Las abejas se mueren. A un ritmo muy preocupante, y no estamos haciendo nada.
Las abejas son polinizadores esenciales para muchas plantas y cultivos, y su trabajo es fundamental para mantener la biodiversidad y el equilibrio ecológico en muchos ecosistemas. Sin embargo, en las últimas décadas ha habido una disminución significativa en la población de abejas en todo el mundo.
La principal causa de la disminución de la población de abejas es la pérdida de hábitats naturales y la degradación de los ecosistemas debido a la actividad humana, incluyendo la deforestación, el uso de pesticidas y la urbanización. Además, las abejas también se ven afectadas por enfermedades y parásitos que se propagan fácilmente en colonias de abejas estresadas.
Algunos de los parásitos a los que tienen que enfrentarse las abejas son la Varroa destructor, que transmite un virus a la colmena que acaba con ellas en periodos de tiempo muy cortos, debido a su alta capacidad de reproducción. Otra amenaza cada vez más importante son las avispas asiáticas, un depredador natural que se alimenta de las larvas de abeja, o el nosema, una infección fúngica que las debilita y disminuye su capacidad de recoger polen.
Pero sin duda alguna, la deforestación y la pérdida de hábitats juega un papel muy importante en la rápida disminución de la población de las abejas. La deforestación no solo acaba con su hábitat, si no que contribuye a la subida de las temperaturas, a la calidad del aire o del agua, haciendo que las abejas sean mucho más vulnerables a sus plagas «naturales».
Y esto debería preocuparnos. Mucho.
Alrededor del 35% de los cultivos del mundo son polinizados por abejas. Ellas polinizan una gran cantidad de plantas, por lo tanto juegan un papel fundamental en la producción de alimentos para los humanos, pero no solo eso, son las máximas responsables de la la supervivencia de muchas especies vegetales, claves en la cadena alimentaria de muchos animales.
La desaparición de las abejas es una muestra clara de la salud de un ecosistema, puesto que son muy sensibles a los cambios de temperatura o la contaminación. Y en esta batalla, vamos perdiendo.
Se estima que en los últimos 50 años, la población de abejas ha disminuido un 30%. En algunos países, como Estados Unidos, se ha reportado una bajada de la población de 44% entre 2015 y 2016 de abejas melífaras (la especie doméstica más común).
Las consecuencias de la desaparición de las abejas en el mundo ya se pueden notar y pueden llegar a ser mucho más desastrosas de lo que creemos.
Los cultivos pueden disminuir, lo que llevaría inevitablemente a la escasez de alimentos y el aumento del precio.
La pérdida de diversidad sería inconmensurable, no solo de vegetación, si no de los animales que dependen de ella, incluidos los seres humanos.
El equilibrio del ecosistema pendería de un hilo a consecuencia de la desaparición de las especies.
Puede que todo esto suene tremendista y sacado de una película como «El día de mañana», pero estas consecuencias ya se han empezado a notar, incrementadas por cambio climático, uno de los motivos por los que las abejas cada vez están en mayor peligro.
Que podemos hacer nosotros, como individuos, para intentar parar su desaparición.
Exigir a los gobiernos que actúen contra el cambio climático, para empezar, ya que un esfuerzo individual, cuando hay grandes compañías con vía libre para la contaminación, no es suficiente.
Y también podemos apoyar a las distintas asociaciones que ya se están haciendo eco de este problema:
- Asociación Española de Apicultores: Es una organización sin fines de lucro que se dedica a la promoción de la apicultura sostenible y la protección de las abejas y otros polinizadores en España. Ofrecen cursos y talleres para apicultores y tienen programas de conservación para apoyar la salud y bienestar de las abejas.
- Colectivo Apícola del Bierzo: Es una asociación que se dedica a la protección de las abejas y la promoción de la apicultura en la región de El Bierzo en España. Ofrecen programas educativos y de conservación para ayudar a proteger a las abejas y mejorar la calidad de vida de las comunidades locales.
- Apimondia: Es la Federación Internacional de Asociaciones de Apicultores. Esta organización se dedica a la promoción de la apicultura sostenible y a la protección de las abejas y otros polinizadores.
- Bee Informed Partnership: Es una organización sin fines de lucro que se dedica a ayudar a los apicultores a mantener a sus abejas sanas y productivas. Ofrecen información y herramientas para ayudar a los apicultores a detectar y tratar enfermedades de las abejas.
- Pollinator Partnership: Es una organización sin fines de lucro que se dedica a la protección y promoción de los polinizadores, incluyendo las abejas. Ofrecen programas educativos y recursos para ayudar a la gente a aprender más acerca de la importancia de los polinizadores y cómo pueden ayudar a protegerlos.
- Xerces Society: Es una organización sin fines de lucro que se dedica a la protección de la vida silvestre, incluyendo los polinizadores como las abejas. Ofrecen programas de conservación y restauración de hábitats naturales para apoyar a las abejas y otros polinizadores.
