Consejos para mantener tu piel perfecta este verano

- en Salud
istockphoto 1179976857 612x612 1Close up studio shot of a beautiful woman with perfect skin, she applying cream at her shoulder

Atender y cuidar nuestra piel es esencial para mantener un buen aspecto físico y mental, especialmente en los meses de verano, en los que las altas temperaturas pueden poner en peligro nuestra dermis. Es esta época del año en la que la piel necesita un esfuerzo extra para conservar su hidratación y no volverse seca o áspera.

Exponerse directamente a la luz solar sin ningún tipo de prevención, no solo conlleva un alto riesgo de desarrollar un cáncer cutáneo, sino que también puede provocar un desmesurado envejecimiento de la piel, perdiendo su elasticidad y favoreciendo la aparición de arrugas.

Por otra parte, nuestro organismo responde al calor con la transpiración, y es este exceso de humedad el que favorece el nacimiento de algunas infecciones como el pie de atleta o la dermatitis, especialmente en las zonas donde hay pliegues.

Y es por todo esto, por lo que hoy te traemos algunos consejos para que prepares tu piel, la protejas, y puedas disfrutar del verano de una forma saludable y segura.

Lo primero y más importante es mantener una limpieza y una preparación cutánea con productos suaves que eliminen la suciedad sin alterar el manto ácido de la piel. Ducharse debería ser un hábito instantáneo tras bañarse en el río, en el mar, o siempre que la actividad llevada a cabo haya supuesto más transpiración de la normal. Te recomendamos que antes de empezar la temporada de verano, realices una limpieza en profundidad de tu piel, para eliminar impurezas, prepararla y dejarla lista para exponerse a la luz solar.

Otro consejo crucial es la hidratación, tanto de forma externa como interna. Las duchas y el mero hecho de beber agua pueden ayudar a prevenir la deshidratación. Lo adecuado es la utilización de cremas hidratantes tras cada baño, prestando especial atención a zonas más secas como los talones, los codos o las rodillas. También el rostro, cuya piel es más fina y requiere tratamientos dermatológicos diferentes.

El uso de protección solar es obvio, y no únicamente cuando vamos a la playa o a la piscina. Siempre que estemos expuestos a una fuerte irradación solar deberíamos utilizar estas cremas, preferiblemente de factor 50, y renovándolas con frecuencia.

El hecho de beber abundante agua no debería pasar desapercibido tampoco. La falta de agua en el cuerpo puede suponer envejecimiento prematuro y sequedad en la piel. En verano es recomendable beber alrededor de los 2 litros de agua diariamente. Seguir este consejo te ayudará a aportar luminosidad al rostro, evitar la piel grasa, la piel de naranja, el acné y los puntos negros.

También es esencial el uso de la ropa adecuada. Lo ideal son tejidos naturales, amplias, de colores claros  y frescos, que permitan la transpiración. Cuando vayas a la playa o a la piscina no te apliques productos con alcohol, ya que pueden generar manchas o irritación en la piel. Debemos proteger y cuidar zonas que están más expuestas a los rayos de sol, como el rostro, el cuello, los brazos, las piernas, el pecho o la nuca. Lo mismo ocurre con el calzado.

Una alimentación equilibrada es un factor clave a la hora de cuidar nuestra piel. Para mejorar tu piel en verano es aconsejable comer frutas, verduras y alimentos ricos en antioxidantes, ya que estos ayudan a prevenir la degeneración celular y estimulan el flujo sanguíneo de la piel. Ejemplos de estos alimentos pueden ser la leche, los huevos o el pescado como fuentes de vitamina A; las almendras, las nueces o los melocotones, dentro de la vitamina B; las naranjas, los kiwis o la piña para la vitamina C o los tomates y las zanahorias como fuentes de vitamina E. Si consumes de forma regular estos alimentos, favorecerás la hidratación de tu organismo, y por lo tanto, también de tu piel.

Autor

Grado de Comunicación Audiovisual por la Universidad de Salamanca, Máster de Comunicación y Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela.