Somos algo más que números.
Somos personas con inquietudes, sentimientos, con propósitos, sueños, opiniones, …
No nos pueden emplear a su antojo y hacernos girar en su rueda porque haya a determinadas personas que les convenga.
Somos algo más que números.
Somos seres humanos a quienes nos corre sangre por las venas, más o menos espesa.
Somos seres humanos que, si nos pinchan, sangramos; si nos golpean, nos duele.
No pueden jugar con nosotras, apretarnos hasta dejarnos sin aire, permitiendo que nos consumamos mientras aprietan y aprietan y aprietan y aprietan…
Somos algo más que números.
No podemos servirles sólo por modas, por intereses.
No pueden pretender que les bailemos el agua y que giremos a su alrededor como si fuese nuestro sol, porque Sol ya hay uno.
El interés tiene que ser el común y hay que saber gestionar lo que tenemos de la mejor manera posible.
No sólo por el interés individual de un ente.
No sólo somos números.
Somos personas de diferentes edades, con nuestras complejidades, con nuestras “rarezas” o “normalidades”, con nuestros sueños, con nuestros problemas, con nuestras inquietudes, …
No sólo somos números, aunque nos quieran etiquetar con un número concreto cuando llegas a cierta edad, cuando entras en un determinado lugar o programa.
Tengo nombre y apellidos. Dos apellidos, para ser exacta.
Soy algo más que un número. Y quiero que se me trate como tal.
Somos algo más que números.
Que no se te olvide.
Recomendación literaria: Los Juegos del Hambre de Suzanne Collins