En los toros hay cosas que son «de toda la vida»… de toda la vida se dice que los abuelos se han encargado de inculcar la afición a los nietos. En mi caso no fue así exactamente, pero mi abuelo era más taurino que un alamar, y aunque no fui de la mano con él a los toros, sí se encargó de inculcárselo a mi padre, y él, a mí. Y a día de hoy mi padre (Pedro Zorita) sí ejerce de abuelo orgulloso y se puso más ancho que largo cuando mi sobrino Rubén le dijo que quería ir a los toros este año. ¡Y ahí estaban los dos, más guapos que guapos en su barrera! Y mi sobrino, con la intención de repetir alguna otra tarde (más ancho mi padre todavía). No fue mi sobrino el único que fue acompañado ayer por su abuelo. Laura, que poco a poco se está convirtiendo en una gran aficionada, también fue de la mano del suyo, Juan. Otra jovencita que estuvo muy bien acompañada, fue la hija de Alberto Orive, Julia, viva imagen de su guapa madre. Ella además de tener la fortuna de conocer desde dentro la ganadería brava, tiene cerca al Maestro José Luis Ramos, de quien seguro también aprende mucho.
La verdad es que ayer se respiraba un ambiente especialmente juvenil en La Glorieta, algo que da mucho gusto. Servidora estuvo muy bien acompañada por una cuadrilla de Valencia, aficionados a los «Bous al carrer», pero con mucha inquietud por la tauromaquia en general, y una de las cosas que más les llamó la atención, fue la cantidad de gente joven que poblaba nuestros tendidos. Les expliqué la inconmensurable labor de Juventud Taurina de Salamanca, quienes este año han conseguido llegar a los 500 abonados solo de su Asociación. También de ley es reconocer que la empresa ha puesto a disposición de los jóvenes otros 500 abonos, llegando a ser 1.000 en total los que se han abonado. Además, cabe recordar que cada día también se ponen a la venta otras 500 entradas para jóvenes. Creo que pocos casos en las plazas de España como el nuestro, ¡es para estar muy orgullosos!
Otra de las cosas que llamó ayer especialmente la atención fue el calor que pasamos… Acordándome estuve toda la tarde de los alguacilillos, quienes debajo del terciopelo los días que aprieta así el calor en Salamanca, las tienen que pasar canutas. Quienes no pasaron calor fueron mis amigas Teresa, Nieves y Toñi, quienes todavía sacan sus vestidos veraniegos a pasear y lucen palmito en los tendidos, ¡también de toda la vida! Y seguro que tampoco pasaron fatigas Roberto Herández de Garabaya (concejal de festejos de Guijuelo) y Julio y Balta, de Montajes Élices, quienes estuvieron perfectamente atendidos en los confortables Palcos Vip de La Glorieta, donde no falta la comida ni la bebida fresquita todas las tardes.
Ojalá no se pierdan nunca esas cosas de los toros «de toda la vida», ¡y nuestros jóvenes puedan disfrutar de este espectáculo muchos más años!
Paula Zorita. Revista Lances de pluma y pincel – 11 de septiembre de 2022.