El estrés de segunda mano: qué es y cómo defendernos

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El estrés de segunda mano, también conocido como estrés vicario, se refiere a la tensión emocional y psicológica que experimentamos como resultado de la exposición indirecta a los estresores de otras personas. En otras palabras, no es necesario estar directamente expuesto a una situación estresante para sentir sus efectos negativos, ya que podemos ser afectados por el estrés de otras personas.

Este tipo de estrés se produce cuando somos testigos de la angustia, el sufrimiento o la tensión de otra persona. Puede ocurrir en diferentes ámbitos, como en el lugar de trabajo, en el hogar o en el entorno social. Por ejemplo, un médico puede experimentar estrés de segunda mano al ver a sus pacientes luchar contra enfermedades graves, un cuidador puede experimentarlo al atender a un ser querido enfermo o un niño puede experimentarlo al presenciar conflictos entre sus padres.

El estrés de segunda mano puede tener una serie de efectos negativos en nuestra salud mental y física. En términos de salud mental, puede causar ansiedad, depresión, agotamiento emocional, insomnio y otros problemas relacionados con el estrés. Además, puede afectar nuestra capacidad para establecer y mantener relaciones interpersonales saludables, así como nuestra capacidad para realizar nuestras tareas diarias.

A nivel físico, el estrés de segunda mano puede afectar nuestro sistema inmunológico, lo que aumenta nuestra vulnerabilidad a enfermedades e infecciones. También puede aumentar nuestra presión arterial y afectar nuestro sistema cardiovascular, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y otros problemas de salud.

Cómo defenderse del estrés de segunda mano

  1. Conciencia: Lo primero es reconocer que estamos siendo afectados por el estrés de otra persona. Debemos prestar atención a nuestros pensamientos y emociones y notar si se están viendo afectados por el estrés de otra persona.
  2. Límites saludables: Debemos establecer límites saludables con la persona que nos está causando estrés. Esto podría significar limitar la cantidad de tiempo que pasamos con ellos o la cantidad de información que compartimos.
  3. Comunicación: Hablar abiertamente con la persona que nos está causando estrés puede ayudar a reducir la tensión y aclarar cualquier malentendido.
  4. Autocuidado: Es importante cuidar de nosotros mismos para manejar el estrés de segunda mano. Podemos hacer ejercicio, meditar, pasar tiempo al aire libre o disfrutar de un pasatiempo que nos guste.
  5. Apoyo: Buscar apoyo de amigos, familiares o un profesional de la salud mental puede ayudar a aliviar el estrés y proporcionar una perspectiva fresca sobre la situación.

Estrategias útiles

  1. Practica el cuidado personal: Es importante priorizar nuestro bienestar emocional y físico. Esto puede incluir actividades como la meditación, el ejercicio regular, dormir lo suficiente, comer saludablemente y tomar descansos regulares durante el día.
  2. Aprende a identificar los signos de estrés: Es importante estar atentos a las señales que nuestro cuerpo y nuestra mente nos envían. Esto puede incluir sentirse ansioso, agotado o irritable, tener problemas para dormir, experimentar dolores de cabeza o dolores de cuerpo, y tener dificultad para concentrarse.
  3. Establece límites claros: A veces, podemos sentirnos abrumados por las demandas de otras personas. Establecer límites claros puede ayudarnos a evitar sentirnos sobrecargados. Esto puede implicar decir «no» a ciertas tareas o responsabilidades, establecer límites en el tiempo que dedicamos a ciertas actividades y aprender a delegar tareas a otras personas cuando sea necesario.
  4. Busca apoyo social: Hablar con amigos, familiares o colegas puede ser una forma efectiva de aliviar el estrés. Además, buscar el apoyo de un terapeuta o consejero puede ser beneficioso para trabajar a través de los efectos negativos del estrés de segunda mano.
  5. Practica la empatía y el cuidado por los demás: Aunque el estrés de segunda mano puede ser difícil de evitar por completo, podemos ser conscientes de nuestras interacciones con los demás. Tratar a los demás con empatía y cuidado puede ayudar a reducir su estrés y, a su vez, también reducir nuestro propio estrés de segunda mano. Esto significa ser conscientes de nuestras palabras y acciones y cómo pueden afectar a los demás.
  6. Busca apoyo emocional: Cuando nos sentimos abrumados por el estrés de segunda mano, es importante buscar apoyo emocional. Hablar con amigos, familiares o un profesional de la salud mental puede ayudarnos a procesar nuestras emociones y encontrar maneras efectivas de lidiar con el estrés. A veces, simplemente tener a alguien que nos escuche puede ser de gran ayuda.
  7. Practica técnicas de relajación: Las técnicas de relajación, como la meditación, la respiración profunda y el yoga, pueden ayudarnos a reducir el estrés y la ansiedad en general. Incorporar estas técnicas en nuestra rutina diaria puede ayudarnos a manejar mejor el estrés de segunda mano y a prevenir la acumulación de tensión emocional.

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