillo entre los dientes y los sorianos no sólo conocen de sobra la categoría, sino que han demostrado dominarla. El año pasado sólo fueron superados por el CD Guijuelo. Fue su mejor temporada siendo segundos y con la clasificación para la Copa. Este año han apostado por la continuidad y eso significa que van a ser uno de los grandes rivales por el ascenso de categoría. Además, al igual que el Salamanca UDS, llegan de lograr una victoria importante en el debut liguero. En su caso no fue tan contundente como la de los blanquinegros, pero quizá, moralmente, lo fue tanto o más, pues se impusieron en el derbi soriano al filial del Numancia.
Habrá que ver su propuesta en el Helmántico en el ‘juego’ de trasladar presión a los rivales, si dejan el peso a los de María o por el contrario buscan dar un paso al frente. Lo que está claro es que el Salamanca UDS en el feudo charro no se va a achicar. Tiene jugadores para no hacerlo. Es más, tiene jugadores que, quizá, le obliguen a ello, pero seguro que también están preparados para otro tipo de planteamiento como sucedió el otro día. Porque el fútbol son detalles. Se demostró en la primera jornada y se volverá a demostrar en esta. Una vez pasado el partido ya valoraremos otros condicionantes, pero hoy toca dar la medida en una nueva final. Lo del Palencia es ya pasado y tocar construir el futuro de los próximos siete días.