José Luis Sánchez Paraíso: Salmantino universal y eterno olímpico

- en Deportes
José Luis Sánchez Paraíso

En apenas cuatro días dará comienzo una nueva edición de los Juegos Olímpicos. Será una edición atípica que, probablemente, no debiera celebrarse, pero el daño colateral habría sido enorme, tanto a nivel económico por la inversión de patrocinadores como, sobre todo deportivo pues cuantos deportistas habrán hipotecado su vida y sus esfuerzos para esa cita. Los seguidores de la cita esperamos ansiosos y expectantes el desarrollo de la competición. Aprovecharemos ese parón entre una liga de fútbol y la pretemporada de otra para convertirnos en especialistas en todo tipo de deportes, sobre todos en aquellos donde los españoles podemos arañar algún metal.

Los números son así de caprichosos. Quedan cuatro días y ayer hizo cuatro años que nos dejó José Luis Sánchez Paraíso, el ‘Animal Olímpico’, un salmantino universal que, por desgracia, las nuevas generaciones se piensan que sólo es un pabellón. Ni siquiera asocian el recinto a una persona, a un campeón de campeones, a una bandera del salmantinismo a todos los niveles. De hecho, fue hombre de un único club y ese club no fue otro que la Unión Deportiva Salamanca.

Si Gil Pérez es el padre del olimpismo salmantino (acudió a ocho Juegos y bajo su tutela participaron numerosos olímpicos, entre ellos el propio Paraíso), y Albarrán el primer olímpico, el recordado José Luis se puede considerar ‘hijo deportivo’ de Gil Pérez, a cuyo lado creció como deportista (con una de las carreras más longevas del atletismo español) y como técnico y donde, si me permiten el símil, se convirtió en el ‘hermano mayor’ de varias generaciones de auténticas estrellas del atletismo español (Rosa Colorado, Antonio Sánchez, Míriam Alonso, etc., etc., etc.)

Fue el primer olímpico charro en ir a tres Juegos y no sabemos cuál de ellos le dejó más anécdotas, algunas de ellas de lo más desagradable, sobre todo las de Múnich, donde nos confesaba que fue apuntado por una ametralladora. Y es que aquel torneo, que Gil Pérez ilustró en El Adelanto como ‘Los Juegos Rotos’, estuvo marcado por la tensión que provocó el asesinato de varios integrantes de la delegación israelí y de varios rehenes de un comando terrorista palestino.

Pero es que, cuatro años antes, en México, se habían producido las muertes en la Plaza de las Tres Culturas en México, en plenas protestas de la Primavera de Mayo. Sin embargo, en México, quizá por su juventud, pudo disfrutar mucho más de todo lo que conllevaba unos Juegos, anécdotas para contar y otras para no hacerlo. Todavía recuerdo una entrevista que le hice en el bar de la Tercera Edad en Carbajosa de la Sagrada, en medio de una tormenta ‘tropical’. Hacía ya tiempo que nos unía una fuerte amistad y respeto que iba más allá de la relación periodista/protagonista. Poco antes recuerdo, en el mismo municipio acompañarle el día que falleció su hermano Justo, cuyo nombre lleva hoy el campo de fútbol municipal. Y es que Carbajosa de la Sagrada era un municipio al que siempre estuvo muy ligado. De hecho, a mi llegada a la localidad, recuerdo saludarlo casi siempre en la piscina municipal mientras él echaba la partida con su pandilla.

Sin embargo, él era original de Lagunilla, una población de la zona de Béjar, desde donde se trasladó a la capital. Su historia personal recuerdo que me la trasladó en la última entrevista que le hice para la revista de la San Silvestre donde durante años también fui asiduo colaborador.

Allí me contó sus filias y sus fobias, lo que se llevaba como buenos recuerdos y los momentos duros. Era una persona directa, que no se andaba ya con tapujos. Era como el José Luis Sánchez Paraíso que pudimos ver en la inauguración del pabellón que lleva su nombre, rodeado de toda su cohorte de pupilos, amigos y ex atletas de su entrenador, Carlos Gil. Por ahí tengo que tener todavía una foto en la que aparecen todos junto a la estatua que adorna la entrada principal del recinto. Recuerdo bromear infinitas veces con el hecho de que en caso de que vinieran mal dadas echábamos el pabellón abajo y lo convertíamos en viviendas para vender.

Ahora que apenas faltan cuatro días para que comiencen los Juegos de Tokio, ahora que recién se cumplen cuatro años de su adiós, me dio por echarlo de menos, por incluirlo en este hueco que me cede www.noticiassalamanca.com y que esperamos sea una ventana abierta al deporte, algo distinto, algo elaborado. Que el deporte deje de ser repetir lo que anuncia Cazurreando y sea un poco más el repaso de lo que un día fuimos y que, o cambian mucho las cosas… o no volveremos a ser. Aunque Salamanca curte, aunque seguimos siendo una cuna de campeones, aunque gente como Álvaro de Arriba tiene mucho que decir como hizo el otro día batiendo su mejor marca. Se quedó fuera de su gran objetivo, los Juegos (fue undécimo en Río, no lo olvidemos), pero levantó la cabeza y consiguió hacer marca. Eso demuestra clase, coraje y ganas por seguir haciendo camino. Aunque gente como Mario García Romo irrumpa con fuerza en el panorama atlético nacional después de haberse codeado con los mejores en su periplo estadounidense, como lo hiciera ya su hermano, como lo hiciera Marta Pescador, como lo hiciera una Lorena Martín que este año ha vuelto a retomar su progresión mejorando varias veces su marca, por citar sólo a algunos que estén ahora mismo en el candelero.

Pero si echamos la vista atrás no podemos por menos de darnos cuenta de lo que hemos tenido y valorarlo. Debería hasta ser asignatura obligada en los colegios. Conocer a tus ilustres deportistas. En otros sitios a lo mejor no, pero Salamanca tiene un grupo para desarrollar un buen temario. Olímpicos y no olímpicos.

En el caso de Paraíso, lo fue todo, fue tres veces olímpico, fue técnico nacional, fue entrenador de olímpicos y campeones de España como el caso de Míriam Alonso, fue varias veces mejor deportista, pero si algo destacó entre todas su características siempre será su humanidad. El estar siempre al otro lado del teléfono cuando lo necesitabas, el ser el perfecto pedagogo para deshacer dudas y abrir nuevos caminos. El que sabía bromear cuando era necesario sin perder su carácter. Todo el mundo lo conocía, pero es que todo el mundo presumía de conocerle. Él era universal, pero presumía de ser salmantino, tan salmantino como universal.

Fue tal su dimensión (durante años fue el atleta con más internacionalidades hasta que superó el leonés Manolo Martínez), que quizá sus méritos se quedan pequeños para todo lo que representó. Y todo ello con un palmarés que da hasta miedo.

José Luis Sánchez Paraíso (21/07/1942 –Lagunilla-/18/07/2017 –Salamanca-)

Palmarés: Olímpico en México-68 (100 metros), Múnich-72 (4×100) y Montreal-76 (4×100). 19 veces campeón de España. 8 veces de 100 (63, 64, 65, 66, 71, 72, 73 y 79. 4 subcampeón y 5 veces tercero. Además, fue cuatro veces campeón en 200 (62, 64, 65 y 66). Recórdman nacional. 72 internacionalidades con España, de la que fue capitán varios años. Disputó tres Europeos al aire libre y tres en pista cubierta, cuatro Juegos del Mediterráneo, Universiadas e Iberoamericanos. Campeón Europeo de la FICEP. Responsable nacional júnior y de velocidad en 1979 y 80.

Biografía: Licenciado en Educación Física trabajó en el Servicio de Deportes de la Usal (1964 a 2007) y también se dedicó a la docencia en Maristas, Antonio Machado y Montessori). Además, fue entrenador Nacional.

Reconocimientos: Mejor deportista charro varios años. Oro al Mérito Deportivo Provincial; Plata al Mérito Deportivo Nacional, Oro y Brillantes de la RFEA, de la Federación charra y de la UDS. Premio Nacional al mejor historial deportivo (1975) y Reconocimiento de la IAAF y de la Fundación Helm.

*A continuación adjuntamos el reportaje y la entrevista que publicamos en el ya desaparecido El Adelanto en la serie de Olímpicos Salmantinos en 2012. Que sirva todo ello como homenaje a una de las grandes y más recordadas figuras de nuestro deporte y de la sociedad salmantina.

Autor

Periodista y comunicador. Licenciado por la Universidad Pontificia de Salamanca.