¿Cómo liberarte de la carga mental excesiva?

- en Salud
Carga mental en Salamanca

La carga mental es esa sensación de agobio y desesperación que sobreviene cuando sentimos que las obligaciones y presiones a las que estamos sometidos van más allá de nuestros límites.

Frecuentemente, atiendo a clientes que por diferentes circunstancias están sometidos a los efectos nocivos de la carga mental, que como en el caso de Laura (una de mis coaches), suelen sentir un alto nivel de estrés y culpabilidad y abarcan un cansancio importante, alteraciones del sueño persistentes, hiperactividad emocional y síntomas físicos variados (migraña, cefalea, tensiones musculares, vértigos, urticaria…).

A pesar de que en algunos momentos puntuales todos podemos sentir estos síntomas, conviene estar atentos a su repetición: si persisten durante varias semanas, es posible que pasen a un estado más exacerbado que requiere intervención médica especializada.

¿Que 7 atajos podemos tomar para aliviar la carga mental?

Siete verbos o acciones, cada uno comenzando por la letra ‘d’, dan forma a las herramientas que han sido sobradamente probadas en la consulta de terapia cognitiva y conductual de la doctora Schneider para reducir la carga mental de hombres y mujeres y en la cual me inspiro en mis sesiones del Programa Personalizado de Mentoring “Diseña tu Futuro”:

1. Primer atajo: D de discernir

Consiste en tomar conciencia de forma objetiva de que es lo que está sucediendo. Para ello te invito a escribir todas las tareas que realizas al día, lleva el registro durante una semana y date cuenta de la gran cantidad de acciones que llevas a cabo a lo largo de una jornada. Apunta la cantidad de tiempo que te lleva cada una de ellas y si quieres más precisión, registra cuantas tareas haces de manera conjunta.

Por cierto, los neurocientíficos dicen que nuestra mente está diseñada para hacer máximo 2 tareas a la vez en atención plena… ¿Cuántas estás haciendo tú?.

Ten en cuenta que no te estoy pidiendo la “Lista infinita de tareas por hacer” .Te aseguro de que cuando veas la lista de cosas que has hecho a lo largo de cada día, podrás reconocer la alta capacidad que tienes; por lo que te invito a felicitarte…aunque sea con 5 minutos de descanso.

2. Segundo atajo: D de disminuir la tiranía del «hay que… tengo que…»

Para lograr este objetivo, resulta útil comparar el tiempo que estimamos que nos va a llevar hacer algo (por ejemplo, un informe o una comida) con el tiempo que en realidad nos lleva. Para ello, deberíamos anotar ambos tiempos y compararlos. Los expertos aseguran que nos sorprenderá darnos cuenta de lo distinto que es el tiempo que pienso que tardare en hacer una tarea y el tiempo que verdaderamente empleo en ella.

3. Tercer atajo: D de desprogramar

Si empezamos a llevar a cabo estos pequeños cambios en nuestra vida, probablemente tengamos que toparnos con otro obstáculo que también afectará a nuestra carga mental: el miedo al que opinaran los demás o juicio de nuestro entorno.
Cuando tomamos decisiones sobre en qué actividad emplear nuestro tiempo siempre corremos 2 riesgos: la crítica de los demás y la autocrítica (que a veces es peor).

4. Cuarto atajo: D de desconectar

Para lograrlo, en diferentes publicaciones nos proponen un ejercicio liberador: apagar el móvil. Quizá, la primera vez, podamos hacerlo durante cinco minutos. Luego, durante diez, más tarde, durante 20… Con el objetivo de acabar con el fantasma del: «Tengo que estar siempre conectado, de lo contrario… puede ocurrir algo negativo«.

En el trabajo también debemos atrevernos a desconectar y más ahora que “teletrabajamos”, comunicando las horas que estaremos disponibles para atender llamadas, mails o reuniones… y las que no, porque las dedicaremos a otros aspectos de nuestra vida como el ocio, el descanso y compartir con nuestras familias.

5. Quinto atajo: D de disminuir la tensión

Respirar profundamente cada hora, relajar el maxilar inferior, practicar la técnica de la muñeca de trapo, masajearse la cara y el cuero cabelludo, destensar tus hombros, crear un espacio de meditación en el día a día, dormir una siesta… hay variadas formas de relajación que pueden integrarse en nuestra práctica cotidiana con objetivo de aliviar tensiones y alcanzar mayor bienestar.

También es importante cuidar nuestro cuerpo y conectar con nosotros mismos, para lo cual hay diferentes técnicas que podemos aprender, entre ellas el mindfulness.

6. Sexto atajo: D de dulzura

«¿Qué es la dulzura? Implica amor, bienestar, bondad, flexibilidad, una sensación táctil… (…). Más allá de este objetivo, la dulzura nos permite simplemente existir», querernos y mimarnos a nosotros mismos.

Para integrar la dulzura en nuestras vidas, conviene tratarse de forma amistosa y aceptar sin menospreciarse los cumplidos, cuidar el cuerpo, incorporar la rutina de centrarse en lo positivo sucedido durante el día, llevando hasta un “libro de caricias” y recompensarse a uno mismo cuando haya realizado tareas ‘ingratas’, tomando una taza de café o una copa de buen vino; acudiendo a un spa o dándose una ducha prolongada.

7. Séptimo atajo: D de ¡disfrutar!

Definitivamente una de mis palabras favoritas. Cuando nos demos cuenta de lo beneficiosos que son estos cambios para nosotros y experimentamos el bienestar que podemos conseguir, actuaremos con el fin de volver a vivir esas sensaciones agradables.

Tendremos una nueva actitud mental, más positiva, basada en la espera de esa eficacia nueva e indolora. Estaremos muy lejos de aquellos actos frenéticos regidos por la ansiedad y el miedo de no lograr hacerlo todo bien y perfecto.

Autor

Empresaria, conferenciante, mentora y coach de mujeres en España y Latinoamérica. Directora de IDEHA: Instituto de Desarrollo Humano Avanzado.