Entrevista a Ana Suárez: «Lo importante es tener miedos y ser capaces de aceptarlos»

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Idealista, positiva y con ganas de cambiar el mundo. Así es Ana Suárez, la primera teniente de alcalde. Nació en León, pero en cuanto llegó a Salamanca tuvo claro que esta era su ciudad. Y aquí decidió estudiar Psicología. Además, sigue teniendo el mismo sueño que cuando tenía 15 años: «mejorar el mundo y dejarlo un poquito mejor que estaba cuando me lo encontré»

¿Quién es Ana Suárez?

Pues una persona normal de las que hay muchas, pero de las que no hay muchas en el ámbito político, que es lo que hace falta ahora mismo: personas normales con una historia profesional y personal detrás que pueda ayudar a tomar decisiones teniendo en cuenta perspectivas que hasta ahora, lamentablemente, no se han tenido mucho en cuenta.

 ¿Cuál es tu mayor meta o tu mayor objetivo?

Mi sueño sigue siendo el mismo que tenía a los 15 años: mejorar el mundo y dejarlo un poquito mejor que estaba cuando me lo encontré.

Queda mucho por hacer, y para hacer que todo mejore hacen falta muchas personas normales aportando todo lo que saben y todo lo que pueden.

Tu mayor sueño

Yo soy la fantasiosa del grupo, y a mi realmente me gustaría que las personas de esta ciudad pudieran ser todo lo felices posible. No digo totalmente felices todos los días de su vida porque eso es imposible, pero sí me gustaría que tuvieran todos los recursos posibles para ser lo más felices la mayor parte de los días. Y para eso hacen falta, por una parte, recursos y servicios externos; y por otra, algo interno que ya no está en nuestras manos como políticos porque cada persona tiene que aprender a sacar el máximo provecho a todas las situaciones por las que pasan.

Tu mayor miedo

Yo creo que no tengo un miedo grande. Tengo muchos chiquititos, y esos se van superando. O no se van superando, pero con ellos eres capaz de hacer las cosas. Lo importante es tener miedos y ser capaces de aceptarlos y seguir adelante.

Uno de ellos es no encontrar la forma correcta para solucionar un problema o tardar mucho en encontrarla. Encontrarla tarde y no encontrarla son prácticamente lo mismo.

¿Y el mayor riesgo que hayas asumido?

En el área en el que yo trabajo, vemos a personas con situaciones muy dramáticas y los riesgos los asumimos día a día.

Tendemos a pensar que los riesgos son algo muy grande que tienen unas consecuencias impactantes sobre el conjunto de la sociedad, y para mi ese riesgo es tan importante como el hecho de proporcionarle a una persona un recurso social que no sea el que necesita porque lo uno implica que puedes perjudicar a un grupo muy grande de personas, y lo otro implica que puedes perjudicar a una sola persona. Pero en cualquier caso, para mí el riesgo es el mismo.

Si las decisiones que tomo no sirven para solucionar los problemas que tiene una persona en concreto, eso va a tener consecuencias. Y eso para mí es muy importante.

¿Cómo sueles gestionar el éxito y las críticas?

Las críticas son lo más fácil. Y duelen cuando están basadas en hechos, cuando son reales o cuando no puedes argumentar porque es cierto que has hecho algo que no tenías que haber hecho. Pero se afrontan asumiendo que lo has hecho mal y corrigiéndolo. Eso es muy sencillo.

Y con respecto al éxito, no tengo mucha percepción de asumir éxito. Pero si como éxito entendemos que a la gente le gusta lo que estás haciendo, bienvenido sea.

Me siento muy querida, y en el momento en el que un desconocido me para por la calle, me reconoce y me dice que estamos haciendo las cosas bien, me siento orgullosa.

¿Qué opinión o visión crees que tienen los demás de ti?

A ver, yo me siento muy bien cuando estoy con las personas, así que quiero pensar que la sensación que provoco es positiva. O al menos intento que sea así. A partir de ahí, ya no lo sé.

Creo que si todos hiciéramos un esfuerzo por llevarnos un poquito bien, sería mejor. Pero no podemos permitir que la opinión o las encuestas influyan en las decisiones que tomamos. Es decir, que no podemos tomar una decisión porque sea más o menos popular, sino que hay que tomarlas en base a una información previa real y teniendo en cuenta las posibles consecuencias que pueda tener.

Llevas muchos años en Salamanca, ¿cuál es tu monumento predilecto?

Llevo 30 años en Salamanca, y sin saber nada de ella, cuando llegué tuve claro que esta era mi ciudad y que no quería irme.

Me encantan las calles, en general. La luz dorada, la zona del río… pero hay un espacio que me gusta especialmente, y que es ‘El cielo de Salamanca’. Pero es uno de tantos.

¿Cuál crees que va a ser la situación de Salamanca en el 2022?

Yo creo que nos quedan momentos complicados por pasar porque esta pandemia ha supuesto un antes y un después globalmente, y habrá que ver cómo evoluciona todo porque partimos de cero y no sabemos qué va a ocurrir.

Va a haber un momento bueno porque hemos salido con ganas de vivir. Y eso es muy bueno para reactivar la economía. Pero sí es cierto que hemos entrado a unos niveles de desempleo y de gasto que hay que pagar.

Pero ya nos estamos preparando para potenciar la economía y ayudar a las empresas a mantenerse. Aunque también nos estamos preparando para aquellas personas que no puedan mantenerse y resistir.

Sin embargo, quiero trasladar un mensaje de optimismo porque lo que estamos viendo ahora, invita a eso.

¿Cómo y dónde te ves dentro de 10 años?

Uf, mira… si me preguntas cómo y dónde me veo dentro de 2 años, no sabría responderte. Pero me gustaría estar haciendo algo que me llene, lo que sea. Siempre me ha gustado el servicio a los demás, por eso estudié psicología.

Si es en política, bien, y sino bien también. Pero siempre algo que me permita ayudar y cambiar el mundo.

Autor

Estudiante de Periodismo en la Universidad Pontificia de Salamanca y TikToker aficionada.