Las chicas de barrio, obrero, también tenemos derecho a vivir bien, cómodamente.
Las chicas de barrio, precisamente por eso, sabemos valorar lo conseguido, porque, en la mayoría de los casos, se ha obtenido con mucho esfuerzo y, en ocasiones, sacrificio.
Las chicas de barrio somos combativas, guerreras, luchadoras, constantes, perseverantes, insistentes, trabajadoras, generosas, sororas, …
Las chicas de barrio no olvidamos nuestro origen y, por este motivo, no perdemos el norte y llevamos una brújula incorporada, aunque hay veces que se vuelve un poco loca y nos hace perder el norte. Pero siempre volvemos.
Ser chica de barrio no quiere decir que te acomodes y olvides, sino que tienes una percepción de la realidad más real y cercana, tienes los pies en el suelo y, cuando hablas, cuando alzas la voz, sabes perfectamente lo que dices y el motivo por el cual lo dices.
Ser chica de barrio no es una deshonra, sino que es un orgullo.
Ser chica de barrio no es un insulto, es una realidad que nos hace ser como somos.
Ser chica de barrio no quiere decir que sepas menos, que no seas inteligente, lista, que no hayas estudiado y que no sepas comportarte. Si piensas eso, eres un clasista.
Ser chica de barrio es tener la conciencia de dónde perteneces, de cuál es tu origen y hacia dónde quieres encauzar tus energías para conseguir tu meta.
DEDICADO A TODAS LAS CHICAS DE BARRIO, EN ESPECIAL A TERESA MARCOS BUITRAGO.
Recomendación RRSS: @hijasdelhormigon