Ehta era una muher que se fue a confesar. Y el señor cura pueh tenía unah tijerah para recortar lah hohtiah, y lah traia siempre colgadah.
Con que s’ehtuvo confesando y le dijo el señor cura que si había robao algo. Y le dijo que sí, qu’había robao unah tijerah. Y dice:
-Pueh mire uhté, pueh esah tijerah lah tiene uhté que devolver, porque si no lah devuelve, pueh el pecao no se le quitará.
Con que ella le dice:
-Pueh téngalah uhté.
Dice:
-No, no. Se lah tiene uhté que devolver al amo.
-Pueh téngalah.
Mah el señor cura, como, claro, como no sabía qu’eran suyah,
-no había echao de menoh lah suyah —pueh no se lah cogió.
Cuando el señor cura va a echar mano para… de lah tijerah para recortar lah hohtiah, y no lah tiene.
Y dice:
-Venga la del tijeril.
Dice:
-Haberlah cogido, cuando te la di.
Y lah tijerah, pueh ya no se lah devolvió.
Miranda del Castañar
Victoria Coca. 24 años