Denuncia

- en Firmas

Es muy cansada la lucha diaria feminista por la igualdad.

Es muy complicado escuchar siempre el mismo mantra que, en lugar de ayudarte a conseguir la relajación, tiene el efecto contrario: alterarte y perder la paz mental que tanto cuesta obtener.

Nadie dijo que ponerse las gafas moradas fuese fácil.

Nadie advierte que, cuando te las pones, no hay marcha atrás. Siempre analizarás todo con una lupa de perspectiva y sacarás “punta” a absolutamente todo lo que te rodea.

Te ríes, por no llorar, cuando hablan de los chiringuitos feministas quienes no han salido de otro tipo de chiringuito en su vida y no han hecho nada productivo nunca.

Hay quienes cuestionan constantemente el discurso feminista y sororo, sin aportar datos ni pruebas, sólo por sus “santos cojones”; que como todo el mundo sabe, es una medida totalmente aceptada en cualquier país

Denuncia, dicen. Pero en el momento, no cuando estés anímica y psicológicamente preparada. Ya que, si no lo haces, eres menos víctima y menos creíble. Además, no cumples con el canon de víctima perfecta.

Denuncia, exigen. Como si denunciar fuese la panacea, las llaves del “paraíso” de la igualdad y el buen hacer, el bienestar y la calma absoluta.

Denuncia porque, si no lo haces, no podrás recibir la ayuda que necesites.

¡Qué mensaje más dañino y falso!

Denunciar no te abre las puertas de la tranquilidad, ni te asegura una paz mental ni espiritual. Tampoco es seguro que te vayan a creer a la primera, ni que no te hagan sentir una mierda.

A las pruebas me remito.

Pretenden que nos creamos que existe igualdad para todas las personas y que la Justicia es ciega e imparcial, monótona, quizás. Que se aplica el artículo 14 de nuestra Constitución Española.

Repito: los hechos nos demuestran todo lo contrario.

Si un profesor de colegio no realiza una cirugía a corazón abierto; si alguien que no sepa ni tenga los permisos adecuados para manejar una grúa se dedica a su manejo; tampoco alguien insensible, sin perspectiva de género, sin conocimientos previos y firmes podrá encargarse de juzgar, ni en la instrucción, ni en la segunda instancia, ni nunca, de un caso que requiere de una formación y especialización concreta.

Como juez (o jueza) tienes una posición en la sala. Tienes un poder, el cual no te da el derecho para hablar, cuestionar o decir cualquier cosa según te salga de tu “santa” toga. Tu profesión en la carrera judicial te obliga a tener unos estudios, una profesionalidad, una diplomacia, un saber estar, un decoro, pero, sobre todo, una imparcialidad que es muy importante en el ejercicio del Derecho.

Es curioso como en los asuntos en los que se ven afectadas (en el 99% de los casos) las mujeres (violencia de género y violencia sexual), todos los hombres (o el 99% de ellos) se ven interpelados y salen como hooligans a vociferar (como si eso les diera la razón por sus “santos cojones”) el tan manido #NotAllMen o #Notodosloshombres.

Bueno, queridos míos, aunque os duela, SÍ todos los agresores son HOMBRES, aunque no todos los hombres son agresores.

Como decía mi abuela: si te pica, te rascas.

Siempre, SIEMPRE en los casos de violencia de género y violencia sexual se cuestiona, se pone el foco en la mujer.

Siempre hay una excusa perfecta para poner en duda su relato y usar un tono agresivo, a la par que condescendiente, autoritario con ella. Mientras, el colegueo y el compadreo se produce con el otro bando.

Es lamentable no poder confiar en nuestro sistema judicial cuando nos lo están pidiendo a todas horas.

Observamos que la práctica y la realidad, para las mujeres, es todo lo contrario a la protección y ayuda que nos lanzan, en los distintos discursos de diferentes personalidades, que tendremos si lo hacemos.

¿Por qué no denunciamos? O, ¿Por qué tardamos tanto en denunciar?

¿Y tú me lo preguntas? El problema, quizás, eres tú.

Recomendación audiovisual: Intimidad (serie) y Creedme (serie).

Autor

Doctora en Derecho y Ciencias Sociales por la UNED, Licenciada en Derecho por la USAL, Máster en Derechos Humanos y Máster en Malos Tratos y Violencia de Género por la UNED. Técnica de proyectos en prevención y sensibilización en materia de igualdad, violencia de género y sexual.