Lo que da de sí una tirada larga: Efectos de la práctica (o no) deportiva

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Gimnasia Alba de Tormes

Y después de las presentaciones en lo que para mí fue un extra porque nunca había publicado dos veces en la misma semana, toca continuar con la normalidad y volver a la `rutina´. Lo cierto es que estas semanas entre competiciones, me refiero a aquellas en las que participo personalmente o a las que acudimos con la escuela de atletismo, son de eso, rutina, y en lo deportivo hay poco que contar que no vaya más allá de las actividades realizadas como `entrenamiento´ o dentro del ámbito laboral. Entrecomillo lo de entrenamiento, como muchas otras palabras hoy, porque, aunque lo he terminado llamando así, cosa que hace tiempo dije que no haría (rectificar es de sabios o más bien de equivocados y arrepentidos, porque también se puede estar equivocado y no rectificar a sabiendas de que se obra mal), en realidad no se trata de tareas programadas en momento, duración e intensidades, sino que solo se cumple la primera de las premisas.

Se realizan en unos días y horas determinadas de antemano, aunque el motivo no sea otro que la disponibilidad de `tiempo libre´, que también entrecomillo porque que os voy a contar a los que practicáis deporte de cómo muchas veces tenemos que meter esos ratos con `calzador´ por el ritmo de vida que llevamos entre lo laboral y el resto de tareas.

¡Y ojo! Qué lo reconozco. En esto soy un privilegiado que no tiene muchas `obligaciones familiares´ que digamos y lo único que me trastoca la actividad deportiva son los fines de semana que tengo que trabajar, las obligaciones laborales.

Otra cosa son los imprevistos que llegan, como a todos, y en esos casos, como me sucede ahora, no queda más remedio que pasar todo lo demás a un segundo plano o incluso directamente dejar a un lado.

Lo que ocurre es que esta opción, dejar por un tiempo la práctica deportiva cuando el motivo no es la obligación de una lesión, puede tener efectos adversos y es que nos entra el `mono´ y acabamos estando irascibles o, como decimos vulgar y coloquialmente, y todos nos entendemos mejor, de `mala leche´.

Cuando estamos lesionados el efecto rebote `mala leche´ también se da, pero en ese caso no hay remedio, salvo que la lesión te impida realizar unos deportes pero otros no, cosa que nos pasa a veces a los que practicamos varias disciplinas deportivas y podemos variar durante ese periodo de convalecencia. Por ejemplo, puede ser que no se pueda correr pero sí nadar o montar en bici, cosa que sucede con muchas lesiones de los miembros inferiores. Y al contrario, que no se pueda nadar o montar en bici pero sí salir a correr.

Y es que hacer deporte, además de mantenernos en forma, superar retos y adquirir hábitos de vida saludable (a la fuerza, porque de otra manera es imposible la práctica deportiva regular), nos ayuda y sirve como `válvula de escape´ de la presión que este modo de vida estresante al que nos vemos obligados, nos genera. No sé a vosotros, pero a mí me `relaja´ el pegarme un palizón después de un día o una semana de estrés, prisas y/o cosas que están `bullendo´ continuamente en la cabeza. Y a veces, ese es el mejor de los efectos de la práctica deportiva, el `reseteo´ (anglicismo que usamos, pero que no es más que `reinicio´ en español) y que, al menos durante un tiempo, menos del que nos gustaría, nos produce un alivio de esa presión del día a día en la que vivimos por factores extrínsecos y también, es así, porque nosotros mismos nos la imponemos por mucho que nos digamos todos los días que no va a pasar más.

Y ese efecto, reinicio o puesta a cero mental, es el que a mí me produce, no solo la práctica deportiva, sino también las actividades que dirijo (en realidad dirijo y participo), como son la escuela de atletismo, iniciación a la carrera, mantenimiento físico para mayores, mantenimiento físico integral (combinado de distintas materias) y en verano las que se llevan a cabo en las piscinas con los cursos infantiles de aprendizaje, iniciación y perfeccionamiento de natación, así como gimnasia en el agua (no hay porque llamarlo `aquagym´, aunque yo mismo lo hago, cuando tenemos palabras en español).

A ver, no es que esté en contra radicalmente de utilizar extranjerismos, pero me parece que los usamos de forma exagerada y sin motivo, habiendo palabras en nuestro idioma que significan exactamente lo mismo. En ocasiones no se busca con ello más que un `halo´ de exclusividad y novedad que no pretende más que tratar de distinguirse de la competencia y en algunos casos, muchos por cierto, aumentar el precio de los servicios o las cosas.

Aunque, claro, está la contraparte (me viene a la mente una de las maravillosas películas de los hermanos Marx) y es que si algo se llama de una manera menos `rimbombante´, tendemos a pensar que sea peor, ¡en fin!

Hoy la foto del artículo es de la actividad de gimnasia de mantenimiento para mayores (en realidad puede ir quien quiera y así es) que desde hace ocho años imparto a través del ayuntamiento de Alba de Tormes. Está hecha en la plaza de toros cubierta, que utilizamos en los días de lluvia, niebla o excesivo frío. Qué buenos ratos pasamos haciendo ejercicio, comentando cosas e incluso riéndonos, que también viene pero que muy bien.

Autor

Corredor, ciclista y nadador aficionado. Técnico de la Escuela de Atletismo de Alba de Tormes, impulsor del grupo de iniciación a la carrera promovido por el ayuntamiento de Alba de Tormes y monitor de gimnasia para mayores. Entrenador auxiliar de natación, socorrista acuático y monitor de gimnasia en el agua. Formación como monitor de socorros y emergencias por Cruz Roja. Miembro desde sus orígenes del club Alba Running, del Club Ciclista de Alba de Tormes y desde hace un año del Club Deportivo Cádiz Costa de la Luz.