Las emociones y la Medicina Tradicional China

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Medicina tradicional china

Las emociones son herramientas de conocimiento y de vida. Existen por algo y para algo, y tenemos que aprender a usarlas. Una emoción es algo en movimiento, es un estado en el que entras y sales, un lugar que se atraviesa.

Cuando algo que está diseñado en nuestro cuerpo para moverse, se bloquea, se para, y deja de moverse es cuando decimos que una emoción se ha estancado, es decir, dejara de ser algo que nos ayuda a avanzar para ser algo que nos bloquea.

La Medicina Tradicional China (MTC) analiza cada uno de los 5 órganos principales, asociándolos a cada uno de sus elementos: agua, madera, tierra, fuego y metal. A su vez, cada uno de esos elementos se asocia también a diferentes emociones.

Te invito a dar un paseo por los 5 elementos, con sus 5 órganos y sus emociones.

RIÑONES: VIVIR SIN ESFUERZO Y EN CONEXIÓN CONTIGO

Los riñones pertenecen al elemento agua. Su emoción es el miedo, pero tomado de forma positiva, de estar conectado con mi instinto, que preserva mi vida. El miedo es una emoción básica, vital. Cuando estoy en contacto con la vida para preservarla, también estoy en contacto con la fuerza para vivirla.

El elemento agua me enseña a vivir sin esfuerzo, a fluir como ese río que baja la montaña bajando por el camino fácil, pero sin perder su foco. Y cuando no lo hacemos, emergerá alguna de las emociones patológicas del miedo, que ocurre cuando una persona se deja de mover, se convierte en agua estancada: el Shock. El shock es el corte radical con el movimiento vital, hace que la persona entre en una parálisis que corta el flujo y el movimiento de su vida.

Otro estado emocional patológico es el estrés, que nos llevará a un lugar de vivir hacia fuera, sin foco, y a querer vivir más rápido de lo que nuestra naturaleza quiere.

Estas dos emociones consumen nuestra energía de riñón, que va a dejar de ser ese órgano motor de voluntad, de responsabilidad y de vida. Ante esto, se hace necesario conectar con nuestro propio ritmo, cuidar nuestra energía y aprender a parar, de vez en cuando.

HÍGADO: CONEXIÓN CON NUESTRA FUERZA

El hígado es el órgano que se encarga de regular todo proceso emocional, que nos conecta con nuestra fuerza para transitar y transmutar las emociones sin quedarnos atrapadas en ellas, a la vez que mantenemos nuestra dignidad y
presencia para que podamos seguir caminando.

La emoción principal de este elemento es la rabia. Es esa fuerza que preserva tus límites, tu autonomía propia y tu individualidad para que puedas defender tu espacio. Por tanto, la rabia es necesaria para preservar el yo, el lugar desde que vas a expresarte. Es a través del no y del límite que puedo preservar la dignidad y la libertad. Y tengo que defenderla porque dentro de ella está la belleza interior, la sensibilidad, la ternura, lo bello e inocente, la pureza de tu alma.

Cuando la rabia no se usa para eso, se convierte en una emoción más dañina: la ira. Esta fuerza es una distorsión entendida de una manera destructiva, que empieza por esa intolerancia a la frustración. La ira se ha convertido en una energía agresiva para destruir al otro al que culpo de todo mi dolor.

La verdadera necesidad del hígado es tolerar la frustración para poder usar la rabia y defender a ese niño indefenso que llevas dentro.

CORAZÓN: LA ALEGRÍA

El corazón pertenece al elemento fuego y nos habla de los sentimientos. Pero para ello, hemos de sentirnos previamente conectados con nosotros mismos. Cuando te conectas con la vida, te conectas contigo porque estás preservando tu vida y sensibilidad. Este gesto de apertura y conexión trae una emoción de alegría. Y esta emoción sostenida en el tiempo trae un sentimiento que es el amor.

Esto sucede de una manera sana cuando las emociones de rabia y miedo de los elementos anteriores están equilibrados, de lo contrario, la emoción de alegría y amor no se darán de una manera sana y se convertirán en angustia y ansiedad, las dos emociones patológicas del elemento fuego.

Cuando sientes amor, la alegría es un fuego que se siente dentro y que no quema porque se comparte. Cuando sientes ansiedad, es como un fuego desbordado que se escapa fuera pero sí quema. Una persona angustiada es una persona que ha perdido su propia fuerza porque cree que la fuerza se la va a dar el otro. En la alegría te tienes, en la angustia, no.

Es importante que nos planteemos si eso que llamamos amor y entrega, te trae a ti contigo, o te aleja de ti en tu desbordamiento. Por tanto, tenemos que estar bien conectados con el miedo y la rabia para poder construir la alegría.

EL BAZO/ PÁNCREAS: LA AUTONOMÍA. VINCULARME CON EL OTRO SIN PERDERME

Estos órganos pertenecen al elemento tierra y nos trae la mente practica y reflexiva, que tiene un importante papel en el mundo emocional. Es la mirada amorosa maternal que abraza el estado emotivo y se queda quieta mientras mira, sin juicio hacia nuestras emociones. El elemento tierra es el que te dice: respira, estamos atravesando una emoción, aprende, toma nota, decide, no pasa nada si te equivocas.

Tener este elemento en equilibrio nos hace sentirnos más conectados con el mundo. Y mientras la tierra y la vida se mueve, puedo mantener un lugar de quietud inamovible y agradecimiento profundo hacia la vida.

El bazo es el que se encarga de extraer lo necesario, lo verdaderamente nutritivo de la experiencia. Nos muestra la importancia de vincularte contigo misma desde el autocuidado y la autoescucha. Aprender a alimentarte, retirarte de los lugares hostiles. Saber lo que te sienta bien y lo que te sienta mal. Saber distinguir lo que te nutre de lo que te intoxica.

La emoción asociada a este elemento es la reflexión, que es lo más parecido a la digestión. Una persona reflexiva es aquella que recibe todo lo que viene del cuerpo, ya sean alimento o emociones. Y eso debe hacerse con calma y tiempo.

Los patrones de desequilibrio del elemento tierra tienen en común la perdida de centro y de fuerza en tu presencia. No sabe estar en sí mismo, por lo tanto, no sabe construir una vida que le sea favorable porque se ha perdido esa
falta de autonomía. Si entramos en una reflexión, pero no salimos de ella, eso se convierte en una emoción dañina, la obsesión. Es la búsqueda de una solución constante. Y es aquí cuando la emoción se come a la mente.

PULMONES / INTESTINO GRUESO. EL LUGAR AL QUE VAMOS 

El pulmón está vinculado al elemento metal y su emoción es la tristeza. Una tristeza bien entendida que nos conecta con la verdadera naturaleza mortal del ser humano y con su fragilidad, nos hace ver las cosas con un desapego y una certeza de que, aunque esto va a acabar, te acompaña una energía sutil, bella, para que vibres en ese todo, en ese sitio en el que todos somos uno. Esta tristeza es sublime, te ayuda a soltar, te enseña a vivir y a morir.

Si la tristeza que te sucede no es para abrirte a tu fragilidad, para abrir el corazón a la gran inmensidad y a desapegarte de todas esas pequeñas cosas que llamas problemas, entonces lo que sientes es la otra versión de tristeza, que está más cerca de la frustración y de la rabia desprovista de la fuerza. Esta tristeza se siente más como decepción, como dolor de separación que también engendra una rabia. Es la emoción que emerge al no haber podido preservar mi autonomía, mi dignidad y haberme dejado pisar por el otro o haberme entregado a que el otro me haga daño sin poner mis propios límites.

La depresión, la melancolía, la apatía, es hablar de la tristeza y falta de conexión con tu parte espiritual, con la vida. Aprender a vivir es aprender a morir, es el mismo aprendizaje. Mi propuesta es: levántate, arremángate, mira con cariño tus emociones y busca el camino para transformarlas o reconducirlas hacia una emoción pura, de la que vas a extraer vida y sabiduría. Reconoce tu fuerza o trabájala.

Reconoce también tu fragilidad. Y desde ahí, vive.

Mi gran impulso por vivir es mi vocación de terapeuta y dedicar mi vida a la salud propia y ajena, esto me hizo entregarme en cuerpo y alma al estudio y la clínica.

La Medicina Tradicional China me ha dado herramientas para aprender a cuidarme, no solo desde la alimentación, también desde la conciencia para acercarme poco a poco a la vida, a la salud, a estar plenamente en mi sitio. Y así lo enseño en consulta. Yo te acompaño en tu proceso, abro un espacio de conciencia para que veas cómo estás funcionando y qué cosas no están bien en tu vida, alrededor de tus emociones o tus síntomas.

Pensemos en la Medicina China como herramienta para poder gestionar mejorar las emociones y para aprender a hacer uso de ellas.

Por Mónica Martín. Terapeuta de Medicina Tradicional China especialista en la salud de la mujer: ginecología y fertilidad. Terapeuta Nutricional especializada en emociones

Autor

Empresaria, conferenciante, mentora y coach de mujeres en España y Latinoamérica. Directora de IDEHA: Instituto de Desarrollo Humano Avanzado.