Hoy entrevistamos al artista salmantino Diego Vallejo.
¿Qué vínculo tienes con Salamanca?
El vínculo es familiar. Mi familia es salmantina. Nací en Salamanca. Viví en Madrid hasta los 8 años, regresando a Salamanca donde estudié hasta cuarto de Bellas Artes. Terminé la carrera en 2010 en Madrid. Desde entonces, exceptuando salidas ocasionales, vivo y trabajo allí.
¿Siempre tuviste claro que querías dedicarte al arte?
No lo sé. Supongo que al no saberlo, y no haber tenido una alternativa, ya que surgió de forma natural, afirma la pregunta. En ningún caso fue algo premeditado.
¿Qué temáticas sueles tratar en tus obras?
Creo que no trato un tema en concreto. Pinto para tratar de comprender. De forma muy general tienen que ver principalmente conmigo, con mi forma de entender y transmitir. Es decir, lo que pinto funciona como un código dialéctico entre el que observa, lo que observa, y yo mismo. En gran parte del trabajo aparecen paisajes. Muchos de ellos tienen que ver con la infancia.
¿Cómo definirías tu estilo?
Me interesa la figuración. Es un punto de partida para poder generar orden visual.
¿Qué es lo que más te inspira a la hora de crear?
Principalmente la naturaleza y el cine. El cine de una forma más directa, ya que sitúa imágenes de una forma muy clara. Unido a lo real, y experiencias personales, genera un amplio campo visual por conocer o reubicar.
¿Consideras que tienes influencia de otros artistas? Si es así, ¿de quiénes?
Me interesan muchas cosas. Me han interesado siempre obras y artistas que trabajan con el espacio y la relación con él, como vehículo, y casi herramienta para crear. Matthew Barney, Ann-Veronica Hansen, Olafur Eliasson, … Fotografos como Wolfgang Tillmans, Thomas Ruff, Axel Hütte, Gregory Crewdson, Trevor Paglen,
En pintura, el Siglo de Oro: El Greco, Velazquez… Creo que va siendo hora de quitarse de encima cientos de traumas acerca de lo que se concibió aquí como modernidad en la pintura. Fueron muy necesarios en los años 50 y 60 del siglo pasado, pero arrastramos demasiados prejuicios con la pintura figurativa. Es curioso la gran tradición pictórica que tenemos y lo poco se filtra hasta la actualidad, me da la sensación de que hay bastante complejo, y no nos sitúa a un nivel internacional. Y quizá cuando se quiera entrar a tomar valor por lo que aquí se crea, ya vayamos con retraso. Como históricamente ha pasado no solo con la pintura.
En pintura me interesa Luc Tuymans, Marlene Dumas, Peter Doig, Miriam Cahn, Wilhelm Sasnal…
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Me gusta bastante el proceso. La tranquilidad del taller y no tener presión. El ir comprendiendo lo que me rodea a través de lo que veo.
¿Y lo que menos?
Esa sucesión pausada, de comprensión, también tiene su parte negativa. En ocasiones es demasiado pausada y solitaria. Genera caminos un poco farragosos en los que uno echa bastante de menos influencias, amigos con los que en el pasado compartí taller, que hoy en día no pueden dedicarse a la pintura.
Lo mentiroso, y lo impuesto. Cuando uno se da cuenta de lo variables y falsas que son los baremos dentro del el mundo del arte.
¿Cuál es tu obra o proyecto del que más te enorgulleces?
Creo que todo. En todo lo que hago trato sacar lo mejor posible.
¿Alguna exposición actual o próxima que debamos visitar?
‘La peripecia del autómata’ de Nestor Sanmiguel Diest, en el Palacio Velázquez, y ‘Giro gráfico’ en el Reina Sofía, las dos en Madrid.
¿Qué consejo le darías a alguien que se está iniciando en este mundo?
Formarse, ver exposiciones, y viajar. Conocer y ver lo que se hace fuera de lo que le rodea. Y generar un juicio y crítica propia e independiente.
