La emigración macoterana en Estados Unidos

- en Historia
Emigrantes de Macotera

Nadie pone en duda de que España ha sido uno de los pueblos más emigrantes del mundo; nuestros hombres ya en el siglo XVI, acompañaron a nuestros conquistadores en su ambicioso proyecto de invasión y conquista del nuevo continente, y a la estela de estos soldados, siguieron después los colonizadores y gente de a pie, que llevaban, como misión, sembrar allá nuestra lengua, religión, costumbres y tradiciones, a la vez, lograr solucionar su situación laboral y económica.

Y, a finales del siglo XIX, cuando la situación económica de nuestros pueblos volvía a ser insostenible, aparece, de nuevo, el símbolo de América como tierra de promisión, no sólo de España, sino también de Europa; y así es como, desde los distintos puertos europeos, salen los grandes contingentes de personas, huyendo de la hambruna y de la miseria, que mordían sus carnes, en busca del amparo de la tierra del oro. Y allí quedaron generaciones y generaciones de españoles y europeos, en un mestizaje, que nos hermana con los pueblos americanos.

La emigración de nuestra gente a EEUU se inicia en las primeras décadas del siglo XX, muy especialmente entre 1900 y 1920. Se calcula que el número de compatriotas, que partió de nuestros puertos hacia el país americano, se cifra en alrededor de tres millones, aunque estimaciones posteriores sitúan esta cifra en poco más de 4.7 millones. Fijar el número de españoles, que partieron para América, es tarea difícil, debido a que las estadísticas, únicamente, nos hablan de cifras globales; igualmente, es harto complicado establecer el número exacto de paisanos, que emigraron, ya que se hallan fuera de recuento en el registro de la Ellis Island, aquellos españoles que llegaron a EEUU desde otros países de procedencia, por ejemplo, Hawai, países europeos y sudamericanos; Cuba constituyó un paso intermedio entre España y los Estados Unidos.

La travesía se hacía en condiciones deplorables; se viajaba, en tercera clase, y se ubicaba a los pasajeros en las bodegas, debajo de la línea de flotación, en grandes dormitorios sin ventanas, sin apenas ventilación y luz, donde dos mil personas se hacinaban sobre literas superpuestas. El viaje costaba diez dólares en 1880, y aumentó a treinta y cinco dólares después de la guerra de 1914. La comida consistía en papas y arenques.

Las embarcaciones se dirigían hacia un pequeño islote, llamado «Ellis Island«, donde los servicios de la Oficina Federal de Inmigración habían instalado los centros de recepción, justamente, en la desembocadura del río Hudson. Este centro de recepción fue inaugurado en 1892, y, desde 1892 a 1920 pasaron por allí más 25 millones de personas, a razón de cinco a diez mil por día; sólo un dos o un tres por ciento de los pasajeros eran rechazados; en este supuesto, la propia compañía de navegación se hacía cargo de los gastos del viaje de retorno.

Llegados a “Ellis Island”, se abría una ficha a cada emigrante, en la que se recogían sus datos personales, se les sometía a un reconocimiento médico, se les vacunaba y se les destinaba a un lugar, se les asignaba un tutor, domicilio y el lugar de trabajo, que ya venía prefijado en el contrato de salida de España

Como modelo os presentamos la ficha de:

Pedro Cuesta Martín llega a “Ellis Island” el 18 de marzo de 1920, a los 19 años, soltero. Llega en el barco «Isla de Paranay», procedente del puerto de Cádiz. Tiene como dirección de destino la casa de Desiderio Cosmes en Younsgtown (Ohio); va por tres años; sabe leer y escribir; color de pelo, negro y ojos, grises. Lleva 45 dólares, y su padre se llama Cristóbal.

Decimos más arriba que Cuba sirvió de puente entre España y los EEUU, traemos a colación que muchos españoles trabajaron en La Habana en la industria tabaquera y, en el último cuarto del siglo XIX, los Estados Unidos empezaron a grabar con aranceles los cigarros- puros y los cigarrillos cubanos. Es, en este momento, cuando muchos fabricantes afincados en Cuba, se trasladan a Florida para librarse del pago de los aranceles. El traslado de la actividad tabaquera supuso, a su vez, el traslado de buena parte de los trabajadores especializados del sector desde Cuba hacia Florida. Estos trabajadores eran, en buen número, nacidos en España.

Los macoteranos, que fueron destinados a California, se emplearon en la recolección de frutas en el Condado de Alameda, en la mina de plata del Condado de san Benito y en los viñedos de Fresno. Como pueblo trabajador y austero, fueron haciendo su capitalito, que les ayudó muchísimo a superar la gran crisis económica, que se desató en Estados Unidos en la segunda década del siglo veinte.

Era tan saneada la economía de los españoles, que apostaron por construir, en plena crisis, el «Club Ibérico«, que inauguraron el 4 de agosto de 1926, en cuya junta directiva tuvo gran protagonismo la colonia macoterana.

Superada la crisis, cada uno fue montando su negocio, asegurando su vida y el futuro de sus familias.

La exposición, realizada en el año 2020, que encabeza nuestro escrito, sirve de recuerdo y reconocimiento a tantos españoles, que se vieron forzados por las circunstancias a abandonar su país.

Autor

Maestro. Escritor e investigador. Realizó estudios de Historia del Arte en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Salamanca. Ha publicado varios libros sobre Macotera y comarca.