¿Por qué decimos HOY NO ME SIENTO BIEN en vez de tener la sensación de sentirnos bien?

- en Salud
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Cuando le decimos a una persona próxima a nosotros, sea en el plano familiar o en el laboral que “hoy no me siento bien”, estamos descartando de lleno esa sensación tan agradable de sentirnos bien. Lo estamos afirmando, como que un sentimiento de bienestar no va con nosotros.
¿Te has preguntado qué es sentirse bien? Las preguntas habituales que solemos hacernos cuando nos encontramos con un amigo o con un compañero de trabajo al retomar las tareas el lunes, perfectamente pueden ser ¿qué tal el fin de semana? o también ¿cómo te ha ido de puente?, pero hay una que no es la más frecuente y que corresponde más a un buen conocimiento de las personas que en ese momento se interrelacionan: nos referimos a ¿cómo te sientes?

Claro está, puede encerrar la recuperación de una gripe que motivó tres días de baja y la pregunta no tiene más que eso, saber cómo es el estado de salud, el físico, pero nunca reparamos en el anímico.

Lo que pretendemos hoy es profundizar en este sentimiento que nos lleva a preguntarnos a nosotros mismos ¿por qué hoy no me siento bien? ¿Qué es lo que me está afectando? Estamos habituados a poner el piloto automático cuando nos levantamos y así conducirnos todo el día. Es comprensible, ya que al ritmo que vivimos tenemos poco tiempo para la reflexión. Y esto no es un mérito para decir “qué bien…cuánto trabajamos”, sino todo lo contario: porque lo hacemos todo como si fuésemos máquinas. Eso de tener tiempo para la reflexión brilla por su ausencia. Y cómo no va a ser así, si ni siquiera tenemos el tiempo que nos merecemos para el ocio.

También es cierto, que parte de culpa es solo nuestra (no se la echemos a los demás) por gestionar mal la agenda y especialmente las prioridades.
No es que vayamos como robots por la vida, pero más o menos. Aunque tengamos muy dominado el trabajo, casi siempre nos enfrentamos a los mismos problemas que tenemos que resolver en nuestro puesto de trabajo. Por ello, vamos perdiendo ese sentido de esfuerzo y agradecimiento al mismo tiempo, por aprender algo nuevo, porque nos es mucho más cómodo seguir haciendo la función que hacemos diariamente. Y además cobramos por ello.

Pero debo decirte que algo está cambiando. Que te guste o no tendrás que salir de tu zona de confort. Porque las empresas y los trabajadores, más aún en esta etapa post Covid que nos ha obligado a todas las partes (empresarios y trabajadores, profesionales autónomos y demás agentes sociales y económicos) a ponernos las pilas, a comprender que no era una emergencia la necesaria virtualidad, sino algo que habíamos postergado y que era esencial para la evolución empresarial y de la sociedad en su conjunto. Algo a lo que no le habíamos dado la trascendencia que realmente tenía y que fue la pandemia la que la puso en valor.

La capacidad de trabajar online, de tener entrevistas virtuales, de usar mejor las redes sociales, el zoom, el meet, y especialmente, haber confeccionado agendes plausibles, no aquellas en las que teníamos cinco o seis reuniones por día, luchando contra el tráfico, las llegadas tarde, y un sinfín de calamidades provocadas por el agotamiento, estrés, no llegar nunca a la fecha en condiciones, dejar cosas para el último momento y un largo etcétera.

Es que todo…absolutamente todo forma parte de ese estado de ánimo que hace que nos sintamos más o menos cansados, con frecuencia el agobio aflora hasta por las orejas, pero, en definitiva, es la expresión HOY NO ME SIENTO BIEN la que refleja todos estos sentimientos profundos, que con frecuencia no queremos que los demás se enteren, porque no nos gusta ni la compasión ni que nos tengan lástima.

Por eso, cuando nos lo decimos a nosotros mismos por ese miedo al “qué dirán” o a “qué pensarán”, nos sigue cargando de tensión porque no resolvemos lo más simple de todo y todos los días: disfrutar del presente. Porque realmente no sabemos hacerlo.

¿Qué quiere decir “Hoy no me siento bien”? ¿Realmente no te sientes bien o está solo en tu cabeza?
Te aseguro que en un 90% de situaciones está en la mente porque nos hemos fabricado nuestro propio mecanismo de defensa, normal que así sea, para eso está la psicología individual y la resiliencia. No somos tontos los humanos y seguimos teniendo mecanismos automáticos de defensa. Pero esto no es una garantía para decir que nos sentimos bien, más diríamos todo lo contrario, porque nos hace esclavos de toda esa vorágine a la que referíamos, poco tiempo para pensar y menos reflexionar.
Vivimos con un sentimiento constante de culpa (una gran mayoría) por las cosas que no hemos hecho, las promesas que no hemos cumplido, los logros que nos quedaron como esperanzas y abortaron a mitad de camino, en suma, un serial de objetivos que jamás vieron la luz. Pero no te preocupes. Que todo el mundo está en línea contigo y con el que suscribe.

Nos aumentan los precios de todo, estamos en inflación y contamos cada día con alguna otra incertidumbre más que se suma a la gran inestabilidad que vamos sintiendo como ciudadanos. Por eso decimos “que no somos nada” cuando alguien próximo fallece y nos damos cuenta ahí (tomamos consciencia) de lo importante que es vivir.

De sentir el presente, de vivir dignamente y no estar dilapidando los segundos y minutos de nuestra vida porque estamos sometidos a la presión ineludible del entorno. Un medio ambiente social que nos exige demasiado y al mismo tiempo no recibimos lo que nos merecemos.

En definitiva, el HOY NO ME SIENTO BIEN no solo está en nuestra cabeza como respuesta que damos (“mal de muchos, consuelo de tontos”), sino como una respuesta de rechazo a ver que no sabemos disfrutar de ese presente valioso, y menos disfrutar de los nuestros (familias y amigos).

Bienestar emocional
Cuando llegas a este punto en el que te formulas la pregunta a la que hoy dedicamos esta contribución, entran en juego las emociones y sentimientos, aspectos que tampoco son fáciles de entender. Muchas veces, de comprender. Pero para todas estas situaciones, sean a escala estrictamente laboral o en el plano personal, hay soluciones y por supuesto ayuda profesional. En el caso de las organizaciones, está el coach que puede ser un mando intermedio de la empresa con el cual tienes una relación de trabajo en equipo. O en la vida personal, aquella persona que te escucha y aconseja, no como familiar sino como apoyo terapéutico.
Vivimos enfrentando a una cantidad de emociones diarias, por lo que también entra dentro de la normalidad manifestar lo que sentimos

Eso sí, debemos cuidar que esta proyección de sentimientos no afecte las otras áreas de nuestro bienestar. Por tanto, lo contario es cuando afirmamos que nos sentimos bien emocionalmente, hemos encontrado cierta armonía entre lo que hacemos, los resultados, las relaciones interpersonales, las familiares, nuestros objetivos, etc. Experimentamos en esta armonía una sensación de tranquilidad y cierta felicidad bastante razonable que procuraremos mantener en el tiempo. Cuánto más largo sea este disfrute, mayor estabilidad emocional tendremos y eso se nota en nuestra forma de conducirnos en la vida.

Autor

Vicepresidente del FORO Ecofin y director de www.ecofin.es , CEO de www.demuestra.com, Presidente del Instituto Ecofin de Liderazgo, coordinador académico de la Red e Latam del grupo Media-TICS. Puedes enviarme comentarios y consultas a jzunni@telefonica.net