Media Maratón de la Diputación de Salamanca 2022: Crónica de un desastre anunciado

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El domingo era la Media Maratón de la Diputación y había quedado en ir con Gabriel, antiguo alumno de la escuela de atletismo para el que era su primera media y que conduce desde hace un par de meses ya que se sacó el carnet nada más cumplir los 18.

Lo primero fue recoger los dorsales y saludar a algunos de los trabajadores de la sección de deportes de la Diputación, empezando por Juan, el director y al que conozco desde mis años en los escolapios y en el Torres Villarroel y acabando por Esperanza, tan amable y simpática como siempre y con los que iremos coincidiendo a partir del próximo mes en las distintas pruebas de juegos escolares.

No sabía de ningún otro albense que fuera a correr, pero después allí me encontré con Chama, Juanan y Manuel a los que les podía más la carrera que la fiesta esa mañana, también vi a Harry que estaba acompañando a Tate en la megafonía porque supongo que Jorge tenía otro evento. Así que saludándoles a ellos, también a José Luis de Galinduste, a Javi, mecánico que trabaja en Alba y a otros muchos más que he ido conociendo a lo largo de estos años y que antes, durante y después de las carreras siempre charlamos un poco de esto o lo otro.

Así fue pasando el tiempo y llegó el momento de la salida. Una foto con Gabriel y Sandra (que está abonada al podio y puedo decir orgulloso que empezó a correr conmigo). Me puse en la parte de atrás del pelotón porque sé que al principio pones el ritmo de los que están a tu lado y yo no estaba para otro. Creo que es la primera vez que salgo en esas posiciones, pero es que 21 kilómetros son muchos y había que ir regulando desde el principio si quería acabar.

Así que en esas posiciones fueron pasando los primeros kilómetros, en los que por cierto me pasaron Maxi (de Peñaranda) y un compañero y me saludaron. Estoy casi seguro de que llegaron tarde a la salida y estaban recuperando poco a poco el tiempo perdido porque el ritmo que llevaban era bueno. También me pasó Venan y me dijo que se hacía raro verme en esas posiciones, pues sí, pero el día no daba para más, me había empeñado en correr y debía hacerlo regulando desde el principio. Y así en compañía de algún grupo llegamos a la mitad de la prueba y poco a poco fui adelantando a algunos corredores y también otros me pasaron a mí, que todo hay que decirlo. Como no paraba a beber agua, es una mala costumbre, lo sé, iba dejando atrás a los que acompañaba en estos tramos de 5 kilómetros, porque al coger la botella y beber se pierde el ritmo y sin querer uno se queda para atrás.

Hasta el 17 fui manteniéndome más o menos bien, pero a partir de ahí era donde sabía que iba a sufrir, como así fue. Llegué al 19 con dolor en los cuádriceps y de hecho notaba como esa parte de las piernas se iba agarrotando poco a poco. No me quedó más remedio que andar un par de veces en ese kilómetro para «soltar» las piernas y con los ánimos y en compañía de un grupo del equipo Team Run&Go acabé la prueba. Esta vez no hubo gesto de satisfacción al pasar la meta y no quería ni mirar el crono porque para mí era un desastre, 13minutos más que el año pasado, qué desastre, y además con los cuádriceps cargadísimos.

En fin, no puedo echar la culpa a nada ni a nadie porque sabía de sobra que era lo que iba a pasar por no haber preparado la prueba con el tiempo y las salidas necesarias. Me han faltado, como dije en el último artículo, por lo menos 2 ó 3 salidas y además haberlas hecho progresivas.

A bajar las pulsaciones en un rato, beber todo el líquido que no había bebido durante la carrera y que amablemente me dieron los que estaban a cargo del avituallamiento final cuando les comenté que en el recorrido no bebo. Gabriel y su familia me estaban esperando y nos acercamos al pabellón para ver la entrega de premios y de paso probar suerte en el sorteo que se realizaba al final. Aproveché para que me dieran un masaje en las mesas de físio y he de decir que entre ello y el hielo con el que me trataron se me recuperaron bastante las piernas. Mientras esperábamos turno me contó Sandra su experiencia en la subida al Anglirú el domingo anterior y he de reconocer que me daba envidia.

Vuelta para Alba y quedé con Ana para tomar una cañita y un pincho que me lo había ganado de sobra después de una carrera a la que no debía de haber ido, como después me enteré fue lo que hizo Francis Tena por haber estado unos días un poco pachucha. A ver si tomo nota para otra vez. De todas formas el lunes me he levantado prácticamente recuperado y solo tengo unas pequeñas molestias en los cuádriceps.

Este lunes a mediodía he coincidido en la plaza mayor de Alba con Yolanda Escribano (Gaceta) y Toñi (Macotera), la primera estaba de trabajo y la segunda de visita turística con unos amigos y hemos estado hablando un rato porque hacía tiempo que no nos veíamos. Nos contó Toñi que el próximo fin de semana va a participar en una carrera de 75 kilómetros, casi nada.

Autor

Corredor, ciclista y nadador aficionado. Técnico de la Escuela de Atletismo de Alba de Tormes, impulsor del grupo de iniciación a la carrera promovido por el ayuntamiento de Alba de Tormes y monitor de gimnasia para mayores. Entrenador auxiliar de natación, socorrista acuático y monitor de gimnasia en el agua. Formación como monitor de socorros y emergencias por Cruz Roja. Miembro desde sus orígenes del club Alba Running, del Club Ciclista de Alba de Tormes y desde hace un año del Club Deportivo Cádiz Costa de la Luz.