¿Quién es Esther del Brío?
Mujer optimista, inquieta. Aprendo todo lo que puedo y me entretengo escribiendo, cantando, leyendo, bailando. Antes del covid la más viajera, ahora tratando de retomar los viajes poco a poco.
¿A qué te dedicas?
Profesora de finanzas y emprendimiento. Mis inquietudes más recientes son la educación financiera para niños y mayores (de ello versa mi último libro El Bosque de la Economía”, también la Escuela de Salamanca, nuestra historia en general y la concienciación contra la violencia de género (con el proyecto Un beso en la frente, novela gráfica, exposición, obra de teatro y piezas musicales inspiradas en él). Últimamente luchando por causas justas en el Senado de España.
¿Por qué te pusieron ese nombre?
Mi madre quería un nombre nuevo en la familia; claramente le gustaban los nombres bíblicos porque dudó entre Esther y Raquel. Mi segundo nombre (Basilia) es el de mi abuela que acababa de fallecer. Juntos representan «la estrella emperatriz», no está mal… pero espero que nadie espere que cumpla con esas expectativas, ja, ja.
¿Qué querías ser de pequeña?
Astronauta. Siempre quise ver el mundo desde otra perspectiva.
¿Extrañas algo de tu niñez?
La calidez de una familia numerosa que no necesitaba nada fuera de su unidad. Y lógicamente a mi padre porque ya no está con nosotros.
¿Qué adjetivo crees que te describe mejor?
Luchadora. Alguien a quien quiero mucho me define como “intrépida”; aún no lo soy, pero intentaré merecerlo.
¿Tienes algún ídolo o persona que te inspira?
Cambia con el tiempo. Ahora que estoy estudiando la faceta de liderazgo femenino y emprendimiento de Santa Teresa me siento muy inspirada por su fuerza y arrojo
¿Cuál es la lección más importante que has aprendido en la vida?
Que todos somos iguales y que la vida puede acabar en un instante.
¿Cuál es el trabajo más gratificante que ha hecho?
Inspirar buenas prácticas a jóvenes investigadores. Recientemente lograr en el Senado la creación de un índice bursátil femenino que atraiga a mujeres a la inversión bursátil.
El momento del día que más me gusta es…
El crepúsculo, la llegada noche; por sus colores y porque soy ave nocturna.
¿Cuál es tu mayor manía?
Corregir las faltas de ortografía… no puedo evitarlo.
Si pudiera tener un súper poder, ¿Cuál elegirías?
En plan frívolo, el tele-transporte. En plan serio, la sanación.
¿Cuál es tu lugar favorito de Salamanca o de su provincia?
De Salamanca, nuestro casco antiguo. De la provincia, Ciudad Rodrigo.
¿Campo o ciudad?
Los dos. Aunque soy bastante urbanita, me han transmitido muchos valores que ya casi solo persisten en el mundo rural.
Mi comida favorita es…
La sopa de marisco
¿Practicas algún deporte?
Bici, gimnasia ligera, muy ligera …je, je
¿Qué libro has leído que debamos leer nosotros?
“Siempre tuvimos héroes”, de Javier Santamarta. Entre otros capítulos dedica uno a la Escuela de Salamanca, precisamente. Analiza el peso geopolítico de España en el mundo en distintas épocas de la historia. Muy ilustrativo.
¿Qué tipo de música escuchas?
Todo lo que se deje escuchar. Me gustan las grandes divas y los musicales. La música de los 90, para bailar. La clásica, para relajarme. Whitney Houston, entre las internacionales y Malú, en España, son las voces que más imito “en la ducha”.
Mi película favorita es…
Una cinéfila como yo ¿solo una?. Puedo destacar “El nombre de la rosa” (1986), de Jean-Jacques Annaud, como una de las mejores adaptaciones de una novela al cine.
¿Ves series en la tele o plataformas digitales? ¿Cuál te ha gustado más?
Por mis horarios streaming o tv a la carta. “La casa de papel” ha supuesto un antes y un después en la producción española.
¿Cuál es tu prenda de ropa favorita?
Sombreros y los abrigos blancos.
¿Qué país te gustaría visitar?
Tengo pendiente uno tan sencillo y cercano como es Austria
¿Cuántos idiomas hablas?
Por orden de corrección, español, inglés, italiano y francés.
Dinos un refrán que creas ideal
Agua que no has de beber, déjala correr.
Un consejo para hacer de este mundo un lugar mejor…
Respeto mutuo …si cada uno respetásemos a los demás y a nosotros mismos no habría conflictos.
