A lo tonto el año va llegando a su recta final y así está pasando con las actividades de gimnasia del programa «depende de ti» de los que soy monitor en distintos municipios de la comarca.
El viernes de la semana pasada he acabado en la localidad de Portillo. Me prepararon una merienda sorpresa en un local que usan para jugar la partida de cartas, ver la tele y charlar por las tardes. Lo cierto es que el local, aunque pequeño es muy acogedor y más con la estufa de leña que tienen en el centro y que en unos minutos calentó el local y se estaba genial.
Antes de merendar estuvimos hablando del curso, de que les había parecido lo que habíamos hecho y acabamos hablando un poco de todo y hasta de anécdotas que recordaban de sus tiempos jóvenes. Y resulta que entre otras cosas salió el tema de un avión que se estrelló hace algo más de 60 años en la zona del río entre Portillo y Torrejón, cosa que yo no recordaba haber oído nunca.
Pepa, la más mayor del grupo, recordaba que estaban en el río lavando y lo vieron caer, que se pusieron muy nerviosas porque no sabían que hacer y al rato salió alguien del aparato y les dijo que no se preocuparan porque estaban todos bien y no les había pasado nada. Me impactó lo que me contaron y como lo revivía Pepa como si hubiera sido ayer mismo. Desde luego que tiene que ser algo para no olvidar nunca.
Esta semana acabo la actividad en otros dos municipios, Santa Teresa y Ejeme (Portillo es anejo de Ejeme) y en la siguiente daré por concluida la temporada hasta por lo menos febrero. Como les decía, los voy a echar de menos, pero tengo ganas de acabar y tomarme un descanso, que será más dentro de unas semanas cuando disfrute de un par de semanas de vacaciones. Y sí que me hacen falta porque ha sido un año muy largo y duro en algunos aspectos y necesito descansar y desconectar como pocas veces me ha pasado.
Este domingo acudimos a la segunda jornada de campo a través de juegos escolares, esta vez en Peñaranda. Una mañana que amaneció muy fría, pero que después con el sol que lucía se estuvo muy bien. Buena organización y bonito circuito en el que disfrutamos de unas animadas carreras de juegos escolares y al finalizar tuvo lugar el campeonato provincial de campo a través en el que Gabriel (hasta el año pasado atleta de la escuela de atletismo) y Sandra quedaron primeros en sus respectivas categorías.
Me vine muy contento porque se notó que ha subido el nivel de los atletas de la escuela de atletismo y están muy motivados a la hora de competir, hasta el punto que hubo algún cabreo al no verse alguno de ellos en el puesto que creía que debería tener. En cuanto a las clasificaciones por equipos he de decir que incluso han mejorado y aunque no quiero hacerme muchas ilusiones ni que se las hagan ellos porque después cambian las normas y nos quedamos con cara de tontos, hay un par de equipos que están dispuestos a hacerme viajar al campeonato regional de edades como en las últimas temporadas. De momento vamos jornada a jornada.
Ahora cambiamos un poco el chip y vamos a preparar la Carrera del turrón del 18 de diciembre para disfrutar de un día corriendo en familia y sin presión ninguna. La chavalería está ilusionada y se han ido uniendo hermanos y padres, así como integrantes del grupo de iniciación, para una jornada de convivencia.
Por cierto, no todos los días se sale a correr con tres premiadas en las Galas anuales del deporte. María, que lo fue como mejor atleta de juegos escolares el año anterior a la pandemia, Marta, hace también algunos años y Sandra que hace unos días ha recogido su trofeo como tercera mejor atleta del circuito provincial de carreras. Como les digo a ellas y a otros, yo de mayor quiero ser como vosotros…
No quiero acabar el artículo de esta semana sin mandar desde aquí muchos ánimos para Rodrigo, atleta infantil de la escuela de atletismo que este lunes se ha fracturado el humero y estará un tiempo de dique seco. Ha empezado esta temporada con nosotros y se ha integrado perfectamente al grupo, al igual que todos los nuevos, que todo hay que decirlo, porque como ya os he comentado en alguna ocasión, están todos hechos una «piña».
Buena recuperación Rodrigo.
