Luz, transparencia y oxígeno

- en Firmas

En el PP salmantino se apagaron las guerras, se eliminaron los disidentes y se organizó la «mafia» que lleva años y años sentada en las bancadas del partido. Es una organización cerrada, cuasi secreta, en la que aquellos que tomaron el poder, allá cuando lo alanzó Lanzarote, se mantienen en el asiento sin ápice de regeneración, como mucho han admitido alguno/a del pesebre contiguo y que jamás les podría hacer sombra por estar cogidos por los «membriscalos», a los que hicieron participes de los «sobres» y por lo que ha cambiado de puesto, de asiento, de poltrona, pero no hay cambio.

Hoy, y desde hace años, si alguien cualquiera se acerca al PP con la intención de aportar alguna idea, o se lobotomiza y aparca en el escalón inferior o es expulsado a bofetadas, vaya a ser que sea capaz de hacer o decir algo.

Así las cosas, el cáncer más serio del partido se mantiene incólume, bien es verdad que con amenazas, presiones, acciones mafiosas y presencias indeseables, lo que no hace que sea mejor, ni que sea lo mejor, sino que el cáncer metastatiza y contagia el cuerpo entero, sin solución alguna, más allá de la espera del trágico final.

La última intentona de cambiar las cosas, que no de regenerar, acabó como el rosario de la Aurora, con unas dilapidadas cual meretriz en el áfrica musulmana, otros corriendo a sus posiciones primigenias y, alguno más inteligente, buscando su futuro en su trabajo privado

Entre tanto, la mano que mece la cuna jugando a los mayores, dando sensación de seriedad, pero con las mismas armas y modos que le han hecho alcanzar su posición… nada de nada. Los demás, haciendo caso para ver cómo el bebé se duerme con el balanceo del somier, a la espera de que, en algún momento, alguien haga despertar el partido, transmita fortaleza e ilusión para comenzar a desbrozar la hierba que ahora crece.

El carcinoma, con sujetar su postura, ser y dejar ser al que mece la cuna y llevarse su porción, le basta y le sobra, que la ha visto apunto de perderse y eso, amigo sancho, eso, no se puede permitir.

En este lodazal, te encuentras pequeñas islas que pretenden mantener la esencia, rodeadas de ponzoñosas aguas en las que cursan a nado las «putillas y chaperines» cada vez más fuertes y cada vez más sarnosas, y que conseguirán, o no, acabar con el islote, un ismo que lucha contra propios y extraños, que boicotean los adversos y los propios, y que debe su posición a la mano que mece la cuna, con lo que se complica su existencia pura y limpia; sosa, muy sosa, oscura y gris cual funcionario de los 60, pero al cabo, transparente en ese mar de detritus.

A esto, la ciudad, los ciudadanos que precisan un liderazgo fuerte, alguien valiente, sin complejos pero solvente, serio pero cercano, conocido pero suficientemente limpio como para hacer tambalear los cimientos de la ciudad y hacerla nueva, con un proyecto del que se carece desde hace ya demasiados años, que sea capaz de imprimir un nuevo paso a una Salamanca del pasado, que se tiene que fortalecer en el presente y correr de nuevo en las más altas ligas en el futuro próximo, con la colaboración de todos, con el concurso de todos, con una ideología fuerte de centro derecha, pero capaz de involucrar a quienes aman su ciudad, sean del color que sean y apartar tanto desgarramantas y destripaterrones que con diferentes banderas buscan su lucro y destruir todo aquello que no sea su deseo o voluntad.

Dónde está ese partido que ilusione, que transmita optimismo, energía, transparencia y ganas de lograr las cosas sin mirar las políticas nacionales o las posiciones pueblerinas de los carcundiosos postulados del pasado, superados hace ya demasiados años. Un partido que deslumbre, que aporte proyectos nuevos, con personas nuevas, con seriedad, solvencia y ganas de trabajar en libertad y por la libertad, pero sin miedo y que piense en Salamanca y los salmantinos igual que en España y los españoles, para con los hombres y mujeres hacer un entorno de vida social que permita a nuestro jóvenes desarrollar sus expectativas sin necesidad de irse, sin la necesidad de abandonar su terruño por obligación.

El PP, lo hemos descrito, el PSOE no es capaz de superar la posición del PP, con iguales o parecidos cánceres, Cs nunca existió y se limitó a ser un grupúsculo de «ganapanes» que buscaban su servicio por no servir, de Podemos ni está ni se le espera, y VOX, se empeñó en ser o cercano a la delincuencia o desconocido para no molestar.

Por Dios, que venga alguien y nos permita conseguir ese partido que nos de vida, proyectos y fuerza para salir adelante porque Salamanca puede.

Autor

Abogado. Politólogo. Licenciado en Derecho y Master en Ciencia Política por la Universidad de Salamanca.