Putas

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Las putas.

No todas las mujeres somos putas, pero sí las putas son mujeres.

La sociedad patriarcal, los hombres (algunos) quieren que todas las mujeres seamos putas para seguir perpetuando los privilegios que el patriarcado les ha inculcado y que el machismo, como brazo ejecutor, trabaja para mantener junto con su hermano el capitalismo.

Las putas son mujeres que han sido obligadas, a pesar de su consentimiento (viciado, eso sí), quizás, a mercantilizar su cuerpo.

Las putas son seres humanos a quienes los hombres se encargan de convertir en meros objetos sexuales, trozos de carne que no tienen ningún tipo de derecho y que les sirven, mientras sirven, para proporcionarles un placer que no es compartido.

Que no nos engañen con que existe un tipo de prostitución que es libre. En ningún caso la prostitución te hará libre ni lo harás con libertad. Para el putero, por mucho que te digan que puedes elegir, seguirás siendo un cacho de carne con agujeros con el que proporcionarse placer por unos pocos euros.

Para el proxeneta, serás una fuente de ingresos mientras dures, mientras aguantes, mientras seas lo suficientemente complaciente, discreta, tranquila y sexy para atraer a más hombres cada día.

Nos venden los sugar daddies como la panacea para conseguir dinero fácil. Pero, piensa, ¿a costa de qué?

A costa de que te invadan tu cuerpo y hagan con él lo que quieran, sin que tengan en cuenta tus sentimientos, tu placer, sin que te oigan, sin que te valoren, sin… Tú dejarías de existir para ese hombre porque te ha comprado durante un tiempo determinado y se cree con el derecho de hacer contigo lo que le venga en gana, pues para eso ha pagado.

La prostitución mueve millones de euros en el mundo y España forma parte de ese mundo.

El capital es el norte en la brújula de muchas personas. Y la prostitución genera tanto dinero, que no puede pasar inadvertido mientras el patriarcado y el capitalismo canche a sus anchas.

Las mujeres seguimos contando menos que nada para muchos hombres y nos siguen considerando de su propiedad, manejándonos a su antojo. O, al menos, tratando de manejarnos a su antojo.

El término “puta” se ha convertido, desde hace tiempo, en un insulto muy recurrente hacia las mujeres, junto con ser considerada una “bruja” como algo despectivo y negativo.

Las putas no son como las que aparecen en películas tipo “Pretty Woman”. No hay un final feliz con un hombre amoroso que te va a rescatar con su limusina y un ramo de flores.

Las putas siguen siendo defenestradas y apartadas de la sociedad, cuando lo que deberíamos hacer es tender una mano amiga y apoyarlas y acompañarlas en la salida de ese campo de concentración que son los prostíbulos, la calle. Así como señalar a los puteros y proxenetas que se aprovechan de la necesidad de estas mujeres para sacar un rendimiento propio y usarlas como mercancía.

Las putas son seres humanos.

Recomendación literaria: “La revuelta de las putas” de Amelia Tiganus.

Programa de Radio Oasis “Las que faltaban” del 23 de febrero de 2024.

Autor

Doctora en Derecho y Ciencias Sociales por la UNED, Licenciada en Derecho por la USAL, Máster en Derechos Humanos y Máster en Malos Tratos y Violencia de Género por la UNED. Técnica de proyectos en prevención y sensibilización en materia de igualdad, violencia de género y sexual.