Los contratos y el fútbol

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La verdad es que no vean el tiempo que me ha llevado encontrar un título para este artículo y la cantidad de variantes que he sopesado. Desde ‘Las trampas y el fútbol’ a ‘Los toros y el fútbol’ o ‘El burreo del fútbol’,…

Viene al lío de los contratos de los futbolistas y sus clubes. De este mantra que dice que el futbolista juega donde él quiera y que, si es verdad, no es más que un chantaje de un jugador hacia su club. Un club que se ‘parte las pelotas’ literalmente para encontrar recursos para pagarle una elevada ficha (en este caso estamos pensando en el fútbol más estrictamente profesional).

Dicen los tertulianos que es que si no el futbolista queda libre en no se qué fecha y puede negociar con quien quiera “gratis”. Ahí el club, que se ha ‘partido las pelotas’ literalmente para pagarle su sueldo durante cinco temporadas, incluso puede haberse endeudado para mantener lo que era un valor de la entidad, no pinta nada, se tiene que cruzar de brazos y ver cómo su jugador, por el que se ha ‘partido las pelotas’ hace y deshace a su antojo.

Pero luego está la otra parte, la del club que presiona al futbolista con no jugar durante el tiempo que le resta del contrato. El objetivo sería que renovara en las condiciones que esa entidad quiere devaluándolo. Y, según los tertulianos, tal y cual club pueden permitírselo y están dispuestos a hacerlo.

Pues miren, ni una cosa ni la otra.

Los jugadores son personas individuales y, como tales, tienen derechos laborales, como todo el mundo, pero también los clubes tienen que tener derechos para que un jugador no se la ‘juegue’ y toda la inversión realizada se quede en reforzar a su máximo rival.

Urge una reforma en la relación entre clubes y futbolistas para que no suceda ni un caso ni otro, para que el jugador sea respetado, pero también para que lo sea el club, que edifica su futuro y realiza sus presupuestos en base, precisamente, a sus valores, y sus valores máximos son los futbolistas.

Este verano, con la enorme crisis por la que atraviesan el 99 por ciento de los clubes hay mil ejemplos de esta situación. Clubes que no pueden comprar, que se ven obligados a vender a bajo precio o casi a regalar futbolistas que tienen unos sueldos muy por encima de su valor real, pero que aprovecharon un momento de debilidad del club para inflar sus contratos. Es decir, que unos tienen que comulgar con otros en un momento terrible para las arcas de las entidades futbolísticas. Y aquí, pongan ustedes los ejemplos que quieran, porque unos son de sobra conocidos y están todo el día en el candelero, pero al final es el pan nuestro de cada día.

Porque si grave es esto, mucho más graves es el ‘chantaje’ en las canteras, tanto por parte de unos futbolistas que fuerzan su salida a otros clubes como clubes que quieren abusar de jugadores ‘de la casa’ con cantidades irrisorias si quieren continuar, cuando son jugadores que se han criado desde niños en una cantera, que aman su escudo, que sueñan con subir al primer equipo y, lo más importante, que tienen cualidades suficientes para hacerlo.

Autor

Periodista y comunicador. Licenciado por la Universidad Pontificia de Salamanca.