Soledad

- en Firmas

La soledad es la carencia, voluntaria o involuntaria, de compañía; es un lugar desierto o una tierra no habitada; es el pesar y melancolía que se sienten por la ausencia, la muerte o pérdida de alguien o de algo. (RAE dixit).

Escapamos de la soledad como si fuese la peste. Pero, en ocasiones, aunque nos pese, ese “estar sola” es necesario para encontrarte, para conocerte, para sentirte.

Hay momentos en la vida en las que te encuentras perdida y es necesario parar, alejarte de todo y de todo el mundo, para saber qué ocurre y encontrar las herramientas necesarias para salir adelante sin acabar destrozada y dolorida.

Hay soledades que duelen, otras son necesarias, las hay impuestas por circunstancias de la vida o por decisiones, las hay elegidas para apartarte de aquello que molesta, estorba, duele o impiden pensar con claridad, las hay acompañadas en silencio…

Hay que aprender a estar sola para saber vivir en compañía. Primero debes conocerte en profundidad, algo que es difícil y que creo que no llegamos a lograr del todo nunca.

Llevarme bien con “mi soledad”, aunque no viva sola al 100%, me ha llevado algún tiempo. Iba a escribir que demasiado, pero quizás no sea así.

Aunque las inseguridades siguen acompañándome, creo que este tiempo conviviendo conmigo misma me ha venido bien.

Sí es cierto que, en ocasiones, se necesita el apoyo, la conversación, la compañía de “ese alguien” que sea compañero/a de vida o de proyecto de vida; que, en los momentos de bajón, la soledad de una casa silenciosa pesa como una maldita losa; que en esta soledad hay determinadas ausencias que pueden pesar más; determinadas conversaciones con una misma que remueven y hacen tambalear la seguridad conseguida que, quizás, no era tan férrea como se creía.

Pero también es cierto que cuando te has habituado a ella, el pensar en volver a adaptar tu espacio y tu tiempo a la compañía y el bullicio de dos o tres personas de forma continua, cuesta, aunque conozcas los beneficios de ello, aunque en lo más profundo de tu ser sea lo que deseas con toda el alma, aunque suponga poner patas arriba tu organización, tu espacio, tu silencio.

La soledad no es mala cuando sabes identificar aquellos momentos en los que necesitas compañía para conversar, para llorar, para reír, para sentir el apoyo y el abrazo y eres capaz de expresarlo en voz alta.

Pero la soledad también da miedo, eso no se puede negar.

Contradicciones de la vida.

Recomendación musical: “Sola” de Diana Navarro.

Autor

Doctora en Derecho y Ciencias Sociales por la UNED, Licenciada en Derecho por la USAL, Máster en Derechos Humanos y Máster en Malos Tratos y Violencia de Género por la UNED. Técnica de proyectos en prevención y sensibilización en materia de igualdad, violencia de género y sexual.